jueves, 31 de diciembre de 2020

RAÚL AMIEL, NOTAS DOMINGUERAS

Ya en las postrimerías de las patronales del espíritu de la navidad. Tomemos de esta festividad algunos iconos y su representación.

Como ya sabemos, la Estrella de Belén tiene un significado completamente espiritual y religioso ya que según la tradición cristiana, fue el astro que guió a los Reyes Magos al lugar del nacimiento de Jesús. 

 

Con esto, hablamos del nacimiento del Mesías, por ello, algunos estudiosos de la astrología coinciden en que con la aparición de la Estrella de Belén 2020, el día del solsticio de invierno, significará la llegada de otro Mesías; el nacimiento o aparición de un nuevo Mesías que representara la “salvación” de la humanidad. Que encabeza  la gesta para dar esperanza a los años por venir como parte de la gran energía que desprendió este evento astrológico. 

 

Recordemos por otra parte que el fenómeno de la conjunción de Júpiter y Saturno se da aproximadamente cada 20 años, la alineación de los planetas este 2020 no ocurría con tal precisión desde 1226, hace casi 800 años. Como ya lo hemos dicho en otras oportunidades. 

 

Definitivamente ya estamos dando la vuelta a la página, ya cruzamos algo que como especie y como sociedad debíamos de enfrentar. El 2020, un año algo apocalíptico, ya se terminó para dar entrada a toda una nueva etapa. 

 

Lo irrebatible es que todas las realidades en que hemos subsistido últimamente, tanto políticas y sociales, naturales y también astrológicas, marchan hacia un punto de elevación donde nosotros como personas, nos vamos a ver eligiendo otras cosas, como parte del gran cambio en el que ya estamos inmersos. 

 

A ti, ¿qué te gustaría cambiar o ver cambiar para el 2021? Porque a mi,  todo esto me dice que debemos identificar eso que llamamos Mesías. Para mí la figura es de Líder. El conductor. Con la lucidez suficiente para escuchar e interpretar las señales que le avienen y marcar el rumbo. 

 

No me importaría que ese Líder fuera usado, de segunda mano,  mientras este en buen estado y todos sus colaboradores fueran probos y eficientes. 

 

Yo tengo una lista de posibles candidatos; que hoy por hoy, no son Mesías, pero si buenos Líderes,  conductores  de éxito para el terruño que nos aflige.  

 

Para ellos, si se lo proponen. Hacernos entrar a esa nueva etapa que se nos brinda será su gloria. Los invitamos a tomar acción en el propósito. 

 

Al referirme a usado y en buen estado, no es solo a las personas posibles, también a las formulas a implementar. Es rescatar lo mejor de nuestro gentilicio y de nuestro histórico pasado. Es en definitiva ser buenos ciudadanos republicanos. Amantes de la paz y la generosidad con una sociedad abierta y en franca prosperidad. 

 

 

Yo pienso que deberíamos hacer una concentración de voluntades para armar y diseñar esa gran  organización política-social  en una especie de confraternidad.  Casi tengo de propósito, animar tal maquinación una vez más. 

 

Esa gran plataforma de republicanos liberales y libertarios. Una especie de internas, unas primarias para elegir una junta conductora consensuada y con porta voz oficial. Una reevaluación del jefe político. 

 

Este año, de alguna manera, será recordado más como un leve revés que como una catástrofe. Pero igual, nos aplazo sustantivamente todos nuestros planes. 

 

Lo que vendrá en el entorno de nuestro proyecto lo estamos re-formulando. De nuestro terruño tenemos mucha incertidumbre para el 5 de Enero y su desenlace, pero también por el resto del mundo. Por ello, seguimos ligando que la verdad se haga luz y tengamos al Catire reelegido 4 años más en USA. 

 

Cada vez estoy mas cerca de esta formula. Trump ha hecho un descubrimiento extremadamente valioso. El trumpismo es plutonio político. Ha energizado a una gran parte del electorado en torno a una política de derecha perfectamente diseñada para nuestra era de crisis económica permanente. Es cierto que el trumpismo tiene varios puntos de tensión con el pensamiento republicano tradicional, pero no hay razón para que esas tensiones no puedan superarse. Después de todo, la política se trata de formar coaliciones.  

 

Esta es la gran fuerza del trumpismo, al romper con la ortodoxia republicana en la economía; pudo explotar de manera más efectiva la ansiedad y la frustración que sienten la gran mayoría de los estadounidenses que aún viven en la larga sombra de la Gran Recesión. Resulta que atacar a Wall Street y prometer preservar programas sociales tremendamente populares es políticamente más lucrativo en un momento de dificultades económicas que los himnos a la responsabilidad fiscal. No hizo falta ser un genio para hacer este descubrimiento, solo un artista con un mejor sentido de su audiencia que el típico político republicano. 

 

Para mí un gran ejemplo de aplicación practica. Un debate que vale la pena tener, porque incluso si gran parte del establecimiento republicano aún no se da cuenta, el trumpismo funciono a su favor. 

 

Para impulsar el cambio es necesario que veamos la humanidad y el sufrimiento de todas y cada una de las personas, incluidas aquellas que no comparten nuestros propios valores políticos.

 

Volviendo a nuestro terruño. Claramente, es hora de que se perfile un nuevo rumbo, uno que aborde las duras verdades del pasado de la Nación y dé forma a un futuro en el que se garanticen oportunidades, dignidad e igualdad de trato para todas las personas. Sabemos lo que se necesita para lograr un cambio de política significativo, y sabemos que las condiciones de hoy están tan maduras como siempre. También sabemos que requerirá un arduo trabajo, por parte de una diversidad de piezas interesadas y que todos hagan su parte. Nosotros estamos listos para hacer lo nuestro. 

 

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

 

Raúl Amiel

raulamiel@gmail.com

@raulamiel

Venezuela

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