miércoles, 7 de julio de 2021

JOISE MORILLO: EL GUISO TIRÁNICO, SE SAZONA CON LA MISERIA Y LA IGNORANCIA

Victor Hugo, en su grandiosa obra - Los Miserables- no describe la miseria que cien años después han creado quienes han seguido: el legado, la herencia de la saga comunera o comunista, llamada socialista, que, últimamente no hayan que nombre ponerle desde globalista hasta progresista, pasando por democracia popular y toda la sazón que le han querido poner a su guiso tiránico.
 
 
En tal sentido sería fútil la indignación que sentía el poeta de saber la cantidad de dinero que gastan los gobernantes en el puerto de la ciudad de Tolón, donde se gastan alrededor de 25.000 Soils (francos) anuales en salvas de cañón para los visitantes ilustres y días conmemorativos. Si viera los promotores del socialismo, en campañas propagandísticas, geopolítica terrorista, en conspiraciones, complot y toda clase de gastos para  impulsar el comunismo y hacer quedar mal a quienes manejan el gobierno (la democracia) en los países que son su objetivo. 
 
La miseria que ha creado el comunismo no tiene punto de comparación. El dogma del socialismo marxista ha sido una devoción, un misticismo psicológico alentado por una ideología donde la musa es la lucha social. Es un estado morboso cuya enfermedad radica en avivar un victimismo, únicamente apoyado por una anarquía protagonizada por el advenimiento de las masas populares y, patrocinado por un liderazgo que aúpa el despotismo, a la tiranía. Es una obra teatral “in per-somma” cuyo guión es mantener el poder a costa de la ignorancia de su público, principalmente, el desconocimiento de: que es lo que lo hace sufrir y cual es el verdadero protagonismo de la escena, la mentira, la falacia el sofisma son sus herramientas. 
 
Cuando hablo de tergiversación me refiero a cómo transfiguran los conceptos tanto legales como constitucionales de las naciones, en función de hacer valer la voluntad del déspota o tirano. Comulgando con lo dicho en el párrafo anterior tenemos -curiosamente-  una máxima de uno de los líderes de la revolución francesa, Robespierre, quien dirigió la palabra en contra de Luis XVI, con lo siguiente: 
 
“El secreto de la libertad radica en educar a las personas -al ciudadano- mientras, el secreto de la tiranía es mantenerlos ignorantes
 
Voltaire, no se imaginó la herramienta que le puso en las manos a Catalina de Rusia (la grande) insinuando educar al pueblo, su ingenuidad no se compara con la que le imputó a Leibniz por decir que la tierra era el mejor de los mundos, al pensar que un monarca gastaría dinero en educar a su pueblo, de hecho la consecuencia fue el despotismo ilustrado. Ese fue el guiso político que creó un mecanismo de educación mediocre para empeorar la ya devastada economía agraria de la Rusia del S. XVIII. Igualmente ha sido la mediocrización de la educación en los países socialistas con el adoctrinamiento ‘político -metodo gramsciano- y el culto a la personalidad de los líderes que le inculcan al estudiante como disciplina en colegios, Universidades etc, y, empeora, con la destrucción de la educación privada y la autonomía de las universidades públicas como sucede actualmente en Venezuela, Corea del norte, Cuba.  
 
Lo peor de este guiso o bodrio apestoso es que, irónicamente, han destruido una clase social que aflora con el impulso del capitalismo y la revolución industrial. Para Marx, la muestra del capitalismo decadente, iba a ser la desaparición de esa clase que alababa Pitágoras la mclase media, y fue todo lo contrario, creció mucho más. Para Pitágoras la clase media es la que verdaderamente produce, cito:
 
"Un buen gobierno es el que mantiene a su pueblo en un término medio, pues, el indigente es vil y el rico es insolente." 
 
Dicho está, la insolencia de los líderes del socialismo es claramente repugnante, su patrón es el sarcasmo, el cinismo y el escarnio, aunado a que en su espíritu -no combativo- guerrerista no hay oposición política sino enemigos que hay que destruir, son ademán de delincuentes, homicidas, filicidas, porque arremeten con violencia contra su propio pueblo. El insulto y la amenaza, además de la mentira y el eufemismo, son el alma -el verbo- de sus discursos.   
 
Joise Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela- EEUU

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