IDEOLÓGICOS,
REPRESENTATIVOS, PROGRAMÁTICOS Y ELECTORALES.

Con ese libro enseñamos, desnudando por entero al marxismo cultural, y
también actualizamos y completamos el Catálogo de Leyes Malas. Porque con la
feroz embestida de la "ideología de género" y demás mentiras de su
parafernalia, el “Socialismo del siglo XXI” logra meter suficiente ruido y
bulla, disparate y escándalo, como para hacer olvidar las leyes malas.
Inspiradas en el marxismo clásico o económico, estas leyes fueron decretadas en
el pasado siglo XX, y aún se encuentran vigentes; y por eso seguimos en medio
del desorden, la injusticia, la pobreza, y toda clase de corrupciones.
En nuestro Proyecto “La Gran Devolución” combatimos a la izquierda en
sus dos facetas, cultural y económica. ¿Cómo? “Incubando” a las fuerzas
políticas capaces de separar a nuestros países de las fatídicas Agencias de la
ONU, derogar todas las leyes malas, e impulsar las Cinco Reformas. Puedes
consultar la Web amarilla del Foro Liberal de América latina.
Hoy en día los partidos políticos han quedado reducidos a una sola
dimensión, la electoral. Pero nuestros modelos son los partidos que logran
sacar a sus países del infierno socialista, p.ej. los escandinavos. Suecia el
más famoso, pero también Dinamarca, Noruega y Finlandia. Son partidos
completos, de cuatro dimensiones: ideológicos, representativos, programáticos y
electorales.
(1) Ideológicos, porque se inspiran en las doctrinas conservadoras y del
liberalismo clásico: Gobiernos limitados, mercados libres y propiedad privada.
A veces, algunos se salen de este marco y se inclinan a la derecha mala o
estatista, con su “proteccionismo” mercantilista; pero al menos no se dejan
infiltrar por las izquierdas, como sucede en nuestra América.
(2) Representativos, y muy ampliamente, porque sus bases sociales
comprenden distintos segmentos de “la mayoría silenciosa”, y así practican
“fusionismo”: unos enfatizan la vida y la familia, y otros las libertades
económicas, porque no son causas antagónicas sino totalmente complementarias.
(3) Programáticos, porque traducen su ideario en un Programa muy
concreto de políticas y medidas de Gobierno, separando lo público de lo
privado, mediante una serie de privatizaciones y desregulaciones, recortando
drásticamente las funciones, los poderes y el gasto del Estado, y por tanto los
impuestos, la inflación y el endeudamiento.
Su lema no es la “igualdad de oportunidades”, lo que es una utopía
engañosa de la izquierda, sino “más y mejores oportunidades”. Para que los
pobres puedan salir de la pobreza, engrosando así a la clase media, y que de la
clase media puedan emerger medianas grandes empresas, y sus empresarios, y no
sólo “micros y PYMES”. Sus programas han inspirado muchas de nuestras “Cinco
Reformas”.
(4) Electorales, porque también se movilizan para postular candidatos y
sumar votos, pero eso es cuando llegan las elecciones, y no es todos los días.
Todos los días, y no sólo en las elecciones, estos partidos completos
tienen Escuelas de Cuadros, medios de prensa propios, editoriales, librerías y
hasta bibliotecas; hacen charlas, diálogos y debates con la gente; marchas
callejeras también, cuando la ocasión lo amerita. Y mantienen una red privada
permanente de cuotas y ayudas en dinero, para actividades y proyectos
específicos.
Los economistas liberales dicen que Suecia y los países escandinavos ya
no son socialistas, o ya no totalmente, y es cierto; pero no dicen cómo. Y fue
gracias a estos partidos de la derecha, algunos muy antiguos, con referentes en
el siglo XIX. Ganaron comicios y fueron gobiernos; pero no siempre.
Sin embargo, aún bajo los gobiernos socialdemócratas, y desde sus
posiciones en la oposición, esta buena derecha liberal escandinava puede
empujar las reformas para que se hagan, o puede evitar su reversión si ya
fueron decretadas. Porque sus partidos son inteligentes y eficaces en el uso de
sus recursos políticos, su propaganda es concluyente y persuasiva, y ejercen
presión con habilidad.
Las izquierdas llegan tan lejos como se lo permiten las circunstancias,
y las derechas. A veces las reformas liberales las hicieron partidos
socialdemócratas, y hasta comunistas (en China y Vietnam), pero no porque hayan
sido “buenitos”, sino porque se les ha obligado.
(1) En Suecia, como en todo el mundo, funciona la ley del péndulo, y la
derecha está en el gobierno a veces (pocas), y en la oposición otras veces
(muchas). El socialdemócrata Tage Erlander (1901–1985), principal arquitecto
del “Estado de Bienestar” a base de impuestos confiscatorios y despilfarro en
“programas sociales” ineficientes, fue Primer Ministro de 1946 a 1969, 23 años.
Pero la derecha pudo poner “contención”, evitando estatizaciones de
empresas, e igual bajo Olof Palme, desde 1969 a 1976, cuando la derecha ganó
las elecciones con Thorbjorn Falldin, y comenzó con las reformas de mercado.
Pero no pudo terminarlas, y la prosperidad no se expandió lo suficiente; por
eso en 1982 la izquierda volvió al poder, y con el mismo Olof Palme. Y dese
entonces el péndulo ha oscilado permanentemente, pero no como en esta América
nuestra: allá cuando la izquierda vuelve, no puede arrasar con todo y deshacer
lo andado, poco o mucho, en la buena senda.
(2) En Dinamarca, como en todo el mundo, la política es “agonal”: una
eterna “pulseada” entre la izquierda y la derecha, una empujando al socialismo,
y otra al capitalismo. Pero el nombre del partido de derecha liberal danés es
“Venstre”, que significa “izquierda”, porque así era en el año 1870, cuando se
fundó. Desde entonces todo ha cambiado, y con el Partido Conservador, Venstre
integra el “bloque azul”, contra el “bloque rojo”, de socialistas y comunistas.
(Los que niegan la divisoria entre izquierdas y derechas son ignorantes, que
nada saben de política... o son de la izquierda disimulada).
(3) En Noruega, el partido más destacado en la derecha es el Partido
Demócrata Cristiano. Su líder Kjell Bondevik, nacido en 1947, fue Premier de
1997 a 2000, y otra vez de 2001 a 2005, decretando las reformas pro libre
mercado, con gran apoyo popular. Un detalle: es Pastor luterano, pero eso sólo
a la izquierda le molesta. Discípula suya es la actual Premier Erna Solberg,
nacida en 1961; aunque ella lidera otro partido, “fusionista”
liberal-conservador (aliado al PDC), el Partido Conservador, fundado en el año
1884, que por cierto éste sí se llama “Hoyre”, que significa “derecha”.
(4) En Finlandia el comunismo siempre fue muy fuerte. Tras la Primera
Guerra Mundial hubo una República soviética, y una guerra civil, a la cual
hasta hoy los comunistas discuten si se debe llamar guerra o sólo “conflicto”,
o cómo debe llamarse, igual que en Colombia y en Argentina. Se ve que la
izquierda es igual en todas partes, siempre con las mismas malas mañas
semánticas.
Pero gracias a Dios, hasta en Finlandia los partidos de la derecha, en
coalición, han podido hacer las reformas liberales cuando fueron gobierno, y
asimismo defenderlas luego con denuedo, sagacidad y firmeza, cuando les cupo
ser oposición.
¿Y en América latina? ¿Aprendemos o no? ¿Seguimos en la ignorancia …?
Alberto Mansueti
albertomansueti@aol.com
@MansuetiAlberto
@alberman02
Bolivia
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