lunes, 2 de noviembre de 2015

OSCAR BASTIDAS-DELGADO, CRISIS ENDÓGENA, EDUCACIÓN COOPERATIVA Y TRASCENDENCIA DEL COOPERATIVISMO.

Nuestro cooperativismo es una herramienta organizacional constituida y dirigida por ciudadanos con nombres y apellidos que han asumido el reto de enfrentar sus problemas mediante cooperativas, gracias a la doble condición Asociación – Empresas que poseen y le conceden ventajas sobre otras organizaciones.

La crisis endógena del paìs, particularmente en cuanto a valores y la estanflación, afecta seriamente nuestro movimiento, retroceso en la producción con inflación superior al 200% no la soporta cooperativa alguna y menos si ahora se suma el pago de impuestos. A esta crisis no se le ve fin y… ¡lo que viene será peor!, nuestro reto es cabalgarla, garantizar la sobrevivencia de nuestras cooperativas y, en paralelo, profundizar nuestro anclaje en las comunidades buscando también generaciones de relevo.

En nuestro movimiento se imponen creatividad e innovación, formarnos; solo sortearemos esta crisis en la medida en que estudiemos y comprendamos las causas de esta triste realidad, en la medida en que nos compenetremos con la necesidad de cambios y nos armemos con herramientas apropiadas, resolvamos confusiones y contradicciones, reafirmemos nuestra condición democrática y autogestionaria impulsando la intercooperaciòn y la integración; en fin, en la medida en definamos nuestra identidad como movimiento nacional y actuemos en consecuencia.

Un aspecto clave es establecer linderos en nuestras relaciones con el Estado. Demasiado daño hizo nos hizo su impulso a la constitución de 413.000 cooperativas de las que no menos de 390.000 están en el Cementerio de Cooperativas Mayor del Mundo; sigue haciéndonos daños el nombramiento de funcionarios con el solo merito de pertenecer a la Misión Francisco de Miranda; funcionarios que desconocen el cooperativismo y califican como cooperativa a la Universidad Santa María, y meten nuestras cooperativas en el mismo saco de las falsas y de maletín que negocian contratos jugosos con Pdvsa y otras empresas públicas. Esas falsas y de maletín si deberían ser anuladas por Sunacoop luego de obligarlas a pagar impuestos y multas.

01.- EDUCACIÓN, FORMACIÓN PARA EL TRABAJO E INFORMACIÓN.

Este principio, hoy en revisión junto a los otros, afirma que “Las cooperativas proporcionan educación y formación a los asociados, a los representantes elegidos, a los directivos y a los empleados para que puedan contribuir de forma eficaz al desarrollo de sus cooperativas. Informan al gran público, especialmente a los jóvenes y a los líderes de opinión, de la naturaleza y beneficios de la cooperación”.

Si lo unimos al del Interés por las Comunidades, estamos obligados a llevar cooperativismo a la sociedad, adoptar la enseñanza del cooperativismo en las escuelas y liceos más cercanos y lleve a maestros, niños y jóvenes el mensaje cooperativo bajo esquemas de Responsabilidad Social Cooperativa (RSCoop).

En nuestro movimiento muchos reconocemos que los problemas se resuelven con base en lo formativo pero un asunto es pensarlo y otro es hacerlo. Nuestras actividades educativas, no se diseñan sobre diagnósticos de necesidades formativas  de directivos y asociados,  se formulan  sobre caprichos y relaciones amistosas, con prioridad a lo barato y no a la calidad, son repetitivas, de poco alcance, puntuales y sin seguimientos.

¿Hasta cuándo “estamos preparando la asamblea” será excusa para posponer hasta julio el inicio de las actividades formativas?. Cooperativa que no realice sus asambleas en el primer trimestre es porque tiene directivos irresponsables. Si quienes preparan las asambleas son los mismos de educación, que reconozcan su incapacidad y concedan paso a otros; lo contrario es correr el riesgo de convertir esa cooperativa en falsa.

02.- HACIA UNA REINGENIERÌA DE LAS UNIDADES DE EDUCACIÒN.

Las unidades de educación deben ser el epicentro de las transformaciones; por ello se debe actuar con buen sentido de orientación e innovación, y la intercooperaciòn y la integración como los procesos idóneos para impulsar la educación con economías de escalas. Esfuerzos aislados son despilfarro de recursos y pérdida de sinergias, debemos unirlos ante: 1.- Necesidades formativas apremiantes de asociados y trabajadores; 2.- comunidades que constituirán las generaciones de relevo y hacia las cuales debemos desarrollar Responsabilidad Social Cooperativa (RSCoop); y 3.- un paìs que reclama valores y principios.

En lo inmediato apretemos aquellas tuercas del sistema educativo cooperativo que dependen de nosotros e iniciemos una reingeniería de las unidades de educación; al respecto deberíamos:

1.- Retomar aquella práctica de Ceconave y algunas centrales de realizar Asambleas Anuales de Educación entre septiembre y octubre en las que se apruebe el Plan de Actividades Formativas y de Capacitación del año siguiente  considerando un diagnóstico de necesidades formativas y la disponibilidad del Fondo de Educación. Una asamblea ordinaria puede establecerlas sin necesidad modificar el estatuto.

2.- Formar equipos de facilitadores que induzcan y fortalezcan los preceptos cooperativos entre los asociados, y apoyen la difusión del cooperativismo en las comunidades. Toda cooperativa debe establecer que quienes aspiren a ingresar en ellas reciban un Curso de Inducción.

3.- Impulsar la promoción cooperativa sin temor a relacionar este proceso con sus  productos y servicios, ¿porqué no hablar de nuestros servicios funerarios y los de salud o consumo si las comunidades tienen esas necesidades?.

4.- Recuperar la figura de los aprendices como fórmula idónea de convertir nuestras cooperativas en escuelas permanentes. En esta idea impulsar las pasantías de hijos de asociados y otros jóvenes, asì como potenciales trabajadores para prepararlos y realizar una mejor selección; esto amerita un mínimo de sistematización y tutorías.

5.- Establecer alianzas con universidades e institutos, sus enseñanzas e investigaciones son claves para nuestros procesos formativos; encerrarse en el círculo vicioso de nuestros propios conocimientos creyéndonos autosuficientes frena necesarias aperturas y desarrollos. Los casos exitosos de cooperativismo en nuestro paìs son frutos de conocimientos universitarios y de seminarios de algunos de sus actores aunque ellos lo escondan.

6.- Aprender, ¡no copiarnos!, de experiencias de otros países. El auto-ostracismo en asuntos formativos es germen de nuestra propia destrucción.

7.- Constituir centros documentales y videotecas con los documentos básicos de la cooperativa (estatuto, reglamentos e informes anuales), la Constitución Nacional, la LEAC, libros y documentos sobre Economìa Social y cooperativismo. Quienes asistan a procesos formativos deben replicar las reflexiones y aportes recibidos a los compañeros que no asistieron y entregar los documentos y Cds recibidos al Centro documental.

03.- UNA APERTURA AL PAÌS. COOPERATIVISMO EN LOS PROGRAMAS FORMALES Y COOPERATIVAS ESCOLARES.

La trascendencia de nuestro movimiento pasa por no olvidar que venimos de  las comunidades y que de ellas saldrán las generaciones de relevo que garantizarán su futuro. Siendo asì, ¿porqué no formular planes  para niños y jóvenes?, planes que los involucre en las tres áreas básicas de la Responsabilidad Social Cooperativa (RSCoop), a saber:

1.- La cooperativa misma mediante visitas y pasantías puntuales o en épocas vacacionales, en la idea de practicar cooperativismo, construir solidaridad, y prepararlos para el futuro ya que la cooperativa es su potencial lugar de desarrollo y trabajo.

2.- Lo societal o el entorno de la cooperativa a partir de un mapeo de las organizaciones aledañas con miras a impulsar un voluntariado que apoye las soluciones a sus problemas con la educación como soporte. Toda cooperativa debería apadrinar la escuela más cercana y apoyar otras organizaciones como guarderías, ancianatos, y hospitales.

3.- Lo ambiental, todo cooperativista debe defender el ambiente en la idea de preservarlo para generaciones futuras bajo esquemas de desarrollo sustentable.



La trascendencia de nuestro movimiento será mayor en la medida en que insertemos nuestros valores, principios y acciones en la estructura medular de la educación formal del paìs.

En ese sentido debemos exigir la re-inclusión del cooperativismo y sus prácticas en los programas de enseñanza de la educación primaria y secundaria en las áreas de formación para el trabajo y trabajo comunitario del Ministerio de Educación. Al respecto, apoyemos la iniciativa de la compañera profesora Grecia Rivas, de la Central Cooperativa de Falcòn (Cecofal), que intenta formular una propuesta en ese sentido, enviémosle ideas y referencias para como apoyo.

Pero atención, no es suficiente con que esos contenidos en los programas; a Dios rogando y con el mazo dando: debe acompañarlos con la puesta en marcha de cooperativas escolares, de esas que se iniciaron en nuestro paìs en los 40s y cuyo impulso ha sido tan buscado por compañeros como José Elías Thielen, hoy fallecido, y Carlos Molina Camacho, muy activo en todo lo que al movimiento se refiere.

No olvidemos jamás que todo proceso formativo parte del dominio de la lectura, la escritura y la educación formal, acá aplaudimos al cooperativismo colombiano que destina un porcentaje de sus excedentes para que sus asociados culminen sus estudios de primaria, bachillerato y hasta universitarios.

Hace unos años la entonces muy activa Cooperativa Las Nieves de Aragua impulsó con relativo éxito la propuesta “Todo cooperativista debe ser bachiller”. ¿Quién le niega a nuestras cooperativas la constitución de fondos para apoyar los estudios de sus asociados?, retomemos la idea desde abajo: “Todo cooperativista debe tener al menos la primaria aprobada”.



- A MANERA DE CONCLUSIÓN.

La crisis endógena del paìs, particularmente en cuanto a valores y la estanflación, nos obliga a prepararnos. Como afirmó Simón Rodríguez: “O inventamos o erramos”; nos corresponde estudiar, prepararnos, y formar generaciones de relevo o seremos víctimas de nuestra propia e injustificada ignorancia. Por y para algo nuestro movimiento adoptó el Quinto Principio: Educación, Formación para el trabajo e Información y cuenta con un fondo para ello. Basta de buscar culpables fuera del paìs y fuera de nuestro movimiento, hay factores externos que inciden sin duda alguna, pero nos corresponde apretar la amplia mayoría de las tuercas.

Propuestas como las formuladas pasan por convertir nuestras cooperativas en verdaderas escuelas de vida, de democracia, de ciudadanos útiles para impulsar una sociedad que se autoconstruya permanentemente sobre los valores y principios cooperativos combinando asertivamente lo social con lo económico pues las cooperativas son para crear riquezas y mejorar nuestros niveles de vida, no para igualarnos en la pobreza y continuar en ella. No olvidemos que todo cooperativismo exitoso tiene como base apropiados sistemas formativos.

Una cooperativa que no impulse el Quinto Principio es falsa. De no aplicarlo, podrá ser gigante y con miles de asociados, pero siempre tendrá pies de barro.

Cooperativas falsas ya hay demasiadas en nuestro paìs. ¡Demos el ejemplo!.

Oscar Bastidas-Delgado 
oscarbastidasdelgado@gmail.com

@oscarbastidas25
Caracas - Venezuela

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