jueves, 4 de noviembre de 2021

JOISE MORILLO: ¡EL REPARTO DE TIERRAS!. DESDE ESTADOS UNIDOS

Para decepción de lo adeptos del comunismo; el llamado reparto equitativo de tierras y -en consecuencia- el reparto de las riquezas en el mismo tenor, no son propiedad del ingenio postmoderno, ni mucho menos originario de la casta revolucionaria del siglo XVIII, ni de la iluminación ideológica de Marx. Tal concepto, como la reforma agraria, tiene un origen de sesgo antropológico histórico deca milenario (valga el término).

La lucha por la posesión y tenencia de la tierra, en desproporción, a la que Proudhon llama "robo" es de origen - en términos judaicos- bíblico. La idea teologico-nacionalista del mundo judío al contemplar su mundo como "la tierra prometida" de la casta judía, que dicho sea de paso admiro y respeto, aunque no comparta, es bastante fuerte; máxime para el mundo arábigo, con el cual ha tenido una histórica guerra sanguinaria por las tierras que se suponen pertenecen a sendas castas y no quieren compartir.

El resultado de esa lidia "deca milenaria", aparte de la inmanente rebeldía judía, ha sido su también deca centenaria diáspora, tal que, o antagónico a la fábula de la Torre de Babel su origen es el desacuerdo, antipatía, codicia y, peor, xenofobia más que la incapacidad de entenderse verbalmente.

En este episodio, más que por la supervivencia Darwininiana, que sería el punto álgido lógico respecto a la trascendencia cultural, el odio solapado o apoyado - permítanme especular - con el dogma, ha sido "el leitmotiv" de tanta desavenencia.

Por otro lado no es un aspecto exclusivo entre el mundo judío y el arábigo y pre arábigo. En nuestros paralelos y meridianos americanos (latitudes) también se han suscitado guerras, coloniales entre españoles y latinos, ingleses y sajones americanos, entre intestinas aztecas y mayas, intestinas incas. Entre tribus africanas. Entre las etnias caucásicas, pirenaicas, asiáticas y, paremos de contar.

Considerando lo anterior podríamos decir que la ley del más fuerte, bien sea de poderío bélico como de desarrollo cultural han dado pie a un estado soberbio de conducta colectiva o de histeria huxleyana donde algo como el chauvinismo jacobino de la revolución francesa es la bandera. De esto no se ha escapado nuestra época, principalmente en el siglo XX, representada por el nacismo y las guerras fratricidas de África, ej.: entre hutus y tutsis (Ruanda) o la Supremacía Dinka contra la no dinka en el Sudán.

Ahora bien esto del reparto de las tierras, que en tiempos DC. Se ha dado por llamar "Reforma Agraria" tiene su historia latina desde los republicanos Graco de la Italia romántica o romana post etrusca, Cayo Graco en su intento de hacer una supuesta justicia "altruista" más que filantrópica, fomenta una reforma fructuaria, para congraciarse con las clase plebeya, caso que dio como resultado un desbarajuste peor, que le ocasionó, incluso, su muerte a manos de los miembros de su misma clase (patricios) motivado a que quienes adquirieron tierras por medio de diferentes formas incluyendo nepotismo, en muchísimos casos no sabían ponerlas o no tenían los recursos para ponerlas a producir, aunado a que la improvisación del desarrollo fructuario en cuestión, no había planteado un plan de contingencia para lograr un éxito a medias. El resultado fue: nuevos ricos y ricos más ricos por más posesión de tierras compradas a esos favorecidos ignorantes de todo principio agronómico.

Eso, aunque parezca insólito se ha sucedido en Cuba, las Zafras relativamente prósperas, de los años 50 's no se han podido recuperar nunca más desde la avenencia de la revolución castrista. Cuba siendo una potencia azucarera con más de 200 factorías hasta 1989 ha quedado rezagada con menos de 20 en producción, sin contar las tierras ociosas y un panorama de agricultura arcaica de tecnología decadente y asimétrica para satisfacer la mayoría de su población.

Eso (recientemente) desde Campanella con su Ciudad del Sol, pasando por Utopía de Moro, hasta los tiempos pro marxistas, es inviable por asuntos tanto de conducta como de espíritu de inmanencia humana. El instinto de conservación y sus consecuencias individualistas es una traba para un colectivismo idóneo. Empero la inteligencia, propiedad humana, con intento de regulación de esa causalidad ha creado normas y leyes acordes a las necesidades y costumbres, aspecto este que ha sido (punto y coma) para sostener una sociedad o por lo menos intentar una sociedad "platónica" y/o una "Civitas Dei agustiniana" con justicia y armonía, digamos, más la voluntad de compartir lo ha intentado de mejor forma, entre ello el mercadeo, el trueque, la inversión y como corolario el trabajo. Aparte, la voluntad de progreso y desarrolló económico de los pueblos, etc.

En Venezuela, Sur América (0°38'53", 12°11' 46", 15°40'33" 58°10' 00", 73°25'00") si fuera el caso reformista de tal ¿índole? Sería de la siguiente forma: en primer lugar podríamos dividir considerando sus Entidades Federales (EF) que son 24, su superficie: 916.445 km2, equitativamente. Entonces sería 916.445 km2 ÷ 24 = 38,185.21 km2 para c/EF y no es así. O, también, más drásticamente podríamos hacerlo convirtiendo los kilómetros cuadrados a m2 y tenemos 915.445.000.000m2, divididos entre sus habitantes naturales que según el censo 2012 (sólo referencia) serían 30.000.000, tenemos: 915.445.000.000 ÷ 30.000.000 = 30.548,16 m2. O sea, algo como 30 km2 para cada habitante ¿Que les parece?

Ese sería el reparto equitativo de las tierras, y por tanto la reforma agraria, el problema es, aplicar esto contemplando la ocupación ancestral, las costumbres y necesidades de cada individuo, de clanes, tribus, familias, sociedades, culturas, etc., según la filosofía del derecho, pongamos por caso, de Fichte o más antiguo el concepto de justicia platónica de la República o el Estado, o quizá la estética de La Paz perpetua de Kant.

O ¿será mejor "adoptar" y adaptar esa repartición, educando a esas masas humanas con las teorías económicas Keynesianas respecto a la inversión y el trabajo? Y, ¡ por supuesto, educar al mundo que se pretende político con filosofía de la política! ¿Será eso último, también, Utopia? ¡Yo lo creo viable!.

¡Digan Uds.!
Joise Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela-EEUU

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