miércoles, 4 de agosto de 2021

CARLOS E. AGUILERA A.: LA TRIPLE ALIANZA DEL MAL

La triple alianza del mal que impera en la Cuenca del Caribe: Cuba, Nicaragua y Venezuela, nada tiene que ver con La Triple Alianza bautizada así por Dreibund en alemán, nombre que recibió la coalición creada en secreto en el año 1882 inicialmente integrada por el Imperio Alemán y el Imperio Austrohúngaro, por iniciativa del canciller Otto Von Bismarck, a la que más tarde se sumó Italia, para mantener el aislamiento de Francia, por lo que acordaron apoyarse, en caso de ser atacados por este país o por Rusia.

El Tratado fue firmado varias veces hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando se sumó el Imperio Otomano y se desligó de Italia, que finalmente decidió combatir del lado de los aliados en 1915, rompiéndose de esta manera la coalición que pasó a formar parte de la Triple Entente. La Primer Guerra Mundial (1914-1918) terminó con la derrota de la Triple Alianza, que se disolvió para siempre.

En América Latina se formó la Triple Alianza del mal, encabezada por Cuba, tras el triunfo de la revolución en el año 1958, a la cual se sumó Nicaragua años más tarde y desde hace 22 años Venezuela. Tres países que conforman el llamado eje del mal, expresión que fue utilizada por el entonces presidente de los Estados Unidos George W. Bush en su discurso del Estado de la Unión el 29 de enero de 2002, para describir a los regímenes que apoyan el terrorismo. En aquel entonces Bush se refirió a Irak, Irán y Corea del Norte, a los cuales posteriormente se agregaron Libia, Siria y Cuba y luego tres estados más: Biolorusia, Birmania y Zimbabue

Los tres países latinoamericanos antes mencionados conforman hoy en día el llamado eje del mal, expresión que deriva de la de estados canallas, el cual a su vez es una reminiscencia de las Fuerzas del Eje de la Segunda Guerra Mundial y de la designación por parte del presidente Donald Reagan de la Unión Soviética como imperio del mal.

En tanto que el término del filósofo y político estadounidense John Rawls de “estado forajido” se refiere a aquellos Estados con regímenes autoritarios que violan los derechos humanos, incumplen leyes y convenios internacionales, así como las decisiones de los organismos internacionales que tienen por finalidad preservar el orden y la paz mundial, fomentan el terrorismo y amenazan la paz, tratando de expandir su poder e influenciar en el exterior.

El régimen venezolano puede calificarse como un Estado forajido, después de la denuncia de la Convención Americana de Derechos Humanos de haber irrespetado prácticamente todas las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los informes del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, particularmente la más reciente redactado por la ex Presidente socialista de Chile Michelle Bachelet. También su claro apoyo a los grupos terroristas colombianos las FARC y el ELN, lo cual constituye una prueba adicional al respecto.

A ello se suma que el régimen también tiene actualmente muchas de las características de un Estado fracasado y como refiere el abogado y diplomático Gavio Garavini Di Turno, hasta se puede afirmar que es un Estado “semifallido”, pues buena parte del territorio al sur del Orinoco se encuentra bajo control de las mafias del oro y del coltán, el narcotráfico y del ELN, todo lo cual tipifica la pérdida del control físico del territorio o del monopolio del uso legítimo de la fuerza, ausencia de la autoridad legítima, en la toma de decisiones y colapso de los servicios básicos, amén del fracaso social, político y económico.

Los tentáculos de la triple alianza del mal funcionan en una misma dirección y con un mismo propósito, que no es otro que el de mantener sumisos a los pueblos en los cuales desgobiernan, mediante la aplicación de sus malversas políticas que no persiguen otro fin que el de perpetuarse en el poder a como dé lugar. La historia contemporánea es el mejor testigo de esta tragedia que agobia a algunos países del continente europeo y africano, amén de los tres países caribeños, hoy en manos de Díaz Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua) y Nicolás Maduro (Venezuela)

Lo de Cuba es de todos conocido, y su tragedia exportada a otras latitudes latinoamericanas desde que llegaron al poder hace 62 años. Salta a la vista el caso reciente de la desaparición física de siete Oficiales de alto rango, a raíz de las manifestaciones que en contra del régimen se produjeron hace 12 días en varias provincias de la isla. Nadie conocía de su destino hasta que anunciaron oficialmente habían sido enterrados en sus respectivas provincias. La muerte de estos militares, nos hizo recordar la desaparición física del Comandante guerrillero Camilo Cienfuegos, segundo a bordo después de Fidel Castro con quien discrepaba por lo que se presume se convirtió en un estorbo para llevar a cabo su siniestro plan, que ha venido ejecutando.

El otro miembro de la Triple Alianza del mal, Nicaragua, salió de Guatemala para Guatepeor, tras el derrocamiento de la dictadura de los Somoza, - padre e hijo - aun cuando tuvo un breve período democrático con la señora Violeta Chamorro, victoria, tras la cual el llamado líder guerrillero Daniel Ortega llegó al poder por la vía electoral para afincarse por más de quince años desde su su primer mandato entre 1985 y 1990, convirtiéndose en el presidente que más tiempo ha permanecido en el cargo, ya que en la actualidad transcurre su tercer periodo, que culminará en 2022, en tres mandatos desde su retorno al poder en 2007, tiempo durante el cual ha venido aplicando una cruenta represión política, encarcelamiento de miembros de la oposición, torturas y cuanta maldad muestra en su telúrica faz, acompañado de su compañera marital y de fechorías.

La Triple Alianza del Mal, que venezolanos, nicaragüenses y cubanos anhelan, se acabe más pronto que tarde, como el Muro de Berlín, y culmine la pesadilla de quienes por años padecieron de las “bondades” y el “paraíso” del comunismo. Hombres, mujeres, ancianos y niños de los tres países otean el horizonte en busca de la tan ansiada libertad y democracia.

Carlos Aguilera
careduagui@gmail.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Venezuela

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