Si
hay algo que deja la experiencia de estos 20 años de “revolución” es que en
política todo es posible, desde que el expresidente Chávez tomó la bandera del
socialismo para promocionar su proyecto político totalitario buscó con su
retórica “anti-imperialista” tener como antagonista al gobierno de los Estados
Unidos de Norte América, sus discursos populistas se enfocaban en llamar la
atención de los gobernantes de la potencia americana; esta conducta típica de
sus asesores cubanos también fue heredada por su sucesor Nicolás Maduro, quien
en reiteradas ocasiones buscó el reconocimiento del Jefe de Estado de aquella
nación, en su momento el presidente Obama –quien en la mayoría de los casos lo
ignoró– y hoy día el del presidente Donald Trump quien nunca le había dado
mayor relevancia como hasta ahora, cuando su administración ha decidido
colaborar en todo lo posible para poner fin al gobierno neo-totalitario que
dirige Maduro.
Durante
mucho tiempo la tiranía pretendió esconder su ineficiencia y corrupción echándole
la responsabilidad de sus actos a los supuestos ataques del “imperio americano”
a través de la mentada “guerra económica” que éste teóricamente promovía y era
el falso origen de que en los últimos tiempos el país haya caído en una abismal
crisis (hambre, miseria, corrupción, hiperinflación, altos índices de
violencia, un descomunal deterioro de los servicios públicos, enorme escasez de
alimentos y medicamentos, entre otras tantas deficiencias) percibida en cada
rincón de Venezuela. De esta manera el gobierno presidido por Nicolás Maduro
intentaba eludir su absoluta responsabilidad en esa pésima administración y
achacársela como consecuencias a un inexistente bloqueo económico de su
gobierno.
Pero
hoy día la retórica de la tiranía ha terminado, ya el cuento de que: “viene el
lobo”, se ha hecho realidad, la administración Trump ha decidido actuar
apoyando al pueblo venezolano y a las fuerzas democráticas encabezadas por el
presidente encargado Juan Guaidó para poner fin en el menor tiempo posible al
caos que durante 20 años de saqueo ha dejado la mentada “revolución”.
Con
la decisión de implementar un bloqueo petrolero a la dictadura neo-totalitaria
que dirige Maduro y prohibirle el acceso a los activos de PDVSA que están en
territorio estadounidense se protege a la empresa Citgo (en caso que exista
default de los bonos de PDVSA atados a acciones de esta compañía), se ha
prohibido exportar crudo desde PDVSA a EEUU, así como se prohíbe la exportación
y reexportación de diluyentes de EEUU a Venezuela y se limita el trading de
bonos de PDVSA. De esta manera se confirma que Estados Unidos y los demás
miembros de la comunidad internacional saben que se ha llegado a un “punto de
no retorno” y el régimen comenzará a padecer el viejo refrán: “No es lo mismo
llamar al demonio que verlo llegar”.
¿Por
qué la FAN sigue apoyando al régimen de Maduro?
A
pesar del “apoyo” mostrado por la cúpula militar al régimen no se puede afirmar
que toda la Fuerza Armada Nacional le respalda, los tiempos son otros y las
lealtades tienen sus límites, aunque tampoco se puede menospreciar el hecho de
que el país está secuestrado por una dictadura cívico-militar, lo que significa
que en los negocios más turbios en los que se ha visto involucrado el gobierno
“revolucionario” de Hugo Chávez y su heredero Nicolás Maduro también se ha
beneficiado una inmensa mayoría de esa cúpula militar.
Por
ahora la presión interna y externa seguramente ha comenzado a seducir esas
lealtades, y de ahí la importancia de promover ciertos atractivos para ellos
como una ley de amnistía.
¿“La
suerte está echada”?
La
sensación de que el gobierno neo-totalitario encabezado por Nicolás Maduro ha
llegado a su fin es generalizada, es la primera vez que en Venezuela los
ciudadanos sienten que el régimen está en sus últimos días, nunca como antes
las fuerzas democráticas se habían unido para dar fin a la tiranía, apoyados
con la legitimidad que les da la inmensa mayoría del pueblo venezolano y la
extraordinaria colaboración que ha dado la comunidad internacional el proceso para
recuperar la República parece haber dado inicio.
De
esta forma en Venezuela no cabe duda en que hoy se materializa la expresión:
“Alea iacta est” locución latina atribuida al político y militar romano Cayo
Julio César que significa: “la suerte está echada”, el reconocimiento de la
comunidad internacional a el nuevo presidente encargado de Venezuela Juan
Guaidó y las consecuentes medidas que han tomado –y seguirán tomando– deja en
evidencia que el país está encaminado a una transición a la que el régimen
sigue empeñado en obstaculizar.
¿Cuánto
durará este status quo?
Por
las pocas reacciones que ha tenido este régimen neo-totalitarista que dirige
Nicolás Maduro desde el pasado 10 de enero en el que parece se vio sorprendido
por la estrategia planteada por las fuerzas democráticas y el respaldo que han
tenido de la comunidad internacional; por ahora se denota que van intentar
sostenerse como sea en el poder político.
¿Cuánto
podrá durar esto? Es incierto, afortunadamente los ciudadanos son cada vez más
conscientes del momento que se vive, y aunque es verdad que lamentablemente
siempre se puede estar peor; hoy ha surgido una señal de esperanza, la
integración de las fuerzas democráticas que encabeza el presidente (E) Juan
Guaidó con el respaldo irrestricto de los países amigos del pueblo venezolano
hace pensar que el cambio ha empezado.
Son
muchos los pasos que hay que dar con firmeza, la transición no será de unos
pocos días, comenzar la escalada hacia un mejor porvenir requiere planificación
y el mayor respaldo posible, de ahí la importancia que las instituciones
nacionales (las Universidades, el clero, las alcaldías, los sindicatos, etc.)
también sumen, son tiempos duros y la única certeza es que el país ha entrado
en una nueva etapa de transformación.
Edder
Ferreira Pérez
@edderferreira
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