La
gira del Presidente a Florida para reunirse con la diáspora venezolana, mueve
las fibras emocionales y agrega un ingrediente más a la parte final del
desenlace de la tragedia venezolana provocada por Nicolás Maduro.
Gran
expectativa ha despertado la sorpresiva visita del presidente Donald Trump a la
ciudad de Miami, Florida, este lunes, donde todos los venezolanos estamos muy
pendientes de los importantes anuncios que hará para reforzar la acción
determinante contra la narco-dictadura del usurpador Nicolás Maduro.
Tic…
tac… tic… tac. La cuenta regresiva avanza a hacia una solución definitiva de
este proceso. Aspiramos que sea por la vía de la persuasión y las presiones
diplomáticas que impidan que la violencia política sea desatada por los
“demonios de la guerra” deseosos de encender “la chispa en la pradera” para sus
inconfesables fines grupales y de los intereses del castro-comunismo
internacional.
Quienes
aspiramos a un cambio por esta vía, tampoco descartamos otras salidas más
contundentes como bien lo ha expresado el presidente Trump en varias
oportunidades, que “todas las opciones están en la mesa”, y cuando el
presidente Trump promete algo, con toda seguridad lo cumple. Confianza total en
sus palabras.
La
gira del Presidente a Florida para reunirse con la diáspora venezolana, a pocos
días del 23 de febrero, fecha establecida por el joven presidente encargado y
compatriota, Juan Guaidó, para iniciar formalmente la entrada de la ayuda
urgente humanitaria al país, mueve las fibras emocionales y agrega un
ingrediente más a la parte final del desenlace de esta tragedia.
Las
tensiones políticas y diplomáticas se incrementan y por supuesto, en los
corazones de cada venezolano, la esperanza real fortalece nuestro espíritu de
lucha y la fe irremediable de liquidar la feroz y sanguinaria dictadura
enquistada en Venezuela, por la vía que sea. Todo en manos de Dios.
¿Se
quedarán o se inmolarán el dictador y sus secuaces para defender los intereses
de la Cuba comunista, cerrada a cualquier entendimiento, o funcionarán los
acuerdos producto de las negociaciones detrás de bastidores, entre USA y los
intermediarios del narco-régimen para evitar un necesario “baño de sangre” en
el país?
A
estas alturas del juego no existe otra opción que no sea la entrega del poder
por la vía pacífica o por la malas, ya sabemos de antemano las consecuencias
posteriores, en ambos casos ellos serán derrotados, iniciándose la salida del
usurpador y la etapa de transición democrática, hasta culminar en la
realización de nuevas elecciones libres, transparentes y democráticas, con
nueva autoridades en el CNE, el TSJ y la presencia de veedores internacionales.
Trump
jugará sus últimos movimientos en el tablero del ajedrez, para forzar el “jaque
mate” final a los enemigos jurados de la libertad y la democracia en América,
representado en el castrismo comunista. Ahora el turno es de Venezuela, luego
Cuba y finalmente Nicaragua. El “eje del mal” entra en su etapa de liquidación
final. En nuestro continente renacerán el desarrollo económico, la estabilidad
social y política y el combate real contra la miseria y la marginalidad de
nuestros pueblos. La democracia será fortalecida, adiós final al populismo
mediocre y explotador de la miseria humana.
El
llamado es a reforzar todo el apoyo y agradecimiento al presidente Trump, a sus
inmediatos colaboradores y asesores, a los parlamentarios senadores Marco
Rubio, Rick Scott, y el representante Mario Díaz Balart, y al gobernador Ron
DeSantis, por su activa solidaridad, en la teoría y práctica, con la lucha
permanente de la oposición democrática frente a la ignominia aberrante del
narco-comunismo opresor representado en el usurpador Maduro. Tic… tac… tic…
tac… El 23, ¡a comer dulce de lechosa! ¡Gloria al Bravo Pueblo!
Pedro
Mena
@pmenamiami
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