miércoles, 25 de noviembre de 2015

LUÍS ALFREDO RAPOZO, EL DISCRETO ENCANTO DE LA REVOLUCIÓN

Después del proceso constituyente venezolano y que elaboró la Constitución del año 1999, vinieron las elecciones parlamentarias, ustedes tienen que recordarlo.

 Entonces, ingresaron los diputados rojos con su aplastante mayoría, como si hubiesen tomado por asalto la Nueva Asamblea con un nuevo estilo parlamentario y ofreciendo que serían eternos en sus puestos; negando que la realidad es cambiante y tratando de llevarle a la gente el mensaje que la revolución era lo máximo; que no había para más nadie, que el país era de ellos y  aquel que no estuviese con la revolución , pues sencillamente comería piedras y su destino era extinguirse como el ave fénix.

 Comenzamos a ver un resentimiento intenso en los diputados, donde la ausencia de buena oratoria era evidente; fomentaron la división de clases, alimentaron resentimientos y procuraban el distanciamiento y la pugna entre la clase trabajadora  y sus patronos; odiaban al productor, al ganadero, al gran agricultor, al industrial, al empresariado y hacia allá enfilaron sus baterías de expropiación y amenaza permanente.

Inmediatamente, el culillo de la plata se manifestó y las inversiones se fueron alejando, el capital de los empresarios trataba de ponerse a salvo en el extranjero por temor a ser devorado por la sed “revolucionaria” de destruir todo, acosando la propiedad privada, el deseo de producir y las libertades económicas. Además se uniformaron de rojo y negro, como si fueran los diablos danzantes de Yare.

Sus vestimentas recordaban al paisano de cualquier barrio y cuando la ocasión requería formalismo, pues parecía que estaban disfrazados. Extrañamente comenzaron a aparecer en el hemiciclo disfrazados de campesinos; aparecieron seudo guerrilleros, disfrazados de combatientes; militares que nunca habían servido y diputadas vestidas con prendas militares y cosas parecidas como si estuviésemos viviendo en medio de una trinchera en el frente.

Algunos diputados fueron llamados al poder ejecutivo donde poco a poco fueron cambiando sus haberes personales, aunque algunos más osados hicieron fortunas sospechosas aprovechando sus cargos ministeriales que redundaron en cuentas multimillonarias en Andorra, Alemania, Suiza, Estados Unidos y otros países.

Afortunadamente, tenemos fe profunda, de lograr pasar de la denuncia a la acción para tratar de que la justicia se levante de su letargo, y la Fiscalía de la inacción ante el pillaje más grande, más vulgar que ha recibido la nación en 200 años de historia. Me supongo, que la primera auditoria debe ir enfilada sobre aquellos funcionarios que estuvieron enchufados por demasiado tiempo y así queridos amigos, la lista se estira como un chicle cuando tenientes y capitanes de aquellos golpistas de 1992, ahora tienen propiedades e inversiones escondidas, testaferros manejando flujos de divisas que el sueldito de funcionario no puede justificar…

Me despido apreciados lectores, con la plena seguridad que este artículo continuará, porque tiene mucha tela que cortar…el discreto encanto de la revolución.

Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo

Anzoategui - Venezuela

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