Y en ese eterno
esperar se te acabará la vida. Andrés Eloy Blanco.
Jueves 02 de marzo 2017, 5:15am, ciudadano se hace presente para hacer
la cola en establecimiento comercial en la ciudad de San Cristóbal, Estado
Táchira, Venezuela (hay anuncio de venta de crema dental, desodorante, papel
higiénico y jabón de baño); al llegar le indican que debe registrarse y así lo
hace, está contento, le corresponde el número 173 y hay productos para 500
personas. Hay frío, está oscuro.
6:35am, aún está oscuro, el frío no cesa, hay conversaciones entre los
presentes, unos expresan molestia por la escasez e indican que no es justo
tener que madrugar para hacer cola y poder comprar las miserias que sacan.
Otros miran, asienten y se llevan las manos a la cara para tapar su tristeza.
Ya hay en cola 450 personas.
7.45am, se presenta forcejeo verbal entre dos damas, una le señala a la
otra: usted no va ahí, no se colee, sea responsable, haga la cola. La otra
responde, yo si voy aquí, es que fui un momento a la esquina y estoy
regresando. Los demás gritan: sáquenla, sáquenla, que haga la cola carajo.
8:15am, anuncian la apertura del centro comercial, los ciudadanos se
reacomodan, estiran sus cuerpos, se les ve sonrisa en el rostro, ya van a poder
comprar los productos higiénicos que necesitan. Gracias Dios, vamos a salir
temprano, dicen unos, otros responden que bueno, porque llegue aquí desde las 4
de la madrugada, y ya me duelen las piernas, y tengo hambre. Funcionarios de la
GNB recogen las cédulas por grupos de 15 personas.
9: 45am hay cansancio en la cola, ha pasado todo ese tiempo (1 hora, 30
minutos), y sólo han entrado 50 ciudadanos. La gente murmura, ¿tanto tiempo
para vender 2 cremas, 2 desodorantes, 1 papel higiénico y 2 jabones de baño?
Las respuestas surgen allí mismo: lo hacen para que la gente se canse y se
retire a sus casas. Otro agrega: es para ellos acaparar los productos y
entregarlos a los revendedores. Otro dice: son mafias, juegan con la necesidad
de la gente. Alguien deja salir su lamento diciendo: Dios, cuando nos va a
ayudar a librar de este yugo, que arrepentido estoy de haber apoyado este
gobierno.
10.45am, la cosa empeora, ya no hay frío, el sol quema los rostros al
descubierto, hay hambre y el cansancio crece. Funcionario del establecimiento
comercial anuncia que ya no hay papel higiénico y desodorante, solo queda crema
dental y jabón de baño. Los ciudadanos presentes reaccionan molestos; gritan
groserías. Señora de unos 57 años les dice, ¿cómo es eso que se están
terminando los productos, si anunciaron la venta para 500 personas, y yo soy la
número 150? ¿Qué irresponsabilidad y mamadera de gallo es esa?
11:35am, anuncian el paso de las últimas 15 personas, ya no hay
productos y les piden a los demás retirarse hacia sus casas. Adulto de unos 54
años se agarra de la cerca y lanza discurso: vinimos hoy, una vez más, a hacer
la cola de la humillación, del maltrato. Le pregunto a los funcionarios de la
GNB, ¿díganos cuantas personas pasaron para comprar?, no recibe respuesta, y le
vuelve a repetir la pregunta, pera está vez lo increpa directamente: no sea
irresponsable, tenga vergüenza y díganos a los presentes, ¿Cuántas personas
pasaron a comprar?; el funcionario, incomodo y con mirada furiosa, le responde:
500 personas, y con eso se armo la sampablera.
Se impone el legado del socialismo del siglo XXI: la bitácora de espera.
Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
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