En
consulta con varias fuentes y dada la información personal de que disponemos, podemos
afirmar que la democracia liberal es aquella en la cual la capacidad de los representantes electos
para la toma de decisiones políticas está sujeta al Estado de derecho y
normalmente es moderada por una constitución que expresa los derechos y deberes así como las libertades
individuales y colectivas y sus restricciones. En la constitución se establece
el principio de la separación de poderes.
Los
derechos y las libertades garantizados por las constituciones de las
democracias liberales normalmente incluyen los siguientes derechos: a un debido
proceso, a la intimidad, a la propiedad privada y a la igualdad ante la ley,
así como las libertades de expresión, asociación y culto. Estos derechos
fundamentales estan regulados bien constitucionalmente o bien mediante la ley. Además,
generalmente existen instituciones civiles con la capacidad de administrar o
reforzar dichos derechos.
Las
democracias liberales son tolerantes y afirman el pluralismo político; las
ideas sociales y políticas diferenciadas, incluso las más extremas, pueden
coexistir y competir por el poder político siempre sobre una base democrática.
Las democracias liberales celebran periódicamente elecciones donde los
distintos grupos políticos compiten para alcanzar el poder. En la práctica,
estas elecciones las ganan los grupos que defienden la democracia liberal, de
modo que el sistema se perpetua a sí mismo.
El
término "liberal" dentro de la expresión "democracia
liberal" no implica que el gobierno de una democracia de este tipo deba
seguir estrictamente la ideología política del liberalismo, si bien el concepto
puro de "democracia liberal" nace de la corriente del liberalismo
político. Además, tampoco implica el apego irrestricto a las teorías económicas
liberales.
El
origen de un gobierno en una democracia liberal está dado por el sufragio
universal, directo y secreto concediendo a todos los ciudadanos adultos el
derecho al voto Las decisiones tomadas mediante procesos electorales no son
tomadas por todos los ciudadanos, sino sólo por aquellos que se han decidido a
votar. Las elecciones deberían ser libres y justas y el proceso político,
competitivo. El pluralismo político se suele definir como la presencia de
varios partidos políticos.
Pero
que ocurre cuando en elecciones limpias, transparentes y competitivas resulta
electo un líder abiertamente autoritario, fascista, comunista, racista o
separatista. Pues que este inicia el proceso de la Iliberalidad es decir, de acuerdo
con la RAE, todo lo contrario de la liberalidad.
Un
gobierno regido por la iliberalidad puede coincidir con el liberalismo económico
pero no con la instauración de la democracia como sistema político con tendencias
hacia el asambleísmo para plantear soluciones a problemas inmediatos con líderes
que no son tales pues hacen lo que las asamblea, manipulada o no, establece.
Son
ejemplos de iliberalidad el fujimorismo en Perú, los sistemas de Palestina,
Sierra Leona, Hungría, Eslovaquia, Polonia, Rusia y China que son presuntamente
capitalismos sin libertades ni democracia en el sentido de una democracia liberal
pues se vulnera el estado de derecho y se desprecian los debates parlamentarios, Puede que estos sistemas tiendan a solventar problemáticas económicas pero rebanan la libertad y los derecho individuales. Pero en el fondo no son ni chica ni limonada,
Carlos
Padilla
@carpa1301
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