En nuestro más reciente artículo abordamos dos fenómenos sociales correlacionados, un país en crisis y una sociedad crítica que lentamente se ha venido gestando y fortaleciendo.
Análisis
que nos condujo a un proceso reflexivo
¿Estamos hablando de una sociedad crítica? o por el contrario ¿Nos referimos a una suerte de elite social crítica ante sus
propios intereses? ¿Estamos destacando
espacios sociales críticos, suerte de intersticios sociales? Desde allí surgió
otra interrogante ¿Qué papel debería jugar una sociedad crítica y además
organizada ante el binomio cómplice, desinstitucionalización y corrupción? Destaca esta semana el caso de Fetrasalud,
exigiendo un acuerdo de los factores políticos, llamando a una movilización por
la paz y las protestas para exigir “la
restitución a un salario digno…”
Igualmente las reuniones entre la comisión especial para el dialogo de
la AN y el sector productivo por la recuperación del salario mínimo. Se abren
caminos.
Como
señalamos arriba, al país lo carcomen dos gravísimos flagelos, la corrupción y
la desinstitucionalización, que inciden sobre diferentes aspectos o áreas, sin
descartar el ámbito moral. ¿Qué sucede con los sectores más vulnerables de la
sociedad afectados directamente por el déficit institucional? ¿Qué ocurre con las denominadas poblaciones
de riesgo? Percibido el riesgo como una amenaza a las capacidades de control y
seguridad que poseemos las personas acerca del futuro.
El
país enfrenta la urgente necesidad de priorizar los riesgos y aplicar políticas
realistas. Un Estado debilitado no
podría desempeñar un papel protector, debiendo, en consecuencia, protegerse la
propia ciudadanía. Fenómeno que viene acompañado por una suerte de
individualismo que se fortalece con la complicidad y/o indiferencia de ciertos
sectores. Cuando ello sucede, prácticamente se le demanda a la población que se
blinde contra el riesgo. Crudamente se la conmina a que se asegure por si misma contra la precariedad,
el desempleo la inseguridad, la enfermedad, la vejez…En general que prevea cualquier contingencia y eventualidad de vivir en
sociedad. Ante este desamparo e indolencia, sin duda alguna, se estaría
generando y fortaleciendo una sociedad de riesgo…
¿Una
sociedad de riesgo que sería funcional a la sociedad venezolana?
maryclenstelling@gmail.com
@maryclens
@UNoticias
Venezuela
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