sábado, 24 de octubre de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, DE LA CONSTITUYENTE A LA “JUSTICIA TRANSICIONAL”

Pareciera que ha pasado un siglo desde que Leopoldo López decidió caracterizar al gobierno de Nicolás Maduro como autoritario y dictatorial. En efecto, días antes del anuncio de "La Salida", el 23 de enero de 2014, la línea del partido de Leopoldo era frontal y su estrategia, luego de la caracterización del régimen, se centraba en la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para - de acuerdo a su entonces  razonamiento y el de sus copartidarios- sustituir los poderes públicos.

Cuando Leopoldo López y María Corina Machado anunciaron "La Salida" (ver http://diariodecaracas.com/politica/leopoldo-lopez-maria-corina-machado-haran-anuncios-importantes-hoy-lasalida), que no era otra cosa que someter las diferentes soluciones constitucionales a la decisión del pueblo, convocado en Asambleas de Ciudadanos en todo el país, cada uno de esos lideres tenían en su mente una “salida” constitucional: Leopoldo, la Constituyente y María Corina, la renuncia del Presidente. A mi juicio, luego de más de un año de los sucesos del 2014, este experimento fracasó por una sola razón: se salió a la calle sin haber decidido previamente cual era la solución, creyendo que esa discusión se daría de manera transparente en la calle. Ya ese liderazgo estaba dividido en relación a cuál era la solución antes de anunciar esa propuesta. Pudiera decirse que solo por eso "La Salida" murió al nacer.

Una de las razones por las cuales la gente sigue a un liderazgo es la coherencia y la focalización de los objetivos. La gente siente cuando un líder sabe dónde va y lo que quiere. Cada uno de ellos tenía agendas diferentes, y aunque ambos hicieron un planteamiento para la discusión, el país estaba para ser conducido, y pedía a gritos a sus líderes el camino a seguir. Para eso son los liderazgos, para mostrar con su luz el camino a seguir en la obscuridad. De haberse puesto Leopoldo y María Corina de acuerdo previamente en cual era la solución única a plantearle al país y convocar esas Asambleas para explicarle a la población el alcance de lo decidido -y como se haría- y no para “discutir” cual camino, el país se habría ahorrado mucha energía y se habría también llegado muy, pero muy lejos en la solución. Pero eso ya es historia…

Muchos de quienes hemos venido estudiando el tema Constituyente desde mucho antes del planteamiento de López, le sugerimos a él y a su gente en su oportunidad que una Constituyente no debía ser convocada para “salir del gobierno” sino para reorganizar el sistema político del país, que hace aguas desde mucho antes de 1998. La cosa no solo va más allá de salir del comunismo sino de plantearnos la reconstrucción misma de la arquitectura del poder. Eso es lo que está escrito en el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/). López y su gente conocen nuestro planteamiento y la manera de hacerlo efectivo es a través de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

Si el planteamiento del 23 de enero de 2014 hubiera sido la Convocatoria al país de un Proceso Constituyente Originario de las manos del mismo depositario de la soberanía, la lucha en las calles se hubiera planteado en otros términos. ¿Cuáles? Un pueblo que se quiere convocar para resolver sus diferencias en paz y democracia porque es el dueño de su destino y depositario de su soberanía, por encima de los poderes constituidos, y un régimen que no lo se lo permite. Lo que terminó sucediendo fue que el pueblo ni siquiera supo cuál de las opciones constitucionales podía usar, y en el medio dos líderes tratando de convencerlo de dos soluciones diferentes, Renuncia y Constituyente. Resultado: un fracaso estruendoso.

La participación de Antonio Ledezma en la Asamblea convocada en la Plaza Brión de Chacaíto el 2 de Febrero de 2014 fue el puente entre la “Unidad” de la MUD y estos muchachos “díscolos” que se atrevieron a remover el espíritu libertario del pueblo venezolano, cosa que jamás los MUDos pudieron ni podrán lograr. En esa tarima  Antonio compró las banderas de “La Salida” y entendió que el camino era convocar al pueblo a las calles. No creo que haya tenido una posición definida para ese entonces, pero como buen dirigente político sabía desde hacía mucho tiempo -incluso desde el Comando de la Resistencia que dirigió- que ese era el único camino.

Lamentablemente sin objetivos definidos desde el comienzo y sin tareas concretas que realizar dentro del marco constitucional cualquier cosa podía pasar. Y pasó lo que nadie deseaba. El régimen salió sediento de sangre a cobrar vidas humanas, endilgándole a los convocantes una responsabilidad que solo le correspondía al mismo régimen, que eran las vidas que se perdieron en las calles.

Luego del fracaso de “La Salida”, no se pudo discutir lo que se pretendió el 23 de enero de 2014 ni se entendieron a cabalidad las soluciones constitucionales propuestas. VP insistió en el tema constituyente, pero con una planilla y unas bases comiciales semejantes a las de Chávez-1999 que difícilmente pudieron convencer a la población de algo que ni ellos mismos habían entendido a fondo, entre otras cosas, el para qué de una convocatoria a un asunto de esa relevancia, con lo cual el tema se diluyó entre la persecución y el encarcelamiento de Leopoldo por parte del régimen.

Creo que esa fue la razón principal del desvio de la idea Constituyente y el cambio de estrategia de VP, una vez preso Leopoldo, a una salida electoralista a la MUD. No creo que si Leopoldo estuviera libre se pensara en un concepto como el de “justicia transicional”, explicado en detalle por Freddy Guevara a Newsweek (ver http://nwnoticias.com/venezuela/#!/noticias/guevara-habra-que-generar-algunos-acuerdos-con-sectores-del-regimen).

Creo que no estaba en la mente de Leopoldo negociar con ladrones, torturadores  y asesinos cuando nos explicó personalmente a un grupo de especialistas lo que perseguía con una constituyente (no fue que me lo contaron) que su partido impulsaría. Le interesaba tanto salir de la crápula que gobierna que se saltaba lo obvio: que no se podía salir de lo actual sin evitar que se repitiera la tragedia en el futuro con los mismos factores que la causaron inicialmente, si no se cambiaban las estructuras del sistema político. Bien dice una máxima de la administración: mal pueden arreglar un problema aquellos que lo causaron.

Lamento mucho que las ideas originales que propulsaron una solución constituyente en un partido como VP hayan terminado en un pensamiento que sugiera una negociación que permita una “justicia transicional” con el régimen. Eso no solo es bajo sino inaceptable. Ojalá que la MUD no le haya cambiado tanto el partido a Leopoldo mientras ha estado preso, por una maquinaria de conseguir cargos públicos, al punto que usen su sacrificio para colocar candidatos que sean solo una caricatura de su pensamiento original. No solo sería triste y lamentable, sino la repetición de la horrenda  historia del pasado...

Luis Manuel Aguana,
Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

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