El nuevo reto de la Asamblea Nacional, es
nada más y nada menos que restituir el orden constitucional y republicano. Todo
se reduce al Artículo 5to. de la CRBV que sentencia “La soberanía reside
intransferiblemente en el pueblo quien la ejerce directamente en la forma
prevista en esta constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el
sufragio…” La Constitución confiere mando al Presidente de la República por un
período de 6 años y agotado el término puede reelegirse mediante sufragio. No
habiendo elecciones justas y transparentes, el período de Maduro expiró y el
único Poder Público llamado a sucederlo es la Asamblea Nacional. Siendo Juan
Guaidó Márquez su Presidente, en consecuencia el nuevo Presidente de la
República y de la transición política es él…
El rey está desnudo
Es conocida la fábula del monarca estafado
por unos estrafalarios usurpadores de costura QUE se presenta ante el pueblo
supuestamente ataviado con traje de soles, pieles y esmeraldas. “Tal era su
brillantez”-según los timadores-que encandilaba las masas e impedía ver la
majestuosidad del traje. De pronto la inocencia de un niño ajeno a todo temor,
grita entre la multitud: ¡El Rey está desnudo! Esto provocó el hazme reír
inevitable de los asistentes y la estampida del monarca.
Maduro está desnudo. Corresponde a la
Asamblea Nacional venezolana gritarlo al mundo. Es una situación inédita en
Venezuela. Nunca había ocurrido que habiendo expirado un periodo
presidencial-por no realizarse elecciones legítimas, justas y transparentes-se
imponga un poder de facto. Coyuntura no prevista en la Constitución de
Venezuela y cuya solución jurídica pasa por delegar las funciones ejecutivas a
la Asamblea Nacional por ser el único poder constituido por votación popular.
Juan Guaidó Márquez declaró la usurpación del cargo de Nicolás Maduro. Asumir
el gobierno interino es una formalidad implícita. La AN debe renovar el Poder
Electoral y designar los nuevos magistrados del TSJ. Es la re-legitimación del
piso político. La comunidad internacional debe volcarse a la vigilancia de la
integridad y seguridad de los Diputados de la A.N. activando los mecanismos de
tutela e injerencia legítima (intervención) en caso que el gobierno de facto
intente criminalizarlos. Este sería el preludio de una crisis terminal donde
"el monarca” debería ser forzado a salir en estampida.
Lo intentamos o
fracasamos...
Para nadie es un secreto que tanto errores
políticos de la oposición como la anti política produjeron un quiebre
inoportuno de la disidencia que se tradujo en una inconveniente inmovilización
ciudadana.
Estamos en presencia de un momento
histórico que comporta el compromiso de superar el sentimiento de
desmoralización generalizada que rechaza en un 80% al gobierno pero que no sabe
cómo canalizar su descontento y frustración.
El sólo factor de ilegitimidad de Maduro
en la Presidencia de la Republica abre un camino infinito de alternativas
jurídicas, geopolíticas, políticas y tácticas para presionar en múltiples
direcciones el cambio de poder. Subsanar la usurpación es un acto legítima defensa
constitucional. Llamar a las FAN a un rescate republicano e institucional tiene
más vigencia que nunca. Invocar la desobediencia ciudadana previsto en el
Artículo 333 y 350 de la CRBV calza a la perfección ante un poder de facto. La
comunidad Internacional seguirá una línea de desconocimiento de este poder de
facto para validar cualquier acto de restitución republicana previsto tanto en
el orden interno como en el orden público internacional. La arremetida en
contra los diputados de la Asamblea Nacional luce en proceso. Ya Guaido fue
detenido. Creemos por error del gobierno. En esta oportunidad ir y poner tras
las rejas a quien es considerado el nuevo Presidente de la República de
Venezuela (Juan Guaidó) pone a riesgo al Maduro de una intervención forzosa de
la justicia universal o trasnacional. Falta que así lo entienda.
Es ahora o nunca
Sin removilización interna de calle será
imposible lograr un desprendimiento de los factores militares y una
incorporación activa de la comunidad internacional. Juan Guaidó Márquez tiene
razón. No es una responsabilidad de un hombre ni de un día. Es un nuevo desafío
republicano que demanda de un consenso de la oposición venezolana. La agenda no
es ser Presidente. Es ser libres. Es ahora o nunca. Es momento de mucha nobleza
inteligencia y sensatez. Si no nos la jugamos no tenemos nada que ganar.
Constantino Cavafis en su poema Camino a
Ítaca nos habla sobre la importancia de disfrutar del camino de regreso a casa.
Refiriéndose al héroe Odiseo en su retorno a la isla griega después de mil
batallas, escribe: “Cuando te encuentres de camino a Ítaca ten siempre en tu
mente que la llegada es tu destino pero no apresures tu viaje en lo absoluto.
Los Cíclopes, los Lestrigones y la fiereza del dios Poseidón no aparecerán en tu
camino si mantienes un pensamiento elevado. Los peligros sólo surgirán si los
llevas dentro, si tu alma los pone frente a ti…"
En esta ocasión el camino no puede ser ni
apresurado, ni venturoso, ni endemoniado. Pensemos en la llegada y
llegaremos... Es hora de apoyar a Juan Guaidó; criticar menos y hacer más. Una
oportunidad de oro que no volverá.
Orlado Viera-Blanco
@ovierablanco
No hay comentarios:
Publicar un comentario