lunes, 3 de abril de 2017

ARIEL PEÑA, UN AUTÉNTICO PARTIDO DE MASAS, CASO COLOMBIA

PARTIDO CENTRO DEMOCRÁTICO

El partido Centro Democrático demostró el pasado Primero de Abril su capacidad de movilización, al realizar  gigantescas marchas  en más de 20 ciudades colombianas, encabezadas por Medellín y Bogotá, en contra de toda la política del gobierno de Santos, exigiendo su renuncia. El partido del expresidente Uribe estuvo acompañado  por los más connotados líderes del conservatismo, sectores liberales, grupos independientes y organizaciones sociales y sindicales.

Las movilizaciones en mención,  constituyen un verdadero hito en los últimos tiempos, y un cambio en las costumbres políticas, pues las organizaciones partidistas en el país solo están acostumbradas a efectuar manifestaciones en época de elecciones, como si eso fuera  la única razón de ser, y se olvidan de estar sintonizadas con los múltiples problemas sociales, económicos y políticos que sufre la ciudadanía.

La esencia de las marchas del primer sábado de abril, era potenciar la defensa de la democracia ante la arremetida totalitaria, que trae el acuerdo del gobierno  con la narcoguerrilla de las Farc, y  que pone  al país de rodillas ante los terroristas que pretenden  vengarse  de sus enemigos políticos e ideológicos con la JEP (jurisdicción especial para la paz), por ello como se dice coloquialmente “hay que calentar la calle”, ya que todavía estamos a tiempo de preservar  la libertad.

La crisis económica y social de Colombia también ameritaba la movilización, porque la Reforma Tributaria empobreció  a los sectores medios y populares, a ello se  adiciona el pírrico incremento en el salario mínimo que ha sido por decreto en los últimos años, en donde la concertación con los sindicatos es defenestrada  por parte del gobierno nacional, con el agregado  que el crecimiento económico del país es  muy precario, lo cual evita el desarrollo del empleo decente para una vida digna, por ello  la informalidad laboral y el desempleo van  en aumento.

Capítulo aparte merece la corrupción del actual gobierno, que cree que poniéndole el espejo retrovisor a la administración del expresidente Álvaro Uribe se puede exculpar de sus graves faltas a la ética, en casos como el de la empresa brasileña Odebrecht, patrocinada políticamente por el foro de Sao Pablo, que le aporto a las campañas presidenciales de Santos en el 2010 y 2014 dineros que no se registraron, violando los topes máximos de la financiación de las campañas; ante esa aberración también se marcho de manera beligerante.

En los dos últimos años, el mes de abril se ha constituido en emblemático para el Centro Democrático, pues no hay que olvidar que hace un año se realizó otra gran marcha nacional, tapándole la boca a algunos congresistas enmermelados de la Unidad Nacional que no daban un peso por el éxito de esa movilización, pero salieron con cajas destempladas, ante la magnitud de la protesta, y en este año se convalido la capacidad movilizadora  del   partido Centro Democrático.

En su momento se  critico a los partidos y movimientos que impulsaron el NO  en el plebiscito del 2 de octubre, por no haber convocado  a la población para defender el triunfo,  lo que condujo a que barnizaran el acuerdo de La Habana pasándolo de 297 a 310 páginas y firmándolo en el teatro Colón de Bogotá el 24 de noviembre, pero como dice el refrán popular: “más vale tarde que nunca” y aunque la movilización fue 6 meses después y según algunos extemporánea,  hay que precisar que las manifestaciones en contra del gobierno de Santos deben de ser de ahora en adelante  consuetudinarias,  para no perder el fervor y así continuar con la iniciativa política.

Con las movilizaciones se van acumulando fuerzas mirando  hacia el futuro, de ahí que hay que conquistar escenarios que de pronto han sido ajenos a los partidos que defienden la democracia liberal,  ya sea por decidía o desconocimiento, como ocurre con las entidades sindicales a las que los partidos democráticos muchas veces han abandonado, dejándolas  a merced de grupos totalitarios marxistas leninistas que irrespetan la independencia  sindical, convirtiendo a esos organismos en instrumentos de maniobras políticas para intereses mezquinos.

El centro Democrático se  ha convertido en un partido de masas, por lo cual debe concitar a otras colectividades políticas para hacer realidad el Gran Frente Republicano propuestos desde mediados de 2016, por un destacado grupo de ciudadanos y organizaciones, porque aunque no hay que cejar en la movilización, la  cita para no perder la democracia definitivamente es en el 2018, tanto en las elecciones parlamentarias como en las presidenciales, en donde toda esta acción política de movilizaciones debe convertirse en un torrente de convocatoria para recuperar a la nación de la patraña castrochavista (otro mote del marxismo leninismo).

Nota: Colombia está de luto por  la tragedia de Mocoa capital del departamento de Putumayo,  cuya cifra de muertos llega a 254, además de cientos de heridos y miles de damnificados. La solidaridad del pueblo colombiano  y de la comunidad internacional  debe de ser efectiva con nuestros hermanos del sur.


Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia

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