Pechando con impuestos exagerados, hiperinflación,
endeudamiento y una devaluación imparable para, finalmente, argumentar con base
en tesis fracasadas y prédicas de "justicia social e igualdad”; consignas
y banderas meramente filosóficas.
Es una tragicomedia interminable, percibida así por un
menguado pueblo venezolano, tras dolorosos 22 años de padecimientos, en el
columpio de la esperanza, que fluctúa de la izquierda a la derecha, pasando de
la bota militar al populismo o viceversa, consintiendo fantasías y errando sin
cesar (logros como Nación petrolera importante); niveles de desarrollo que
otros pueblos han logrado superar en períodos menores.
Este 2021 muestra escaso margen de corrección
oficialista, descritos con nostalgia dado por el amor patrio que nos embarga y
por la inmensidad de recursos naturales, humanos y financieros, dilapidados en
estas dos décadas y algo más de “revolución” chavista-madurista, la cual ha
llevado a nuestra Venezuela a tener al día de hoy el mayor nivel inflacionario
del mundo, la recesión más baja y el mayor nivel de desempleo del planeta.
El país, necesita reconstruirse en su totalidad,
reinstitucionalizarse. Al menos tres cuartas partes de los venezolanos no
comulga ni auspicia en lo más mínimo al oficialismo, pero tampoco cree en una
degradada oposición, que pareciera realmente "vitorear" a la parte
oficial. Una Canasta Básica que promedia los 600 dólares al mes, termina de
empañar el horizonte venezolano.
El país reclama de la oposición un discurso
condensador, aglutinador, una sola voz cantante que esté en sintonía con las
inmensas demandas de la población, sometida a una camisa de fuerza, por la
hiperinflación galopante que hace trizas el salario - limosna de los
trabajadores.
Distintas posiciones, tanto internas como externas,
dan posibles salidas a este entramado perverso, destacándose enfáticamente un
gobierno de transición, compuesto por los mejores, un equipo de ensueño (dream
team) económico, profesionales que sienta en su alma y corazón a Venezuela, que
unifiquen estrategias, que encaren máximas tareas por sectores vitales a la
economía: sector agroalimentario, laboral, financiero, salud, educativo, entre
otros.
Aplaudimos la posición valiente que han asumido
distintos sectores, especialmente Fedecámaras. No podemos desmayar, porque por
encima de todo debe prevalecer nuestra Patria. Por ello, desde Unidad Visión
Venezuela solicitamos a la Comisión para el Diálogo, la Reconciliación y la Paz
Nacional se incorporen temáticamente las siguientes áreas: crisis migratoria
nacional, seguridad alimentaria y ciudadana, así como el derecho a la propiedad
y la seguridad jurídica.
Desde nuestra organización política abogamos por no
más derramamiento de sangre y, menos aún, golpes de Estado. Extinguir la
polarización radical y estéril de ambos bandos, solicitar desmontar sanciones
impuestas de los EE.UU, que hunden en mayor pobreza al venezolano, que se
traduce en más hambre y miseria para nuestro pueblo.
Corresponde a Nicolás Maduro levantar las sanciones
impuestas a los venezolanos, al empeñarse en una política de cierre del espacio
aéreo que dificulta el intercambio comercial, con las consecuencias que eso
trae a la calidad de vida de los venezolanos.
Como bien lo ha hecho saber nuestro secretario
general, diputado Omar Ávila “el país requiere un pacto de características
integrales, que además de tratar una ruta para la normalización política plena,
permita abordar las reformas económicas e institucionales necesarias, así como
construir los consensos para prestar atención a la emergencia humanitaria que
vive el país”.
Puertas adentro este año, estamos como espectadores
ante los acontecimientos en tiempo real del avance de la tercera oleada del
Covid-19, la agonía de un pueblo ante los ojos del mundo en plena efervescencia
y el añorado despegue económico venezolano.
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