jueves, 2 de febrero de 2017

LUIS GARRIDO, MÁS CALLE Y MENOS PALABRAS

HABLA LA CONCIENCIA

Llegó el tiempo de entendernos.  Las confrontaciones internas dentro de la MUD son tan dañinas como las críticas públicas que se le hagan, aun cuando en sus argumentos clarifiquen políticas de orientación que contribuyan a fortalecer el peso de los razonamientos.  No se trata de la mejor opinión de quien con su labia sepa expresarse, tampoco del partido que agrupe las más destacadas lumbreras políticas;  la decepción popular nos está indicando que hace falta algo más que palabras, está pidiendo mayor acción.  Mientras el gobierno hace sentir el peso de su poder mediante la trampa legalizada  a través de sus órganos de sumisión,  de nuestro lado -incluyendo al que tiene que perder y al más humilde inconforme del pueblo- no damos muestras de reacciones espontáneas. 

En el 2016 se dieron pasos significativos que pusieron al régimen de rodillas;  pero frente  al programa de combate por parte de la oposición, que incluían  los temas electorales y donde el gobierno llevaba en contra las de perder por el rechazo tan marcado de Nicoles Maduro en la población,  permitimos la confabulación del oficialismo y hasta nos dejamos cachetear burlonamente con el cambio de fecha de las elecciones de gobernadores, en las cuales el régimen recibiría la más humillante derrota.         

 Los argumentos que le endosan la responsabilidad a la unidad democrática son inconsistentes: las culpas nos arropan por igual. Cuidado con lo que pudiera reventar por algún lado,  donde solo sería pasar el poder de unas manos a otras.  Los factores de peso político del PSUV están conscientes del daño que les hace Maduro con su alto rechazo;  la salida "caza-bobo" sería el gobierno de transición, que sin duda alguna vendría a ser el de mayor conveniencia para los enchufados y corruptos.  La calle pide elecciones: fuera los  revolucionarios.          

Se agotó el tiempo de los ensayos. La unión de todos los que creen en un solo bloque para enfrentar al gobierno es lo que procede.  Con mayores acciones de calle no hay quien detenga el derrumbe de estas arbitrariedades dictatoriales. Los militares a sus cuarteles.  Dieciocho años en los cuales unos han guardado silencio y otros han gritado a todo pulmón su socialismo chavista son más que suficientes como lección.  La Constitución nos ampara y las calles nos esperan. A un pueblo unido con sus partidos al frente, nada lo detiene.     

Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela                

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