sábado, 25 de diciembre de 2021

AURORA LACUEVA: LA TIERRA NOS HABLA

En la conferencia mundial sobre el clima -COP26-, que se celebró el mes pasado, se dio la palabra por algunos minutos a jóvenes activistas de diferentes naciones. De Brasil llegó Txai Suruí, indígena del Amazonas, quien señaló los signos del problema que ya son evidentes en su región. Ella dijo: “hoy el clima se está haciendo más caliente. Los animales están desapareciendo. Los ríos están muriendo. Y nuestras plantas no florecen como antes. La Tierra habla. ¡Nos dice que ya no tenemos más tiempo!”. Urgió a los líderes del mundo a tomar un camino más rápido, a fin de reducir las emisiones de gases que alteran el clima. Añadió: “¡No es en 2030 ni en 2050, es ahora!”. Por su parte, la keniana Elizabeth Wathuti indicó que ya hay unos dos millones de personas en su país que padecen hambre debido a las sequías producidas por el cambio climático en marcha. Expresó que partía el corazón constatar que son precisamente las personas que menos han contribuido con esta crisis las que más sufren sus consecuencias. Agregó que se debe hacer más.

Sus palabras fueron quizás hasta aplaudidas por los líderes políticos y empresariales de casi 200 países allí presentes pero, al final, los resultados de esta conferencia estuvieron por debajo de lo esperado y, sobre todo, de lo necesario. Se logró acuerdo en torno a reducir el uso del carbón y los subsidios a combustibles fósiles. También en relación a frenar las emisiones de metano, un gas de fuerte efecto invernadero. Se reafirmó la importancia de ofrecer mayor apoyo financiero a países “en desarrollo” para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias. Pero no se llegó a compromisos concretos de peso. El documento final invita a los gobiernos a regresar el próximo año con planes más sólidos para detener las emisiones perjudiciales. También insta a las naciones ricas a “duplicar al menos” el financiamiento para proteger a los países más vulnerables de los riesgos que implican las temperaturas elevadas. Mas no llega a especificar cuántas emisiones debe recortar cada país durante la próxima década y con cuánta rapidez.

Hay que escuchar a la Tierra y actuar con decisión, a fin de evitar una catástrofe en pocos años. Aquí en Venezuela debemos involucrarnos más. Por ejemplo, nuestros bosques son clave. ¿Los protegemos lo suficiente?

Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela

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