viernes, 8 de febrero de 2019

ROMÁN IBARRA, LA AYUDA HUMANITARIA PA´ CUANDO


Nada puede ser más cruel; más ruin y miserable, que negarle al país la llegada de la ayuda humanitaria que tanta falta hace, precisamente porque quienes la niegan desde ¨su altar¨ de corrupción e insensibilidad, son los responsables de la quiebra del país.



Con su actitud de bloqueo insensato para impedir la llegada de medicinas, y alimentos para los más vulnerables, están demostrando su odio profundo por nuestros ciudadanos, y un desprecio jamás visto por la reconstrucción de la sociedad que ellos destruyeron.
Lo bueno, es que el mundo civilizado en conjunto con las fuerzas democráticas de nuestro país, en perfecta armonía con la constitución; y la realidad política por el acompañamiento masivo del pueblo venezolano, decidieron decir basta a 20 años de crisis, y decadencia.

La decisión mayoritaria del pueblo venezolano, del liderazgo democrático de nuestro país, es la de poder expresarse en las urnas mediante elecciones libres, bajo supervisión internacional y con un organismo electoral profesional, imparcial, y no como hasta ahora con unas funcionarias obedientes a los mandatos del ejecutivo, sistematizando la violación de los derechos humanos, y comprometidas con la corrupción.

El mayor deseo de nuestra gente es la conquista de la paz social y la reconstrucción de nuestro país para –entre todos- impulsarlo hacia el desarrollo, aprovechando el talento de nuestros ciudadanos; la inversión de empresarios, y emprendedores nacionales e internacionales; la inteligencia y comprensión de los trabajadores, y el acompañamiento decidido de la sociedad democrática universal.

Venezuela tiene mucho que ofrecer al mundo para garantizar los equilibrios, pero necesita recuperar su democracia y sus instituciones para que nunca más sean vulnerables, ni objeto del secuestro por parte de demagogos irresponsables, y aventureros.

Nunca más los populistas aspirantes a caudillos decimonónicos utilizando las armas de la República; no más megalómanos y aprendices de brujo; no más ladrones y estafadores de las riquezas de la nación, y la fe pública.

Todavía falta mucho para reconquistar la democracia, pero nadie puede negar que en esta oportunidad parecen haberse juntado las condiciones sugeridas por los demócratas y el sentido común para restablecer la armonía, y la paz.

Contamos con la participación masiva de la población; contamos con la comprensión y la solidaridad de la comunidad internacional, y ahora solo falta que las Fuerzas Armadas cumplan su papel constitucional, y se pongan al servicio del estado de derecho, y no de una parcialidad política. Es cuestión de tiempo para que también se expresen.

Mientras tanto, los usurpadores que siguen intentando apropiarse del país, deben ceder y dar paso a un nuevo escenario –sin violencia- para que podamos comenzar la transición política, según las premisas marcadas por la unidad democrática y el presidente de la AN, y presidente constitucional interino de la República, Juan Guaidó, esto es: Cese de la usurpación; transición democrática y elecciones libres.

Todavía tienen tiempo de negociar su salida e irse del país, se los garantiza la ley de amnistía aprobada recientemente por la AN, siempre y cuando no estén incursos en delitos de lesa humanidad.

El interés de los venezolanos tiene que estar centrado en el rescate del sistema democrático, y sus instituciones; rechazar la venganza y el odio, y profundizar la paz como garantía de la reconstrucción  y estabilidad.

El bienestar de los venezolanos depende de que actuemos con inteligencia y sentemos las bases para el desarrollo armónico de las generaciones futuras; el país tiene la mayor potencialidad, y también el talento humano para garantizar el renacimiento.
Quiera Dios que a partir de que comience la transición, hagamos lo correcto. Pero, y la ayuda humanitaria pa´ cuándo?

Román Ibarra
@romanibarra

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