Continúa: “No se trata de especulaciones al boleo ni
de análisis aislados de observadores que tienen su mira puesta en los
acontecimientos que se desarrollan en Venezuela, es una versión tomada de
declaraciones atribuidas a voceros del Departamento de Estados de los Estados
Unidos, tal como lo hizo el funcionario Ned Price el pasado 12 de marzo, en una
entrevista concedida a la periodista Gaby Perozo para la estación de televisión
digital VPITV (Venezolana por la Información), en la que Price asegura que
esperan consolidar la sincronización de varios líderes y gobiernos dispuestos a
asociarse para adelantar una solución pacífica que abra camino a una transición
democracia. Esa misión internacional en la que destacarían la Unión Europea, la
OEA, el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto, según lo dicho por Price: ‘siguen
trabajando intensamente, junto a ocho grandes democracias de la región, para
que a través de todos los medios apropiados lograr una transición democrática
en el país’. ”
Del análisis de la propuesta, deducimos una
intencionalidad racional por parte del proponente, la cual avalamos sin
tapujos, y hacemos florecer la racionalidad que se deriva en ella. Eso
queremos, presión política en el verdadero sentido de la expresión y no la
baladí locución que solo incluye la solicitud de intervención de fuerza, como
presión, que obviamente nunca llegará, porque cualquier intervención que quiera
imponerse estaría en discordancia con la famosa y muy nombrada Carta
Democrática, que ha servido ignorantemente para mucha especulaciones.
Creo que debemos insistir en convencer a partidarios
opositores y fracasados chavistas que hoy se nos unen, de dejar de lado la
sorna que intuye la ignorante presión de fuerza innecesaria; siempre que se
pueda, debe hacerse efectiva la presión política en su verdadero sentido.
En un estudio de alto nivel, intitulado: “GRUPOS DE
PRESIÓN POLÍTICA”, Eduardo Vega, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid,
explica: “Cuando los partidos políticos tratan de conquistar el poder y ejercerlo, dependen de
la decisión de los electores que acuden a las urnas para elegir
democráticamente su gobierno. Los votantes no deciden su voto únicamente por
las promesas electorales de los diferentes partidos y en respuesta a las
actividades desarrolladas por el gobierno anterior. En cambio, los grupos de
presión no ejercen las mismas funciones que los partidos políticos, cuyos
objetivos principales son alcanzar el gobierno y mantenerlo, pero sí ejercen
una importante influencia sobre el poder, los votantes y las decisiones
políticas importantes. Es aquí donde juegan un papel fundamental estos grupos
de interés.”
Sin ánimo comparativo, pero si con ánimo educativo,
referimos que en esos grupos de presión incluye Vega, tanto a magnates que
exigen cambiar la legislación en su favor, como a los sindicatos que mantienen
industrias caducas y deficitarias, algunas con exención fiscal e inversión
pública, las compañías eléctricas que cuentan con managers de presión,
aclarando en su considerando, que los grupos de presión ejercen una de sus
mayores influencias sobre el poder, los votantes y las decisiones políticas
importantes, debido a su gran poder de manipulación sobre la opinión pública
del electorado y por consiguiente sobre los gobernantes.
Ateniéndonos a lo expuesto por Vega, podemos ver como
la Iglesia Católica fue un claro ejemplo de grupo de presión durante la Edad
Media, controlando los gobiernos monárquicos europeos para incitarlos a
desarrollar las Cruzadas contra infieles y herejes, lo que fue lícito también por
parte de la ética civil medieval. Pero la Iglesia no finalizó su influencia al
terminar la Edad Media, sino que continuó ejerciendo una gran presión para que
los gobiernos europeos de la Edad Moderna mantuvieran una gran variedad de
tabús, prohibiciones y obligaciones religiosas sobre la población. Al comenzar
la Edad Contemporánea la Iglesia fue perdiendo fuerza sobre la legislación y
las decisiones de gobierno, pero la mantuvo en gran variedad de ámbitos como la
educación, la confesionalidad religiosa de los estados europeos,
adoctrinamientos del poder civil y otros factores.
Hoy día, hay muchos grupos internacionales de presión
política, que la globalización los ha hecho nacionales, tales como los grupos
ambientalistas empoderados con la Cumbre de Kioto y la de Paris con el cambio
climático, también los defensores de los recursos naturales agua, suelo y flora
contra la irracional explotación del Arco Minero del Orinoco; los Defensores de
los DDHH, que Venezuela los constitucionalizó; los Defensores de los Derechos
del Niño y de la Mujer y muchos otros grupos, más o menos poderosos, que en
frecuencia esporádica o momentánea intentan despejar la mente de los
venezolanos que siguen creyendo en la necesidad de la consolidación de una
poderosa fuerza militar exterior, para eliminar la usurpación del poder en
Venezuela, y, también convencerlos, de que la única forma viable es la misma
expuesta por los verdaderos políticos: la democrática.
Debemos tener claridad, que la situación política de
hoy en Venezuela, es que hace falta un jefe del Ejecutivo que no quiera
defender el resto y la secuela del chavismo. Ninguna fuerza es necesaria para
ello, si creemos en la verdad democrática surgida en consecuencia del errado
chavismo. Lo que hay que emprender es una campaña sincera y patriótica que
impulse el poder del voto como política de presión para salir del marasmo.
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela
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