Estados Unidos, nuestro principal socio comercial,
anunció, el pasado lunes 28, graves sanciones en contra de PDVSA. El Secretario
del Tesoro, Steven Mnuchin, y el
Consejero de Seguridad Nacional de ese país, John Bolton, informaron que todos
los bienes e intereses en propiedad de PDVSA, sujetos a la jurisdicción de
Estados Unidos, quedan bloqueados y que se prohibe a las personas y empresas
estadounidenses realizar transacciones con ellos. Mnuchin puntualizó que se
levantarán esas sanciones “con la transferencia de responsabilidades de
transacciones (de PDVSA) al gobierno legítimo de Juan Guaidó” y que los
recursos de las cuentas de PDVSA serán puestos a la orden “cuando el presidente
encargado Juan Guaidó tome definitivamente el poder”.
Se señaló que “los activos de CITGO continuarán
operando, pero bajo la condición de que todos los fondos que vayan a PDVSA
vayan a cuentas bloqueadas (para Maduro) en los Estados Unidos” y que Estados
Unidos “continuará utilizando el conjunto completo de sus herramientas
diplomáticas y económicas para apoyar al presidente encargado Juan Guaidó, la
Asamblea Nacional y los esfuerzos del pueblo venezolano por restaurar su
democracia”.
Las sanciones afectan 7.000 millones de dólares en
activos bloqueados y unos 11.000
millones de dólares en exportaciones de este año. Al comentar las implicaciones
de las sanciones de EEUU contra PDVSA, el economista y experto petrolero
Francisco Monaldi dijo que Maduro “tratará de desviar hacia Asia, especialmente
a China y a India, las exportaciones de los 500.000 barriles que Venezuela
exporta a Estados Unidos. El problema es que buena parte de ese crudo que va
para allá es para repagar deuda.
El 80% del flujo de caja de PDVSA viene del mercado de
los Estados Unidos. Entonces esto es un golpe severo porque aunque va a poder venderlo (el
petróleo) en Asia, es más costoso, y va a tener que ofrecer descuentos
importantes”. El experto añadió que las sanciones “básicamente limitan todas
las transacciones entre PDVSA y cualquier
entidad estadounidense”. PDVSA no podrá importar diluyentes para el
mejoramiento de los crudos pesados ni gasolina desde los Estados Unidos, a lo
que se suma que nuestras refinerías están activas al 32%, por lo que escaseará
la gasolina. Y el FMI pronostica una hiperinflacón superior a 10 millones por
ciento en este año 2019. Lo que hay no es una crisis de gobernabilidad, sino
una desaparición de la gobernabilidad.
Carlos Canache Mata
@CarlosCanacheMa
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