1. Maduro ganó por apenas doscientos cincuenta mil votos en 2013, quedó debilitado y el Polo Patriótico desencadenó la lengua contra él, síntoma de fisura. En vez de colocarse en ella para profundizarla, los opositores optaron por soldarla. Primero lo que llamaron la salida, tontería exagerada precisamente por Maduro y Cabello quienes la tenían bien medida. Luego el revocatorio, castrado por un simple juez local. En 2017 el “Maduro vete ya” y finalmente la gran burrada: el llamado a abstenerse en 2018. El 23F y el 30A volvió a ganar y cobró fama de jefe invencible, obra de quienes quisieron detenerlo con pistolas de agua. Inventaron un conflicto entre él y Cabello que no existe porque uno es el primero, el otro el segundo y la vida depende de no tocar eso.
2. La crisis política entró en “equilibrio catastrófico” porque ni gobierno ni oposición logran imponerse y los daños en la población son inconmensurables. Para ambos la cubanización es el objetivo. Mientras mayor sea el hambre, más dependientes del gobierno la ciudadanía, los militares y demás estamentos, y a eso juega aquél, mientras para sus enemigos las carencias insurreccionarán las FF.AA. Una trágica y siniestra coincidencia de objetivos. Para tal inconsciencia e insensibilidad, el sufrimiento humano no es un daño colateral indeseable, sino un arma para rendir al adversario. El pueblo es el rehén.
3. Decenas de casos evidencian que estos equilibrios rompen en guerras civiles, secesiones y genocidios. Ante la invocación al TIAR, se reagrupan las FARC y el ELN para amenazar a Colombia. Una matanza de soldaditos no es importante. Ni el riesgo para la soberanía sobre el Golfo de Venezuela.
4. Durante dos décadas he insistido en negociaciones y votos como enseña la experiencia, contando la venezolana. Todo lo que hemos ganado, incluso la esperanza, ha sido en elecciones y todo lo que hemos perdido, incluso la esperanza, ha sido por renunciar a ellas. Hay oportunidad de deshacer el nudo gordiano con las parlamentarias del año que viene, si el gobierno no impide que la oposición participe con maniobras baratas o caras.
5. La negociación podría sacar el foco de los problemas políticos y ponerlo en la gente. He informado que hay créditos disponibles de Alemania y la CAF para reparar el sistema eléctrico que debe solicitar el gobierno con aval de la A.N. Existe una propuesta para intercambiar alimentos y medicinas por petróleo. Deberían asumirla.
6. Lo que se plantea como condiciones previas, serían más bien resultados de la negociación que él a priori boicotea o retarda. Norteamericanos y vietnamitas tardaron ocho meses en decidir la forma de la mesa, mientras cada uno buscaba mejorar en el terreno su posición militar para dialogar fortalecido.
7. Los contactos fracasan porque ambos están cómodos. El gobierno se planta en que se levanten las sanciones individuales y la oposición insiste en el mantra. Sería distinto si sus familias vivieran penurias como 80% de la población. Por eso hay que refrescar la negociación, nacionalizarla con apoyo de Noruega y ampliarla. Algunos preguntan ¿qué se ha logrado por la vía pacífica?
8. Con el calle-calle, los trancones, la hora cero, la invocación a los militares y la intervención extranjera solo conseguimos cadáveres y atornillamiento. Por la otra, mayoría en la A.N (que hay que defender el año que viene) y cuatro gobernadores que pretenden desacreditar. Los zulianos preferirían un jefe regional amigo, como tienen tachirenses, merideños, neoespartanos y anzoatiguenses.
9. Los problemas no terminan con la ida de Maduro. Se necesitará un acuerdo de gobernabilidad con el PSUV que tendrá en sus manos, por decir lo menos, las FF.AA, el Poder judicial, los municipios, las gobernaciones y las alcaldías, a menos que haya un pinochetazo o un fidelazo.
10. Es un misterio cómo la oposición puede ser tan hermética a éxitos y derrotas. Convenció a la ciudadanía de que el voto era un pecado mortal, abroquela semejante idea contra la experiencia histórica y ahora embiste contra las parlamentarias. Para mi asombro un diputado reconoció que las elecciones serían en el plazo constitucional, habría un cambio importante en el CNE y otras reformas, pero que aun así ellos no concurrirían. A un observador normal esto debe parecerle surrealista. No quieren ir aunque el gobierno sugiere ceder condiciones electorales.
11. Guaidó es una figura atractiva, querida, sin pasado, joven, que aparece en momentos de reflujo emocional. El tiempo corre contra su popularidad porque se le exigen resultados que resultan difíciles metido en camisa de fuerza, el mantra. Si se flexibilizara podría ser líder en sentido estricto: quien conduce hasta la tierra prometida.
12. El equipo del gobierno norteamericano se equivoca demasiado y no parece tener jefe claro. Se contradicen no solo entre ellos, sino cada uno. No logran llegar a acuerdos con el gobierno, como sí pudieron ante el peligro sandinista, cuando Reagan se valió hasta de su némesis, el expresidente Carter, para inutilizar a Ortega. Cometen un pecado mortal: querer todo a cambio de nada. Según el Embajador ruso, en las conversaciones de Barbados había un avance de dos tercios que John Bolton fulminó. Eso debe haber contribuido a su remoción
Carlos Raúl Hernández
@CarlosRaulHer
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