viernes, 14 de diciembre de 2018

DOMINGO ALBERTO RANGEL, FELIZ NAVIDAD


Internet es una maravilla y aún cuando su uso es adictivo diría que fomenta la libertad individual que es la más valiosa.



Desde la red se accede a viejas películas que nadie pasa en los cines que tercos siguen en pie. También se consiguen en internet filmes recientes.

Una de estas películas recientes la vi en una modesta sala improvisada donde obreros que militaron en Causa R organizan interesantes cine foros bajo el nombre de Nirvana.

La sede es una vieja casa de El Conde en Caracas. Los techos muestran goteras que con la noche fungen de observatorio cuando a través se ven cuerpos celestiales. Las sillitas son donación póstuma, proveniente de una escuelita fallecida por falta de alumnos y maestra. Y la pantalla es una sábana que algún día fue blanca.

La película me la perdí hace unos años cuando la pasaron en nuestro país. Y tenía interés en verla más por el tema que por los premios que se ganó Angelina Jolie como Directora.

El título dice mucho sin augurar un final de oro: “1970, hechos sangrientos, dictadura de Pol Pot en Camboya”.

La historia comienza con el ingreso triunfal de la guerrilla de los Jemeres Rojos a la capital, quienes a nombre de un comunismo primitivo vaciaron las ciudades deportando los habitantes a zonas selváticas.

Como nota señalo que los Jemeres de Pol Pot asesinaron o dejaron morir de hambre a la cuarta parte de la población.

No narro el filme… que lo vea quién quiera. Comento que al final y para desdecir a quienes en todo ven paralelismos con nuestra realidad… aparece un bello e inesperado acto de perdón cuando la víctima inocente, una niña, deja libre y con vida al asesino de su padre.

Una película fuerte que reivindica a Angelina Jolie como equilibrada yanqui capaz de criticar a su gobierno… y narrar las barbaridades del totalitarismo rojo.

Autora que por equilibrada y subjetiva no fue premiada en grandes festivales donde la política correcta es dejar intactos los hechos abominables del pasado… cuando los asesinos tienen grandes gobiernos dolientes.

Es mi última columna antes del 24… así que sin hallacas, pan de jamón, pernil, ensalada, dulce y bebidas… no olviden la alegría, la paz y la felicidad que es inmaterial.

Feliz Navidad.

Domingo Alberto Rangel
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR

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