martes, 18 de abril de 2017

EGILDO LUJÁN NAVA, SÍ TENEMOS CON QUÉ TRIUNFAR

FORMATO DEL FUTURO, 
" MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES "
SIMÓN BOLÍVAR

Pues sí, de la misma manera que el actual régimen decidió cambiarle el nombre al país, argumentando cualquier cosa para vincular su supuesta revolución con la histórica identidad bolivariana de la nación, hoy, cuando ya no está el mentor, Hugo Chávez, también tiene sentido otra posibilidad de cambio. Porque Venezuela, definitivamente, sin trámites ni consultas, debería llamarse "Veneparto ".

¿Y es que acaso existiría algo más apropiado para todos los originarios, cuando cada uno está obligado a hacer de su vida un eterno alumbramiento ante la terrible situación económica que asfixia a  la Nación, como por el permanente sometimiento a la inseguridad, a la  escasez, al hambre y a las turbias esperanzas?. 

Sin embargo, entre parto y parto, de repente, emergen situaciones excepcionales que son capaces de reanimar la confianza y la esperanza en que aquí no todo está perdido. Por lo que, a partir de allí, entonces, la luz que nace y se hace presente, obliga a describir vivencias en primera persona. También a hilar pensamientos y sentimientos influidos por el  efecto que es capaz de provocar en el espíritu ajeno el impacto del mensaje de la Semana Santa. Pero, además, hechos propios de una sociedad arrastrada por la miseria del apego ya no oculto a las penumbras  y a las tinieblas, como lo apreció toda la ciudadanía y sufrió la feligresía cristiana católica el Miércoles Santo, con los hechos suscitados en la Iglesia Santa Teresa de Caracas.

Pero en pleno Domingo de Resurrección, más vale  honrar las  vivencias del rescate de la convicción de que aquí no todo está perdido:

“Porque también esta semana fui impactado por un rayo de esperanza, al honrar la deferencia de  ser  invitado a un mini concierto en el Colegio Emil Friedman de Caracas; por cierto, único Colegio en Venezuela donde la instrucción musical es  una cátedra obligatoria.  Y cuya aceptación, asumida como una opción convenida entre institución educativa y Padres y Representantes, ha hecho posible el nacimiento de  maestros de la música a nivel internacional, como el Director Gustavo Dudamel Ramírez, oriundo de la merecidamente  bien llamada Capital Musical de Venezuela, Barquisimeto.

En el sitio, un recital ofrecido, entre otros, por niños de 5 a 7 años, alumnos de primero y segundo grado de primaria, hizo posible un encuentro espiritual de padres, abuelos e invitados especiales con la maestría infantil puesta en escena a cargo de una generación que, con violines, flautas, chelos y un piano, hizo posible despertar emoción, orgullo venezolano y lágrimas de sincera identidad “con los que vienen detrás”.

Sí, en efecto, ver, escuchar y sentir lo que transmitieron aquellas criaturas, definitivamente, fue  emocionante e impactante. Porque verlos ejecutar piezas clásicas con tal maestría, seriedad y ejemplo de responsabilidad estudiantil, no podía menos que producir aplausos con entusiasmo, en el medio de una multiplicidad de inquietudes  y de aceleradas  preguntas y respuestas. Pero también del innegable convencimiento de  que sí tenemos reservas humanas para sacar a nuestro país adelante, especialmente de  la terrible destrucción moral  y ética a que ha sido deliberadamente sometido,  como a su antinacional destrucción económica, social y cultural.

Luego de esa bella experiencia, surgió el inevitable interés por conocer un poco más de ese gran Colegio fundado por el inolvidable buen amigo y fallecido Profesor Emil Friedman;  de esa gran casa de estudios de niños y adolescentes que cursan desde pre escolar hasta quinto año de bachillerato.  Y lo hicimos. Acompañados de la Presidenta de la Sociedad  de Padres y Representantes, Begoña Sánchez de Luján, quien, amable y diligentemente, se ocupó de liderar  un recorrido por las instalaciones del instituto educativo. Pero, además, de hacer posible que sostuviéramos  una amigable conversación con maestros,  alumnos y otros visitantes.

Fue así como, en el sitio, sin intermediarios, pudimos  tener un encuentro con aulas, el estupendo auditorio del Friedman; con salas de estudio; canchas deportivas, etc. Pero, sobre todo, con la monumental casa de enseñanza y aprendizaje en donde el máximo propósito es el de “no fallarle al país”; el de no convertir el tiempo del año lectivo en una simple formalidad de “materias vista”, sino de dedicación a cimentar valores y principios para responderle a los retos del futuro.

No dejó de llamarnos la atención el estupendo y bello estado de su paisajismo ornamental  y de sus esculturas en los distintos espacios de la jardinería y de los patios exteriores. Una demostración  evidente de que allí se combinan, para satisfacción de todos, la dedicación al resguardo de esos bienes, como del  profundo respeto que les dispensan los estudiantes. Quizás de la misma manera como se interrelacionan el mantenimiento con la limpieza; el respeto por el ambiente  y la civilizada dedicación a resguardar lo que es y en lo que se traduce al final del camino la  sana convivencia entre todas las partes comprometidas con el funcionamiento de dicho Colegio.

 ¿Por qué no es posible que esa misma conjunción de situaciones y condiciones positivas puedan darse en todas las instituciones escolares, especialmente en las escuelas públicas?. ¿A qué se debe que al evaluar el estado físico, ornamental y de funcionalidad  docente de gran parte de esas instalaciones oficiales, lo normal sea el deterioro y mal estado de sus instalaciones, pero, además, el sometimiento de los educadores a no poder rendir en su importante trabajo, por su condición de inestabilidad laboral y ausencia de condiciones motivacionales para tener que trabajar entre espacios de jardinería convertidos en terraplenes llenos de basura y de escombros?.

Desde luego, después de concluir el recorrido, los  enriquecedores diálogos y de asumir una subjetiva interpretación de lo que es y se aprecia en el Colegio Friedman de Caracas, no es posible salir de allí sin sentirse uno comprometido con la obligación moral de calificar lo que sucede en esas instalaciones como de excepcional. Asimismo, con el deber ciudadano de congratular y felicitar tanto esfuerzo positivo.

Es un justo reconocimiento que también se hace extensivo a profesores(as),  maestros(as), alumnos y a todo el personal administrativo y de apoyo logístico. Y, desde luego, a las  autoridades del Colegio por el estupendo trabajo educativo y de dedicación a la formación de los venezolanos del futuro. Si se quiere, es un reconocimiento sincero ante quienes son capaces de demostrar que todo trabajo realizado con profesionalismo, dedicación y cariño por lo que se acomete, hace posible la consecución de  objetivos y de, en este caso, la formación de nuevos y valiosos ciudadanos.

Comentario aparte, y no por ello menos importante, fue la conclusión extraída de la conversación con  estudiantes  de primaria como de bachillerato. Porque permitió  percibir un alto nivel intelectual y académico acorde con sus respectivas edades,  y apreciar, a partir de los temas abordados, su gran interés y preocupación por las posibilidades futuras de Venezuela. Suficiente para concluir en que no hay destrucción triunfante del país, a pesar del ensañamiento, cuando también hay formación infantil y juvenil convencida de su responsabilidad con la Venezuela del mañana. 

Es la misma sensación  que nace y se asienta con firmeza, cuando desde el exterior viene la noticia de que  un grupo de estudiantes universitarios venezolanos fue capaz de salir airoso en una competencia académica internacional sobre política exterior, promovida  por la 0rganización de las  Naciones Unidas en Nueva York. Allí cada competidor proveniente de las mejores Universidades del mundo, debió representar a un país distinto al de su origen, con base en temas de conflictos internacionales. ¿Resultado?:  equipos representantes de universidades venezolanas terminaron siendo los  galardonados, después de convertirse en inobjetables y convincentes  ganadores de la prestigiosa competencia internacional.

¿Cómo no reanimar y reactivar la esperanza en el futuro del país, a partir de estos dos hechos  relacionados precisamente con lo más sensible e importante de toda Nación, como es la educación de su muchachada?.

Sin duda alguna, no obstante el gran deterioro que exhibe el país,  y a pesar de haber registrado  un éxodo a más de 90 diversas naciones de centenares de miles de profesionales y de técnicos en búsqueda de seguridad y futuro profesional, todavía Venezuela conserva en su juventud  una innegable reserva de valores humanos, de talento  generacional consustanciada con las exigencias de los retos  planteado para enfrentar y sacar el país adelante.

Es, como lo diría uno de los educadores  que nos dedicó atención y tiempo para intercambiar puntos de vista sobre dichos retos, las otras semillas generacionales  que creen seriamente en la obligación de germinar, aun en un ambiente de malas yerbas.

Desde luego, no bastan los buenos propósitos,  si no se hacen presentes otras repuestas que emergerán  desde el devenir nacional y lo que, inevitablemente, hará posible la presión internacional para que Venezuela, como otros países latinoamericanos, se rencuentre  con el ámbito de sus innegables oportunidades.

Muchos creen en que parte de dicha respuesta, está asociada con la experiencia histórica de  la Venezuela de los años sesenta, cuando fue el refugio mundial de emigrantes de todas las latitudes que vinieron a nuestra tierra en busca de oportunidades,  como de un futuro promisorio. Es decir, equivaldría al reencuentro generacional de venezolanos atraídos y motivados por el mismo propósito

0tros, por el contrario, consideran  que esa experiencia sería válida, siempre y cuando países que aportaron esfuerzos y capitales para que aquí hubiera una mayor producción de riqueza distinta a la que ya generaba el desarrollo petrolero, como es el caso de las migraciones de España, Portugal e Italia, entre otros, no se desvinculan de la posibilidad de que sus segundas y terceras generaciones  sigan funcionando como la bisagra continental de una parte importante de los que están migrando, con miras a un retorno no lejano a su Patria.

En todo caso, se trata de apreciaciones, interpretaciones y hasta de convicciones   que nacen a la luz de las mismas inquietudes que fue posible escuchar durante las conversaciones  con educadores y educandos, luego de un impactante concierto infantil  en el Emil Friedman. Y que, al final, para satisfacción esperanzadora de una pretendida interpretación de lo escuchado, se traduce en todo aquello que se convierte en grito, en reclamos  y en exigencias ciudadanas. Es, si se quiere,  la  lección inobjetable de que la mayoría de las generaciones de los venezolanos del 2017 que demandan atención, lo que desean y añoran es vivir en un ambiente signado por la paz, el entendimiento entre hermanos y la disposición de connacionales en convertir a Venezuela en una referencia triunfadora.

Sí. De la misma manera como lo lograron demostrar para el resto del mundo académico, los muchachos que se alzaron con una resonante victoria en Nueva York. Demostrando con hechos que sí tenemos con qué triunfar, siempre y cuando trabajemos organizadamente para alcanzar dicha meta”.
(*) Serie Vivencias

Egildo Lujan Navas
egildolujan@gmail.com
@egildolujan
“Gente” Generación Independiente
Coordinador Nacional 
de Independientes Por el Progreso (IPP)
Miranda - Venezuela

Eviado a nuestros correos por
Edecio Brito Escobar
ebritoe@gmail.com
CNP-314

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