Lo hemos reiterado desde 2017. El intento fallido y sangriento de Asamblea Nacional Constituyente fue el inicio de la cuenta regresiva. Desde 2007 el régimen tuvo que lidiar con una impopularidad solamente evitable con artilugios ilegales. Ese año perdió la reforma constitucional, pero implementó su contenido a través del secuestro institucional. En 2010 perdió las elecciones parlamentarias, pero el reacomodo de las circunscripciones y la sobre representación aprobada a la carrera en la nueva Ley Orgánica de Procesos Electorales le permitió obtener más diputados con menos votos que la oposición.
En 2012, confesión realizada por el mismo Jorge Giordani, Chávez tuvo que desfalcar la nación para ganar las presidenciales, lo mismo hizo Maduro en 2013 aferrado a otros desafueros. En 2014 el régimen tuvo que enfrentar estoicas protestas nacionales, en 2015 pierde las parlamentarias nacionales con una paliza histórica. En 2016 evade inconstitucionalmente el revocatorio, en 2017 consuma la referida e irrita ANC, desde ese año todos los procesos electorales han sido prefabricados por el castrismo, ilegales e ilegítimos desde sus cimientos, incluyendo las presidenciales 2018, lo que ha significado el no reconocimiento como gobierno por parte del mundo democrático, además el repudio y numerosas sanciones internacionales.
Otros factores que terminaron de hundir al castrismo venezolano fue la destrucción premeditada del aparato productivo privado y la quiebra de Pdvsa por corrupción/negligencia, teniendo que echar mano al manejo furtivo de otras riquezas de la nación, transacciones insuficientes, caracterizadas por la destrucción del medio ambiente y un impenetrable oscurantismo administrativo.
Llega el 2020, en total quiebra económica, con apenas tímidos mensajes diplomáticos de apoyo de sus otrora socios incondicionales China y Rusia. El coronavirus hizo visible la tragedia chavista, un país sin servicio público de salud, sin medicinas, en hiperinflación, sin gasolina, sin producción de alimentos… la pandemia mundial ha hecho una radiografía de lo que realmente ha significado el chavismo para Venezuela en más de dos décadas.
Ahora, los Estados Unidos, apoyados en al menos 22 naciones (según informa la Casa Blanca), comienza un despliegue en el caribe so pretexto de atacar el narcotráfico, todo esto luego que un juez estadounidense acusara al régimen chavista como “Estado narcotraficante y terrorista”, calificación que permite flexibilidad en los formalismos legales e inercialmente atañe a la comunidad internacional. El Comando Sur de USA desde hace unos días bordea las fronteras marítimas del mar venezolano.
Antes, Guaidó y los Estados Unidos habían realizado una oferta de transición democrática a Maduro y su régimen, la cual rechazaron de plano. El asunto estimado lector es que el chavismo hoy recoge las secuelas de sus andanzas, y es que son innumerables.
Opinamos, lo sensato sería una salida pactada así evitar más tragedias al país, pero el castrismo no negocia. No vemos forma ni manera en que el chavismo pueda superar esta crisis provocada por él mismo, una crisis estructural donde todo lo que lo sustenta está destruido. Debe pagar por su tozudez, por haber escogido un modelo catastrófico para la ciudadanía como el cubano, por hacer de la democracia una excusa para aferrarse al poder “como sea”, por irrespetar la economía como ciencia, manipular vilmente a quienes esperanzados una vez le dieron su confianza y, sobre todo, por haber desnaturalizado todo lo que históricamente ha sido Venezuela… ¡Si, al chavismo le llegó su hora final porque él mismo fue su peor enemigo!
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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