lunes, 3 de abril de 2017

CARLOS BLANCO G., IGNORAR A ALMAGRO

¿Por qué no hay apoyo o el apoyo es tibio por parte de algunos sectores opositores en Venezuela a las posiciones que encabeza Luis Almagro en relación con el régimen de Maduro?

El secretario general ha planteado que “el orden constitucional de Venezuela debe restaurarse con carácter urgente”, y afirma que “sería inmoral que las acciones políticas que se instrumenten y ejecuten hoy en Venezuela sean simplemente movidas de fichas en un tablero que pretendiera disfrazar de democracia un país que sufre la violación sistemática de los derechos humanos de su pueblo, que ha visto morir el Estado de Derecho, que no tiene un sistema de garantías mínimas que se puedan hacer valer frente al autoritarismo, que sufre la violación sistemática de los principios y disposiciones constitucionales”. En su informe dice: “La ausencia de las garantías básicas en Venezuela hace que tampoco se pueda esperar que ninguna elección de gobernadores resuelva esos problemas estructurales, como no pudieron siquiera ser resueltos con la elección de los miembros de la Asamblea Nacional en diciembre de 2015”. Y con firmeza establece que “el diálogo fue en realidad una herramienta para consolidar las peores variables autoritarias del régimen en la dimensión nacional y para no asumir compromisos de denuncia y presión internacional en el ámbito externo (…). Los arreglos cosméticos a la democracia, como ofrecer elecciones para gobernadores o ir liberando presos políticos por cuentagotas, no cambian la naturaleza del régimen”.

Las fuerzas democráticas venezolanas estuvieron por años quejándose de la incomprensión internacional; fueron las ejecutorias de Chávez y luego Maduro, la brutal represión de 2014, al lado del peregrinaje de unos pocos dirigentes democráticos que vieron el problema hace mucho tiempo, los factores que permitieron que se percibiera en toda su brutalidad el carácter dictatorial del régimen. Por eso resulta sorprendente que cuando se logra exponer en toda su obscenidad lo que hace la pandilla en el poder y se logra el más relevante apoyo institucional internacional representado por Almagro, haya debilidad en el apoyo interno. Almagro no plantea –como se lee arriba– la elección de gobernadores, sino elecciones generales, incluida, desde luego, la presidencial; rechaza el diálogo tramposo de Zapatero y clama por el restablecimiento de la Constitución.

Por primera vez hay un reconocimiento internacional tan generalizado, sería un crimen desperdiciarlo en el altar de unas elecciones que Maduro no hará, para perderlas, mientras esté en Miraflores.

Carlos Blanco G.
@carlosblancog 
www.tiempodepalabra.com
El Nacional
Caracas - Venezuela

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