jueves, 9 de marzo de 2017

LUIS GARRIDO, QUE LES QUEDE BIEN CLARO

HABLA LA CONCIENCIA

No somos cubanos ni nicaragüenses, tampoco nos arrodillamos frente a dictadores.  Si lo que pretenden -a través  de la incondicionalidad de las rectoras del Consejo Electoral-  es imponer la práctica del partido único, que es como decir  "despachar y quedarse con el vuelto", que se vayan bajando de esa nube.  La provocación del gobierno pareciera no tener límite, pero el ambiente excesivamente caldeado se torna cada día más peligroso;  la mecha está a punto de hacer explotar el barril de pólvora: un pueblo sin control pudiera   estallar  en su indignación.  Todos los pasos del régimen van encaminados hacia la violencia;  el concepto que tienen sobre los avances de la revolución es mediante el predominio político, el abuso de la fuerza pública y el control de los poderes.  
 
La explicación es sencilla si nos apoyamos en la experiencia de las dictaduras cubana y nicaragüense; el método eleccionario está controlado bajo un solo fin: votar pero no elegir;  de allí los años del castrismo gobernando a Cuba y el poder absoluto de Daniel Ortega sobre Nicaragua. Los recientes resultados de su cuarta victoria tuvieron una significación muy especial, además de alzarse  con la presidencia también impuso a su mujer en la vicepresidencia.  La diferencia que pudiera compararse entre Venezuela y esos dos países es que, aún robándonos la presidencia de manera descarada, obtuvimos   mayor número de votos que el oficialismo,  pero si existiera alguna duda sobre lo que aquí afirmamos, regresemos a la elección de la actual Asamblea Nacional donde el gobierno recibió una tremenda paliza.      
          
Los asesores políticos del régimen están enredados,  tendrán que revisar su equivocada estrategia, salvo que el propósito sea darle los últimos machetazos a la democracia, por cuanto obligar a "rajatabla"  la relegitimación de los partidos políticos en el tiempo y las condiciones que impusieron, es imposible física y matemáticamente.  Cuando decimos enredados es porque un gobierno que se mantiene en pie mediante procedimientos arbitrarios y rehuyéndole a todo proceso que signifique contarse, no está en capacidad de imponer ninguna medida que no sea por la fuerza. 

Razonemos: quien lleva el timón del barco es precisamente el más inepto para conducirlo;    más del 80 % de rechazo de la población así lo indica.  Lo que nos queda a los venezolanos es coincidir en el mismo propósito: la calle sin vuelta atrás. 


Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela           

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