viernes, 18 de diciembre de 2020

AURORA LACUEVA, FRACASOS Y FUTUROS

En los últimos años el país ha vivido serios fracasos y ha visto cerrarse caminos de futuro que parecían estar abiertos. Ahora es urgente que la dirigencia política, en sus diversas tendencias, revise autocríticamente sus actuaciones, rectifique hasta donde sea capaz, se abra al diálogo y entre en una dinámica estrictamente apegada a la Constitución. Solo la legalidad democrática nos permitirá construir en paz iniciativas coherentes y eficaces para salir de la crisis y despejar nuestros horizontes, con la ayuda de un liderazgo renovado. Hemos experimentado los dañinos intentos de buena parte de la oposición por llegar al poder recurriendo a la fuerza, mediante golpes, paros, petición de sanciones externas y hasta amenazas de invasión extranjera. Por su parte, la cúpula del Psuv parece ambicionar un dominio hasta el fin de los tiempos, gracias a crecientes mecanismos de control social: el Estado es del partido, y el partido conduce al pueblo. ¡Qué lejos de la democracia participativa y protagónica!

Las ilegales sanciones del Gobierno de EEUU no son la razón de nuestro hundimiento económico. Solo que ellas, si nuestra economía hubiera sido sana y productiva, no hubieran podido ocasionar tanto daño, pero al actuar sobre una economía débil y sin rumbo, han producido un efecto catastrófico. Las causas internas y externas de nuestra situación no se suman simplemente, sino que entran en interacción y el resultado es mucho peor.

¿Se perdió por el camino el proyecto bolivariano y solo quedó la ambición de poder? Es que, si no, resulta difícil entender por qué se dejó decaer tanto la industria petrolera, o por qué se permitió –ya desde los tiempos de Chávez- que la corrupción alcanzara dimensiones colosales, o por qué llegaron a tantos cargos de responsabilidad personas no preparadas para ellos. Cuando hubo dinero se gestaron planes de progreso económico y social, pero fueron demasiados a la vez y no todos sensatos. Al final, muchos quedaron a medio cumplir, o terminaron en chatarra abandonada o instalaciones paralizadas, dejando tras sí una estela de deudas y robo. Los fracasos no pesan sobre los responsables sino sobre la agobiada población venezolana. Tenemos derecho a un mejor futuro: hay que volver a la Constitución –un legado que sí perdura- y escuchar nuevas voces

Aurora Lacueva
Educadora
lacuevat@hotmail.com
@AuroraLacueva
@UNoticias
Venezuela

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