miércoles, 15 de septiembre de 2021

SADCIDI ZERPA DE HURTADO: ÉTICA Y MORAL EN LOS GOBIERNOS

A mi profesor el Dr. Carlos Javier Asselborn

La audacia de todo aquel que piensa y escribe lo que piensa, radica en la capacidad para ser modestos. Modestos para tratar de responder a lo verdadero, a lo real, a lo justo, a lo bello y, en caso de no poder responder a todas estas situaciones, saber sonreír modestamente y seguir aspirando a ello. La audacia es necesaria para el momento y la modestia a todo el tiempo humano. La modestia nos permite responder con la serenidad, la reflexión y la crítica como resultado del razonamiento criterio profundo que respeta el razonamiento del otros que tal vez no coincide con el razonamiento propio. El criterio profundo posibilita el diálogo entre Adela Cortina y Fernando Savater.

El criterio profundo desde la ética y la moral invitan y permiten la no violencia, porque el criterio nace de los argumentos que se han cultivado a lo largo de nuestras vidas humanas en comunidad, y la profundidad nace de la capacidad para escuchar a los demás despojados de dogmas y fundamentalismos para dar la oportunidad a la ética y a la moral, que en la cotidianidad de nuestra construcción humana permiten crear el carácter y las costumbres forjadas a lo largo de la vida.

Lo que se aprende a pensar en la vida deriva de lo que se piensa para desarrollar las tres virtudes, el coraje de vivir frente a la muerte, la generosidad para convivir con los semejantes y la prudencia para sobrevivir entre las necesidades que no podemos abolir. Es decir, encontrar la situación que permita estar altos en moral, para abordar los retos éticos de la vida cotidiana, con el objetivo de la justicia y la felicidad en el marco de la prudencia y la cordura.

Declarar justicia y felicidad unida a la prudencia y la cordura, evidencia el conocimiento acerca de las principales virtudes humanas que permiten el empoderamiento de los planes propios de vida, ya que, en la realidad humana comunitaria, la justicia y felicidad unidas a la prudencia y la cordura implican que somos un fin y no un medio de existencia misma.

Desde este entrambos de criterios y virtudes, la ética y la moral son los principales criterios para valorar hacia donde se dirige la democracia que se ejerce. Un gobierno que es ético y moral, reconoce a la justicia dentro de la prudencia y la cordura, porque las virtudes son el principio de la edificación de la democracia y la confianza es la sazón que une y da prosperidad a un país, la confianza permite el reconocimiento recíproco y mutuo. En cuanto, la ética humana en los gobiernos no nazca de los códigos, leyes, normas y reglas como normalmente ocurre, la ética en la democracia derivará de la administración del poder en los gobiernos cuya formalización democrática deriva del carácter humano de quienes componen el gobierno, no por inercia o por comparsa sino porque viven el propósito de su gobierno. De esta manera, si un gobierno tiene pobres, su propósito de baja moral es la pobreza.

Sadcidi Zerpa De Hurtado
zerpasad@gmail.com
@zerpasad
Venezuela

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