Nunca nos
imaginábamos, que la tozudez del enfrentamiento contra el chavismo, utilizaría
la misma fórmula de protesta política utilizada por éste, que, sin dudas, marcó
un antes y un después en la historia de Venezuela; y queriéndolo o sin
quererlo, el destino presagiado con la pestilencia del rancherismo ignaro y
purulento, impregnado de juventud y militarismo consciente pero equivocado, nos
condujo a la puja de un sinsentido tosco, como lo es propugnar la guerra como
forma de hacer política para lograr la paz en nuestro país.
Viene a
nuestra mente el pensamiento de hace mas de veinte años, que incluimos como
“Introducción en nuestra obra ‘La Guerra por la Paz’, en cuyo texto endilgamos
la osada e ignorante idea del nunca bien nombrado “difunto eterno”, dijimos:
“Con la toma de posesión de la presidencia de la República en 1998 por el
teniente coronel Hugo Chávez, se inicia en Venezuela un ciclo político
diferenciado de los anteriores en todos los tiempos de la historia republicana
venezolana, que marcó un signo de incertidumbre, dada la inconsistencia de su
orientación política y de gobierno. Éstos marcharon por la senda del cataclismo
cuyo futuro se hizo previsible, aunque impredecible, por cuanto logró reunir en
una sola idea y orientación todos los poderes públicos, dirigidos en su mayoría
por gobernantes y magistrados subyugados a él, quien sin empacho les reclamó
cualquier desviación que tuvieran de su línea, que fue ninguna, pero que logró
encumbrar con el calificativo pomposo de “revolución bolivariana”, que no es
más que una idea socavada de la vieja y fracasada tendencia marxista, que a la
fecha solo impera en Corea del Norte y Cuba…” ; y no por curiosidad, sino por
lo significativo del pensamiento, cuando dijimos: “Lamentablemente, surgió una
legión de seguidores, muchos de ellos rezagados compañeros de su frustrado
intento de golpe de Estado en 1992, que desplegaron explicaciones fútiles de
victoriosos, así como un profuso grupo de pancistas, que con un interés
económico o de respingo en su incapacidad profesional, se nutrieron de este
falso ideal bolivariano, que en el fondo no es otra cosa que un “militarismo
ignaro y belicoso”, que creó un clima de intolerancia y divisionismo vengativo
contra quien no profesara o se uniera a esta distorsionada idea socialista,
que, con el calificativo de “roja rojita” logró profundizar la división
partidista a la que se refirió el Libertador en su proclama de Santa Marta…”
Y sin
profetizar, ni ínfulas de pitoniso, también pensamos: “Pero de mayor gravedad
en esta quimérica “revolución”, fue el tinte y orientación guerrerista que dio
Chávez a su “loco” idealismo que mal llamó “bolivariano”. Luego de su reelección
en 2006, dudosa para la Oposición, inició su propuesta de reforma
constitucional, que fundamentó en lo que llamó “socialismo del siglo XXI”,
siendo precisamente esta orientación, la que tuvo un rechazo profundo en el
pueblo venezolano, de allí la derrota que sufrió en el referendo por la reforma
constitucional que propuso en 2007. Uno de estos rechazos fue precisamente
el deseo de
un pueblo por lograr un país en paz, que obviamente rechaza la guerra ya que
hablar de revolución y de socialismo como orientación para gobernar, es
recordar la historia reciente de los dos últimos siglos donde los promotores de
estos regímenes han fracasado y donde el mundo político se ha oscurecido en la
órbita del no querer entender la casusa del fracaso. No hay que hurgar en las
causas, cuando los resultados han sido evidentes: ‘un mundo en tensión y en
guerra’”.
Para
algunos es una estúpida lucha contra lo ya “declarado” por una pitonisa o un
lector de futuro, alguien “que sabe de eso”; quienes inventaros la mentira
verdadera, de que “solo por la fuerza sale el dictador, porque está protegido
por los militares”, Vaya usted a saber, cuando los militares han tenido poder
en este país, si no es la opinión de hábiles políticos, que conocen la
debilidad del pensamiento del militar mediocre, que sigue la corriente para
lograr el ascenso, porque este es su único fin que persiguen muchos, bajo el
slogan de; “herederos de libertadores y defensores de la patria” . Así surgió,
con estos pancistas el eslogan: “leales siempre, traidores nunca”. ¡Vaya usted
a saber a quién son leales y a quien traicionan!
¡Por Dios!,
¿Dónde estaba el raciocinio perlado de la apreciación que se aprende en la
“casa de los suelos azules” o en “la casa que vence las sombras? Porque, no
vayamos a creer que todo fue labrado uniformados de verde, ni a punta de
bayoneta, ¡No!, hubo muchos doctores doctos y menos doctos, que empuñaron su
espada libertaria para seguir al mesías sabanetero, que fue muy bien bordado
por algunos próceres enquistados, quienes hoy se rasgan las vestiduras dentro
de los luchadores por la libertad de Venezuela.
Pero su más
grave pecado ha sido, esa lucha entusiasta por promover ¿la guerra de dos
mundos?, como dice el argot, donde cada quien lee su biblia y su tratado
estratégico, que no fuera malo, si no sostuviera solo el pendón de la batalla,
como lo pregonó la “revolución bolivariana”. Esa terca suerte de lucha que no
admite el error de apartarse porque el enemigo es muy poderoso y está protegido
por “los verdes”; esa falsa esperanza solo protestadora e incrédula, manejada
desde la sombra y el amparo del montón, pero que solo da la cara “cuando el
llanto de la madre patria llama”, o cuando su grito es para sordos.
Pensamos
por nuestra parte, que ¡nunca la guerra es opción! La guerra hay que evitarla y
nunca promoverla, y aunque con el tiempo, tanto la filosofía como la doctrina
del Estado han cambiado, siempre perdurará el decir de Clausewitz: “la guerra
es la continuación de la política por otros medios”. Lamentablemente, el mediocre
no quiere entenderlo así, y por esta razón siempre cree que la fuerza es el
prodigio mágico del poder, y para algunos, el poder es la fuerza; de donde
surge la manida creencia de que el poder es solo el militar, por lo que se
subsume el subdesarrollo con la ignorancia, hasta lograr hacer creer al
mediocre militar que él es poderoso, de donde surge el poder del mando militar,
que llevado por
mal entendido, logra confundir al mediocre que así lo cree, sumándose a la
pérfida amenaza de la guerra por mantener o tomar el poder.
Nunca
debemos olvidar las enseñanzas de los filósofos de la guerra, quienes siempre
se han apartado de ella con el decir: “Las guerras y todo tipo de
enfrentamientos han surgido en procura del poder o de la supremacía
gubernamental, del mando o de la preponderancia y, con ellos el permanente
conflicto entre las personas, los pueblos y los Estados, pero en todos los
casos, siempre ha privado la irracionalidad y el desenfreno, aunque se ha
mantenido latente la posibilidad de paz y de convivencia, cuando la fuerza o la
razón logran el equilibrio del poder o de la subordinación…” Y, aun cuando no
se lograse la paz, pudiere surgir una detente que ponga fin al conflicto,
aunque lo fuere de forma temporal. Es lo lógico en el convivir humano, donde
siempre debe privar la racionalidad que hace la diferencia del hombre con el
animal. La guerra es siempre indeseada, en toda la historia ésta siempre ha
sido el medio para dirimir cualquier tipo de disputa que, en su mayoría se
derivan de conflictos por el poder o por la supremacía política y por el
liderazgo en la "aldea global". La guerra es una Idea que está en
todas las mentes, desde la infantil, y desde los Juegos de la edad más
temprana, hasta los recuerdos de senectud, por las escenas vividas o evitadas,
por las conocidas o estudiadas, por las escritas o leídas.
Y, cuando
hablamos del pensar socialista o comunista, encontramos una contradicción que
nos llama a la reflexión, es el pensar de Mao Tse-Tung, quien concibió la
guerra como un fenómeno que se da en un determinado lugar y en un momento
preciso de la historia y no como algo necesario a la "naturaleza
humana". Decía al respecto: "Somos partidarios de la abolición de la
guerra; no deseamos la guerra. Pero la guerra solo se puede abolir mediante la
guerra. Para acabar con los fusiles, se debe empuñar el fusil".
"Hacer la guerra es, en general, algo malo en sí. Sólo la necesidad debe
hacer emprenderla. Los combates, cualquiera que sea su naturaleza, son siempre
algo funesto incluso para los vencedores; hay que librarlos cuando sea
imposible hacer otra cosa". "En lo concerniente a nuestro deseo, no
quisiéramos combatir ni un solo día. Pero si las circunstancias nos obligan a
luchar, podemos hacerlo hasta el fin". ¿Hay contradicción?
Otro estudio
que nos obliga a orientar a los amantes de la guerra, a los que creen que la
política es inservible, traicionera y fraudulenta. A quienes siempre creen en
la mentira disfrazada de verdad política; de acuerdo con la Estrategia Militar
china, "Se puede hacer la guerra, se puede combatir, se puede invadir
ciudades, provincias y reinos, pero antes de llegar a tales extremos, hay que
estar bien seguro de que se tiene la humanidad por principio, la justicia por
objeto, la rectitud por regla. No se debe resolver atentar contra la vida de
algunos hombres si no es para conservar la vida de un número aún mayor; no se
debe turbar el reposo de algunos hombres sino para asegurar la tranquilidad
pública; no se debe perjudicar a ciertos individuos más que para hacer bien a
la especie; no se debe querer más
que lo debido legítimamente, y quererlo sólo porque es debido, y exigirlo sólo
como es debido. De ello resulta que sólo la necesidad debe llevarnos al uso de
las armas". Hoy, la guerra late en el corazón del hombre universal,
avivada por intereses políticos como siempre, que de una u otra manera, no
dejan de reflejar el espíritu del liderazgo también universal. Universalidad
que pasa de lo individual de los humanos a lo genérico de la humanidad, en su
fraccionamiento en pueblos naciones o Estados, según la escala de organización
de los poderes y de cohesión de los grupos sociales”.
Debemos
entender, que los teóricos de la guerra solo piensan en guerra, como hacerla y
como ganarla. Nunca en su mente aparece la percepción, que mejor que la guerra
es la paz. Nunca debemos confundir la lucha política con la guerra. El
adversario político no es un enemigo, es un contrincante o adversario, a quien,
si aplicamos la bondad de vigilancia del proceso electoral, nunca podrá
vencernos. Pero esto obliga a que entendamos, que no existen tres bandos como
muchos guerreros piensan, que hay chavistas y opositores, y ellos se mantienen
para ver los toros desde la barrera. Esos que llamamos “ni, ni”, que se creen
la verdad verdadera y piensan que ¡solo con la fuerza es posible! Pero que la
enfrenten otros, los tontos que le siguen su juego paradigmático.
Como fin de
corolario, debemos persuadirnos, de que nadie es poseedor de la verdad. Surgen
dudas sobre la verdad verdadera y aún de las percepciones sobre los hechos.
Hoy, con el dominio de la información en los medios masivos, se da al traste
con lo que siempre se dijo que, “de la guerra sabemos lo que nos cuentan los
vencedores”, siendo difícil manipular la verdad con la información, sea ésta
periodística o para elaboración de inteligencia. Pero en esta última, la
manipulación, a más de peligrosa es inconveniente en el momento de diseñar
estrategias.
Esta
realidad planteada la unimos a la afirmación expuesta por Arthur Schopenhauer,
filósofo que vivió entre 1788 y 1860, quien, en conocimiento de la duda,
explicó: “Toda verdad pasa por tres etapas: Primero es ridiculizada, secundariamente
sufre una oposición violenta, y tres, es aceptada como auto evidente.” Por todo
ello, en el tratado mencionado “La Guerra por la Paz” concluimos con esta
expresión: ¡No hay dudas, todo conflicto bélico es una caja de Pandora, donde
se pueden encontrar muchas sorpresas, y, en todo caso, con victoria o con
derrota todos pierden! En el pasado, toda victoria era compensada con un botín,
pero en el presente, toda victoria involucra una pérdida compensatoria para
reconstruir y beneficiar al derrotado. Así las cosas, se logrará la paz después
de la guerra, pero quedarán las grietas y las heridas a que conducen todos los
conflictos bélicos. ¡Al final, solo quedará el desagradable sabor de justificar
la guerra por la paz!
Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela
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