lunes, 28 de octubre de 2019

RUBÉN CONTRERAS: EL HURACÁN BOLIVARIANO

Como una cosa normal, observamos que, desde hace muchos años, algunas zonas del hemisferio norte son azotadas por tormentas, tifones y huracanes, los cuales por la fuerza e impetuosidad de sus vientos causan grandes destrozos, a los espacios a los cuales llegan y los cineastas han sido tan pródigos, que los han utilizados para llevarlos a las pantallas de cine con el fin que los ciudadanos del mundo observen la magnitud del daño que causan o generan estas tempestades.

El diccionario de la lengua española, define la palabra Huracán de la siguiente manera:

1.- “Viento muy impetuoso y temible que, a la manera de un torbellino, gira en grandes círculos, cuyo diámetro crece a medida que avanza apartándose de las zonas de calma tropicales, donde suele tener origen.”

2.-Viento de fuerza extraordinaria.”

3.- “Persona impetuosa.”

Por lo general, soy reacio a escuchar a personajes viles e indignos como quien destruye a Venezuela en los actuales momentos, y menos a ese personaje ruin y nefasto, que utiliza como portaestandarte y símbolo de su palabra el mazo de Trucutú, dado que a mi juicio, solo expresan en sus escatológicos mensajes la podredumbre de su excremento cerebral, lo cual hiere mi cualidad como ciudadano venezolano y formado en las fuentes del humanismo cristiano, así como intelectual egresado de la Escuela de Historia de la honorable Universidad Central de Venezuela.

Pero el caso es que, en estos días, producto de la estrategia del tautológico Foro de Sao Paulo, realizado durante el mes de julio en nuestro país, en el cual brillaron por su ausencia los cabecillas del mismo, de las diferentes regiones del mundo, pero no por ello, aportaron las ideas que se debían asumir en cuanto a sus propuestas de destrucción, de los bienes y servicios consolidados en aquellos países, en los cuales ejerce el gobierno la democracia liberal burguesa.

Es así que el término acuñado por el seguidor de Trucutu, cayo como anillo al dedo para aquellos que no comulgamos con regímenes despóticos y dictatoriales, como el venezolano actual, o el cubano, norcoreano, nicaragüense o boliviano, entre otros, dado que demuestra el norte y sentido de la acción política que ellos encarnan y preconizan, porque para ellos la elevación de la calidad de vida y bienestar de los ciudadanos es la igualdad hacia abajo, tal como se observa en la vida diaria de los venezolanos, que por lo general no disponen ni siquiera de una sutura en un centro de salud.

Pero para reafirmar esa estrategia de destrucción de bienes y servicios, después de haber anunciado el Trucutu que lo que estaba aconteciendo en Ecuador y Chile, era apenas una brisita y ya venía la otra parte del huracán bolivariano, las redes de una manera inmediata, pero muy efectiva, trasmitieron parte del discurso del ignaro y agrafo personaje que usurpa

el poder en esta Venezuela, asumiendo que la estrategia diseñada en dicho foro realizado en Venezuela se estaba cumpliendo al pie de la letra, lo que nos indica y demuestra las protestas llevadas a cabo en los países señalados y porque nuestro país está en la situación actual.

El caso es que ellos, como destructores, expresan su satisfacción por estos actos vandálicos, que de una u otra forma pervierten la institucionalidad democrática y de los servicios públicos que generan el bienestar de los ciudadanos, lo que nos permite aseverar, que se debe buscar la forma y manera para que este pranato integrado por delincuentes y narcotraficantes salgan del poder.

Ya en Venezuela tenemos 20 años con este huracán, el cual comenzó el 4 de febrero de 1992 y se empezó hacerse realidad cuando el felón de Sabaneta eliminó el Fondo de Estabilización Macro Económico y creó el FONDEN, así como los círculos bolivarianos y colectivos como la piedrita, integrados por delincuentes comunes y terroristas urbanos como Cilia Flores, Freddy Bernal y Vanessa Davis, entre otros; siguiéndole a esto las expropiaciones de fincas, haciendas, arroceras, Agro Patria, y muchas empresas más.

Esos son algunos de los resultados de este huracán bolivariano y le damos por esta y única vez, la razón al Trucutu, porque si observamos la destrucción a la cual ha sido sometida Venezuela, ya habíamos dicho en otras oportunidades que nos semejábamos al Egipto asolado por las 7 plagas, pero estos 20 años de chavismo-madurismo que han sido un cáncer, ratifican la metástasis de la Venezuela de hoy, dado el paso del huracán bolivariano, destructor de lo bello que era nuestro país.

Ante esto, debemos dejar el miedo, elevar nuestra voz y fortalecer el musculo para contribuir con el llamado de protesta de Guaido y podamos ponerle coto final a esta pesadilla

Rubén G. Contreras G. 
rubencontrerasg@gmail.com
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­@RubenContreras 

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