Toma dos enormes
piedras, blande sus improvisadas armas e increpa al criminal: “¡ Ud.es el que
se come los sesos de la gente!”- “Siiiiiiiii, se oye el gruñido de la siniestra
figura-, y te los voy a arrancar ya”. El aterrado turista hace de tripas
corazón y responde -“pues no crea que la va a tener muy fácil conmigo. Se los
va a comer bien mallugaditos” y pasa a golpearse salvajemente el cráneo con las
rocas, hasta que el relleno queda esparcido por el asfalto.
Es la metáfora de la
Asamblea Nacional instalada triunfalmente el 5E16 con mayoría de los partidos
contrarios “al proceso”. Desde 2006, en medio de un debate que nunca se detuvo
con el radicalismo desaforado, la oposición se había decidido por una
estrategia gramsciana, aunque ellos no lo supieran, como el personaje de
Moliere que hablaba en prosa y tampoco lo sabía.
Por sus primeras
acciones, quedó claro que los “dirigentes” aunque les había sonado la flauta,
no tenían idea de qué se metieron en el bolsillo. Conquistaron una
importantísima cuota, pero el adversario conservaba el Poder Judicial e
institucionalmente el aparato coercitivo del Estado. La AN se instala contra la
opinión de desmelenados del PSUV que querían bronca y se impone una línea
moderada, la fracción del gobierno se incorpora y Maduro la reconoce y visita.
La flauta mágica
Los cabecillas de la
oposición, cegados por su impericia, comienzan la cadena de burradas que no se
ha detenido ni siquiera hasta ahora. Con menos rebuznos y un gramo de criterio,
se hubieran afincado en el paso siguiente, obvio: ganar una importante cantidad
de gobernaciones y alcaldías para avanzar a las presidenciales 2018, pero los
“dirigentes”, y varios “asesores”, se burlaron de eso: “¡queremos el poder y no
estamos para pendejadas”.
“¡Vamos a referéndum
revocatorio!”, aunque el detalle es que este dependía… ¡de la buena voluntad el
gobierno para suicidarse! En cinco años pasaron como una horda que no dejó
piedra sobre piedra ni choza sin incendiar, acabaron con la AN que habían
ganado, los municipios, las gobernaciones y demás mecanismos para defender a la
ciudadanía. Tierra arrasada.
Un tradicional
visigodo, hoy en cargo diplomático de autoalivio, declaró hace tres semanas con
candor que induce al llanto que trabajaron en un estado de sitio con las
sanciones, para profundizar la depauperación general y así mover el tierno
corazón de gobierno ante el sufrimiento humano... El nunca se caracterizó por
un gran talento, pero esto es un exceso.
La lengua, castigo del
cuerpo
Su anuncio de que
vendría “guerra de cuarta generación” puso de punta a los cuerpos de seguridad
tras pistas para desarticular cualquier eventual plan del tipo Gedeón. Por la
boca muere el pez. Hay que alejarse del papagenismo político y los juegos de
patio de recreo, para reconstruir la vía democrática tal como en 2006 después
de la cretinada abstencionista de 2005, repetida en 2018 y 2020.
Entre la estatización socialista y las sanciones económicas, la opereta revolucionaria hizo metástasis sin cambio de régimen porque la alternativa se autoeliminó. El gobierno comprendió la necesidad dramática de clausurar el colectivismo destructivo y atraer inversiones internacionales, como evidencia la Ley antibloqueo, pero sabe también que si no cesan las sanciones, solo ingresaran capitales de sus países aliados, que no visten, diría Pierre Cardin.
En el plano interno,
muchos grupos empresariales negocian sistemáticamente con el gobierno para
trabajar. Pero no parece posible levantar la actividad productiva, el empleo y
generar riqueza, sin flujo abundante de capital privado y el concurso del Fondo
Monetario Internacional con el apoyo de EEUU, y la UE. Eso juega en llave con
la reinstitucionalización política, regresar al libre juego de poderes y
partidos y al Estado de Derecho.
Noruega mon amour
Se hace imperativo
regresar a Oslo o República Dominicana sin trampas, precondiciones ni
exclusiones, con negociadores no teledirigidos desde ningún centro de poder. Se
necesita un entorno favorable a los acuerdos que penalice a quien vaya a la
mesa con ases en la manga.
Para ello es necesario
el respaldo de las macro organizaciones, comenzando por la más importante, la
Iglesia También los empresarios, la academia, medios de comunicación. Pronto
serán las nuevas elecciones locales en medio de un espíritu abstencionista que
permitió al gobierno aplastar el 6D pasado.
El primer paso es
recuperar la importancia del voto ante los ojos de la mayoría y deberían ser
los que llamaron a abstenerse quienes lo hagan ahora a votar. Empresarios,
políticos, curas, comunicadores tienen que ser parte de ese esfuerzo titánico
para recuperar la confianza en el único recurso con que contamos los
ciudadanos. Que nunca más oigamos “votas, pero no eliges” o “intervención
militar democrática”
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela
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