EL LUMPEN LA BASE DE LA REVOLUCIÓN
El actual gobierno bolivariano ha sido desde sus inicios una rica fuente
de chifladuras, las cuales se han venido incrementando en número y en su cada
vez más profundo carácter. Ya se está cerca de poder escribir todo un libro con
las necedades puestas en práctica, que sería un éxito humorístico en el mundo
entero si no tomáramos en cuenta los efectos nefastos en la vida de la
población venezolana.
Sobre algunas de ellas hemos escrito, no para burlarnos de
las ocurrencias de los genios revolucionarios, que bastante mofa desencadenan
en el pueblo llano, sino para tratar de llamar la atención de las inteligencias
que aún queden en las cercanías de la revolución. Han sido un llamado a la
sensatez, pues hasta vergüenza ajena se siente ante los disparates que se
dicen, se publicitan y, lo peor, se llevan a la práctica. Pero no, la soberbia,
como la osadía, son hijas de la ignorancia y ésta es demasiado grande dentro
del Gobierno.
Y lo peor es que como nuestro pueblo tiene apenas 7 grados de educación
formal, equivalentes a unos 5 años de estudios si tomamos en cuenta que la
duración del año escolar tiene un déficit crónico de un 30 por ciento, es fácil
embaucarlo con prácticamente cualquier cosa que a alguien se le ocurra como una
gran idea. Venimos afirmando desde hace ya bastante tiempo que mantener a
nuestra gente en la ignorancia y la miseria es parte de un diseño social que se
aplica religiosamente desde, por lo menos, 1958 para acá. No es producto de
gobiernos ineficaces o incapaces, que han sido un factor común en todo el
período que se inició en esa época, sino de administraciones que
deliberadamente nos han mantenido en esta situación. En este aspecto, así como
en corrupción, represión y demagogia, todos han sido particularmente exitosos.
Recientemente, Iris Varela, ministro de prisiones, declaró que se jugaba
la defensa de la revolución con los “privados de libertad”, quienes reciben hoy
instrucción militar. Vimos a los presos marchando, hasta mejor que los
efectivos de la FANB. Luego ha dicho que la formación de los presos no era para
reintegrarlos a una sociedad capitalista, por lo que suponemos que los forman
para la construcción y el soporte del socialismo siglo XXI. Resaltó que estos
ilustres tenían una serie de cualidades, entre ellas el liderazgo, a lo que yo
agregaría capacidad organizativa, conocimiento del manejo de armas, experiencia
de combate y valor personal. Varela habla de gente que organiza y dirige bandas
para el secuestro, el robo, el atraco, el fraude, el tráfico de drogas, el
contrabando; que controla las cárceles, pueblos y barrios citadinos y que se
cae a tiros con la policía sin miedo ninguno.
Se trata de poner a los pran a gobernar y a sus luceros en los
ministerios y de allí para abajo. Para Iris, los delincuentes presos son el
mejor substrato para construir el hombre nuevo socialista. El lumpen la base de
la revolución: ¿Qué diría Marx? Maduro la ha llamado la “santa de las
cárceles”. A lo mejor hasta la canonizan antes que a José Gregorio.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Caracas-Venezuela
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