Los errores de la antipolítica que se ha venido imponiendo en Venezuela en los últimos años cuando el liderazgo ha sido rebasado, primero por sus inconsistencias, y luego por el atropello de quienes se sienten ungidos con la sabiduría máxima para dictar pautas en cuanta materia existe, nos tienen en este mar de incertidumbre y desesperanza.
En varias oportunidades hemos advertido y recordado los errores que se cometieron y que sirvieron para entregar el país en bandeja de plata al comunismo militarista y corrupto que hoy destruye a Venezuela.
El paro petrolero; la huelga indefinida; la plaza Altamira; el Carmonazo, todos en 2002, y la guinda de la torta: la abstención en las parlamentarias de 2005, hicieron posible la locura de regalarle a Fidel Castro y su esclavo Chávez un mundo de oportunidades para desangrar literalmente a nuestro país, y para enriquecer descaradamente a un montón de hampones y aliados del oficialismo.
Con el enriquecimiento grotesco y descarado de Chávez, su familia y sus aliados, se empobreció el país; sus instituciones, y su gente común.
Hoy no hay hospitales; carreteras; servicio de transporte superficial, ni subterráneo; alimentos; medicinas, ni nada. Todo lo destruyeron, pero miserables y cobardes como son, culpan de su fracaso a un enemigo externo, según convenga: El Imperio; los judíos; los escuálidos; España; los antipatriotas. En fin, todos somos culpables, menos ellos que todo se lo robaron y lo exhiben impúdicamente como si alguna vez en sus asquerosas vidas hubieran trabajado.
Hoy somos una vergüenza, solo comparable con lo peor del mundo africano, en cuanto a pobreza; corrupción; inseguridad; mala administración, y pésima calidad de vida de nuestros ciudadanos.
El país con las más grandes reservas de petróleo en el mundo, hoy no es capaz de producir gasolina; ni gas. Venezuela tiene grandes recursos hidroeléctricos, y no produce electricidad; tiene inmensas extensiones de tierras fértiles, y mares relativamente sanos y no produce alimentos; grandes talentos humanos y los expulsa al exterior a sufrir y luego a brindar sus servicios profesionales a industrias de otros países, siendo que su formación ha sido producto de la inversión del Estado venezolano.
Un país al que la providencia todo se lo dio en materia de recursos naturales, es incapaz en manos de comunistas y militaristas ladrones, de producir bienestar a sus ciudadanos.
No obstante, hay que advertir que frente a ese panorama desolador en manos del oficialismo, en la oposición no hemos sabido encontrar la fórmula para vencer a los destructores de la nación.
No hay esfuerzo opositor que no sea ampliamente criticado por unos súper héroes que todo lo saben, pero incapaces de hacer un esfuerzo de unidad. Son más fieros en el ataque a los líderes de la oposición que a los destructores del gobierno. Es decir, conscientes o inconscientemente se ponen al servicio de los intereses de la satrapía corrupta y asesina que viene acabando con nuestro país en los últimos 20 años, y que de seguir cometiendo errores, promete extenderse en el tiempo.
Hoy, luego de varios fracasos por la viveza y mala fe del régimen, se ha vuelto a intentar mecanismos de entendimiento para luego proceder –si es el caso- a negociar una salida democrática, esta vez, por mediación del gobierno de Noruega, y tampoco les gusta a los ¨sabios¨. Ni siquiera hay negociaciones formales, y ya destruyen el intento. Para quién trabajan?
Hacemos un ruego para que se permita a Juan Guaidó llevar adelante las negociaciones, y Dios quiera que alcancemos una solución electoral supervisada internacionalmente, con nuevo CNE, nuevo REP, sin presos políticos, votación universal de los venezolanos dondequiera se encuentren. El líder de la AN necesita nuestra confianza.
Román Ibarra
@romanibarra
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