La candidatura del régimen de Maduro al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, es una aberración; un despropósito, una herejía.
Para los comunistas; terroristas; narcotraficantes; asesinos, y torturadores, esa postulación debe sentirse como viento fresco en la cara.
Para los demócratas y defensores de los derechos humanos universales, y en especial los de los venezolanos, esa candidatura comporta un insulto, y una afrenta.
No es posible semejante desparpajo luego de conocida la visita; el informe, y su ratificación por ante el seno de la ONU, por parte de la titular de ese Despacho, la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet.
Debe saberse que luego de esa visita, el régimen de Maduro aceptó a regañadientes la presencia de dos delegados de la señora Bachelet, quienes han seguido trabajando en nuestro territorio para demostrar la comprobación sistemática de la violación de los derechos fundamentales en Venezuela.
Los más emblemáticos pudieran ser el allanamiento sin juicio de la inmunidad parlamentaria de varios diputados, y el encarcelamiento arbitrario y persecución de nuestros parlamentarios. Es el caso de los diputados Juan Requesens; Edgar Zambrano recientemente liberado sin mayores explicaciones.
También está pendiente el caso de los policías del 11 de abril de 2002, presos aun después de tantos años sin la comprobación de la comisión de delitos. El caso del reportero gráfico Jesús Medina Ezaine, a quien le postergan arbitrariamente la presentación a la audiencia preliminar, para mantenerlo preso sin fórmula de juicio.
Los estudiantes, incluso menores de edad, quienes permanecen detenidos sin cargos, y sin defensa; sometidos a tortura.
Los militares, encabezados por el ex ministro Raúl Baduel, Caguaripano, y otros, a quienes se les niega la posibilidad de acudir a juicio, y otros con la pena cumplida y orden de excarcelación, no se les libera.
La ejecución terrible a la que fue sometido Oscar Pérez, y su grupo, cuando a través de las redes sociales clamaban por ayuda para entregarse, habla de la falta de escrúpulos de un régimen cruel, y miserable.
El ¨suicidio¨ del Concejal Albán cayendo del piso 10 de la cárcel de La Tumba; el asesinato por torturas del Capitán Arévalo Acosta; la persecución contra militares y sus familiares, también son violaciones reiteradas, sistemáticas de los derechos humanos.
Pero no solo debemos hablar de quienes están presos injustamente, sino también de quienes estando en libertad, no pueden disfrutar de ella porque al no tener acceso al empleo; a la salud; a la alimentación; al estudio; a los servicios (agua-luz-transporte-medicinas, entre otros), sufren también la violación de sus derechos humanos fundamentales previstos en la Declaración de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, así como en la Constitución venezolana vigente.
Bajo este panorama, cómo se le ocurre al régimen de Maduro presentar su candidatura a esta alta investidura en tan prestigiosa organización?
Ello solo es posible para quienes actúan sin respeto a los demás; ello es posible en mentes inescrupulosas y retorcidas, a quienes no les importa la vida, ni la muerte de ciudadanos útiles y de bien. Solo les interesa la satisfacción de su ego, y la continuación de su visión totalitaria.
Debemos oponernos con toda fuerza, y claridad a esa candidatura, y auspiciar la alternativa que ha presentado Costa Rica para acceder a esa instancia.
Nuestros representantes de la oposición en el exterior deben trabajar muy fuerte y con celeridad a objeto de impedir que Maduro, y sus secuaces alcancen esa privilegiada posición.
Que el mundo entero siga conociendo, más allá del informe de la Alta Comisionada Michelle Bachelet la catadura inmoral del régimen de Venezuela.
Es urgente salir del comunismo; queremos elecciones libres!
Román Ibarra
@romanibarra
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