La relatora, de igual manera, recomienda que el manejo de las vacunas en Venezuela se dé "bajo la supervisión y a través de organizaciones internacionales, como el PNUD y la Organización Panamericana de la Salud (OPS)", así como "la compra de medicinas, alimentos y bienes esenciales, debe hacerse bajo el monitoreo de las instituciones y agencias de la ONU y OPS".
A nuestro juicio, lo que queda en entredicho es la
ética de quienes la atacan sin ni siquiera haber leído el informe; y ante la
carencia de argumentos y del desconocimiento que la señora es una militante de
la causa anti sanciones, usan para variar el simplismo, y por ende, decirle
“comunista”, basándose en su nacionalidad; lo que nos hace recordar a Nicolás
Maduro cuando profería epítetos contra la Alta Comisionada para los DDHH,
Michelle Bachelet, luego que esta presentara su informe.
En fin, los extremistas son iguales. Bachelet y su
gente son buenos cuando dicen, asistidos por la verdad, que en Venezuela hay
violaciones sistemáticas de DDHH; pero son malos cuando dicen que las sanciones
generan un impacto negativo sobre el contexto humanitario del país, y
viceversa.
Fanatismo puro, es la definición de estos dos polos,
en donde la relatora de la ONU, así como Bachelet en su momento, son víctimas
por decir la verdad en un país en donde algunos insisten en una absurda
dicotomía polarizante. La realidad es muchas veces incómoda, pero no por eso
deja de ser verdad.
Mientras todo esto ocurre, el gobierno, a través de su
Canciller Jorge Arreaza, le saca el máximo provecho a su favor, a este informe
preliminar moviendo su aparato propagandístico.
Permitirle al gobierno repolarizar al país sobre la
base de las sanciones, es un gran error. Lo sensato es la condena unánime y sin
tapujo. Porque si las sanciones afectan en la ya mermada calidad de vida de los
venezolanos, y no a los corruptos y poderosos, ¿no sería inteligente que las
mismas fuesen suspendidas para que los más humildes puedan ser libres de la
dependencia que tienen cada vez más del Estado?
Desde Unidad Visión Venezuela queremos dejar claro,
una vez más, que las sanciones individuales a cuentas personales y bienes de
funcionarios públicos violadores de DDHH y políticos, son otra cosa, y que
estas si tienen todo el sentido del mundo; no así, las sanciones económicas que
hace más pobre al pueblo, más rico a los que dicen defenderlo, y se
convirtieron en un gran negocio.
Hay gente de lado y lado que se ha hecho millonaria ayudando al gobierno para sortear las sanciones y comercializar internacionalmente petróleo, sus derivados y metales del Arco Minero.
Las sanciones son la excusa perfecta del gobierno para esconder su ineptitud, y el robo sistemático al país.
Maduro las ha usado como pretexto y ha sancionado al
pueblo venezolano, cerrando las fronteras con Colombia, que impiden los
negocios con el país granadino, con lo que la comida que llegaba de la Nación
vecina, dejó de entrar y eso también ha afectado a los venezolanos.
Ya basta que el gobierno evada su responsabilidad en
colapso económico venezolano. El ciclo contractivo de la economía venezolana
comenzó en el 2014 cuando teníamos un barril de petróleo rondando los 90$, no
existía ninguna sanción y mucho menos el Coronavirus.
Para finalizar, el informe preliminar de la relatora
de la ONU, nos lleva a confirmar que el contexto del conflicto político, sus
consecuencias económicas y el impacto en la población, es mucho más amplio que
las sanciones. Así que nuestra invitación es a sacarle provecho a lo que dijo
la relatora.
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