Pero es especialmente cierto para los niños que no tienen forma de comprender por qué un líder ruso, Vladímir Putin, ha decidido poner su mundo patas arriba y enviarlos a ellos y a su familia corriendo a países vecinos en busca de seguridad con solo una maleta.
Ser un refugiado corriendo de una guerra, el comunismo o de un dictador no es un concepto extraño para muchos en el sur de la Florida. Para muchos, ese escenario es una cicatriz profunda en sus corazones. Como niña, me dijo, mi escape fue de Cuba, pero a través de las décadas han venido otros niños de Nicaragua, El Salvador, Honduras que han terminado en Miami.
Esos momentos difíciles del pasado burbujean al ver videos de niños ucranianos asustados tomando la mano de sus padres mientras se apiñan en estaciones de trenes, terminales de autobuses y aeropuertos llenos de gente para salir de Ucrania.
Jorge Ramos, el periodista de Univision y columnista de el Nuevo Herald, ha sido enviado a Ucrania para cubrir la guerra en ese país. Y se ha enfocado en la difícil situación de los niños en una columna que escribió el viernes desde Ucrania para el Herald.
Ramos escribe un su articulo en esta pagina: “Me he pasado los últimos días viendo a miles de ucranianos huir de la brutal invasión rusa. Pero son los niños los que, literalmente, me han roto el alma. Los veo tan desorientados y sorprendidos en esta absurda guerra de adultos.”
Que lástima.
Andrés Oppenheimer
www.andresoppenheimer.com
@oppenheimera
Argentina - Estados Unidos
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