Como
dice la canción mexicana, lo importante no es llegar primero, sino saber
llegar.
Está
claro que si no fuera por la presión norteamericana el régimen ya hubiera
detenido al Presidente Guaidó, eliminado la AN y apresado a los diputados. Solo
en un par días han matado a decenas por protestar, detenido a un millar,
atropellado a menores de edad, perseguido a los comunicadores… Nos guste o no,
la fuerza de disuasión de las democracias del mundo, especialmente de EEUU, es
indispensable para frenar el crimen oficial en Venezuela, eliminar la
injerencia dominante de Cuba, la presencia delincuencial del ELN y del
narcotráfico, o los oscuros negocios y poder de Rusia o de la dictadura turca.
Hay
que evitar la amenaza del baño de sangre y urge salir de la realidad del baño
de hambre; ambos son baños de muerte y el usurpador está empeñado en perpetuar
el régimen que los impone. Es imprescindible la salida del dictador Maduro, con
el mínimo de costo posible, hacer la transición a la democracia con rápido
cambio socioeconómico y crear las condiciones democráticas para una elección
libre y justa. Afortunadamente el Presidente interino Guaidó ha actuado con
claridad y valentía y ha conectado de modo increíble con la inmensa mayoría de
los venezolanos y de los gobiernos democráticos del mundo. Falta que la FAN se
decida a cumplir con su deber constitucional para que la presión exterior no
caiga en la indeseable intervención militar y cese el régimen opresor. Mantener
el actual modelo y dictadura es respaldar la perpetuación del hambre, la
represión y el exilio para millones de venezolanos.
Sumar y multiplicar fuerzas para construir
Es
lógica la impaciencia por acortar el sufrimiento y salir cuanto antes de este
túnel de la muerte. Pero ahora que ya empezamos a ver la luz en la salida, es
indispensable controlar las iras y las ilusiones para llegar a la democracia en
condiciones para reconstruir el país en todas sus dimensiones, sumando el
máximo de talentos, capacidades y recursos y no fracasar. Pongamos la cabeza en
las necesidades constructivas de mañana y tendremos menos peligro de quedar
atrapados en el deseo de venganza y de retaliación, o de volver al predominio
de los pequeños intereses partidistas que minarían toda reconstrucción. El país
se ha levantado y puesto en marcha con la legítima Asamblea Nacional y su
Directiva unitaria y se ha desbordado de entusiasmo con su Presidente interino
Guaidó; urgen el pronto alivio humanitario, el freno inmediato al disparate
económico y elecciones democráticas este año, con todas las condiciones justas.
La gente ve en Guaidó un liderazgo fresco y unitario con la mano abierta a la
ciudadanía, a los militares y a los adversarios políticos que se unan a la
inmediata salida del usurpador. Pero todavía la democracia no está ganada y el
régimen está usando su poder de represión criminal.
Saber
llegar en condiciones para no fracasar significa llegar con unión de diversos,
mucho apoyo internacional y con el país movilizado para construir juntos. El
renacer nacional es tarea titánica y exige inteligencia para crear un verdadero
clima empresarial, inversión masiva de miles de millones de dólares, trabajo
productivo para millones con un salario que no sea de hambre ni sea saqueado
por la hiperinflación antes de llegar a casa. El gobierno democrático tendrá
que ser de unidad y necesitará un inmenso prestigio moral que solo lo da el
ejemplo. Para ello el Presidente electo (y su equipo) no podrá ser persona que
resta y que discrimina, sino un gigante humilde que sabe sumar y multiplicar,
atraer y cultivar un espíritu de reconciliación nacional. Pudiera ser de
partido, pero no partidista, o más bien un “outsider”. Guaidó está dando
importantes pasos de transición con ese modo suprapartidista, convocando gente
destacada que puede ser de su partido u otro de la oposición, o venido de los
que creyeron en el chavismo, pero no cayeron en la delincuencia.
Ni linchamientos, ni impunidad.
Por
ejemplo el sistema de salud
Asusta
pensar lo que significa recuperar todo el sistema público de salud con buena
complementación del privado. El actual régimen abandonó en los barrios miles de
ambulatorios públicos de atención primaria para remplazarlos de manera sectaria
con personal cubano en régimen de servidumbre política, a cambio de miles de
millones de dólares para el régimen cubano. El “Barrio adentro” no era mala
idea si se hubiera implementado con médicos y enfermeros venezolanos en régimen
democrático. Su efecto nefasto es que ahora no tenemos ambulatorios, 70% de los
“Barrio adentro” está abandonado y más de 20.000 médicos y trabajadores
venezolanos de la salud se vieron obligados a abandonar el país y brindar a
otras naciones el fruto de la inversión multimillonaria que hizo Venezuela en
su formación… Desde ahora hay que pensar en un gran programa de salud primaria
para los barrios y los campos remotos con médicos, enfermeros y miles de
estudiantes de Medicina y otras áreas de la salud, movilizados con campañas de
vacunación y atención primaria, que llenen el vacío y lleven a los sectores más
necesitados la esperanza y la prueba de que la democracia es vida y no quedan
abandonados. Al mismo tiempo es una tarea urgente, titánica y que requiere
muchos recursos el rescate de los hospitales, su personal, su dotación y sus
medicinas. Un plan bien pensado y ejecutado podría traer de “vuelta a la
patria” a miles de los que se fueron, aunque eso no será de inmediato. Algo
parecido se diga del rescate de la educación del actual naufragio espantoso,
con docentes castigados y con salarios de hambre en todos los niveles. La
educación en valores y capacidades tendrá que ser la principal inversión de la
nueva Venezuela, de su Estado, sus familias y sus empresas.
Así
podríamos seguir enumerando otras instituciones públicas que necesitan nacer de
nuevo. Sería realmente trágico que por inmadurez política y fanatismo hubiera
dirigentes que inviten a despilfarrar todo el ánimo en la venganza, la
retaliación atrapados por su mezquindad partidista. Para renacer y reconstruir
hay que saber llegar con los ánimos reconciliados y concentrados en la
construcción, dejando que los caminos de la justicia se encarguen de que los
crímenes no queden impunes.
P/S.J.
Luis Ugalde
fernandamujica@gmail.com
@LaMujica
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