Si bien es cierto que, actualmente algunos países y
gobiernos parecieran aceptar y hasta practicar la corrupción como un mecanismo
de financiamiento cuasi legal, en simultaneo con los presupuestos legítimos, yo
estoy convencido de que, como sociedad debemos intensificar la enseñanza y
practica de los principios morales y valores éticos que nos permitirán salir
del albañal donde nos han sumergido. Debemos dejar de lado la indolencia que
nos ha llevado a que en materia de corrupción pasemos del “diezmo” practicado
en el siglo XX, al “cincuentesmo” y en algunos casos hasta al “cientesmo” que
se ha instaurado en nuestro país, a raíz del siglo XXI. Asombra que la sociedad
venezolana se comporte indiferente y hasta complaciente ante un hecho tan grave
que ha permitido que, en estos momentos, en el sector público, pero extendiendo
sus tentáculos hasta el sector privado, toda acción u omisión tenga un precio.
Me viene a la mente una conversación que sostuvo, ya
hace unos años, la directiva de nuestro partido, con un prominente encuestador
venezolano. En ese encuentro estábamos tratando de identificar los problemas
que más afectaban física, mental y económicamente a los venezolanos, todo esto
con la finalidad de focalizar los programas, proyectos y acciones de la organización.
Cuando llegamos al tema de la corrupción el encuestador nos dijo: “ese tema no
es relevante para la población, porque si bien es cierto que el sistema esta
gangrenado por el peculado, a la gente pareciera preocuparle poco ese hecho.
Para reforzar su afirmación nos mostró unos números, donde solo el 8 por ciento
de la población, se manifestaba afectada por la corrupción, frente a casi el 80
por ciento que se sentía impactada por la carestía de la vida. Me quedé
reflexionando sobre el hecho de que, como dirigentes, no hemos sido lo
suficiente didácticos para explicarle a la población que cada bolívar, ahora
cada dólar, que se paga en corrupción, o que se le fija en materia de
impuestos, contribuye a aumentar el precio del bien que cada ciudadano deberá
adquirir para satisfacer sus necesidades básicas.
Elucubremos sobre una materia que todos sabemos muy
cercana a la realidad, hagámoslo a través de un hecho de los más sencillos:
Cuando el transportista que surte de verduras u otros productos a la ciudad
capital, paga una mordida para llenar el tanque de combustible o cuando debe
entregar la matraca en las sopotocientas alcabalas en las carreteras
venezolanas, esos costos no se esfumarán en el aire, no señor, pasarán a formar
parte del precio final del bien, es decir, si cuando el comerciante salió de
Barinas pensaba vender el kilo de queso en 4 millones de bolívares, después de
sufrir todos los avatares durante el trayecto, el precio final quedará fijado
en al menos 6 millones de bolívares,
afectando de esta manera, el presupuesto familiar de cada consumidor.
Para concluir con este tema de la corrupción y su
impunidad, la cual me produce nauseas, traigo a colación el nuevo sistema que
el SAIME nos acaba de anunciar, rimbombantemente. Nos informan que han
instalado unas máquinas de autogestión, ultramoderno mecanismo que
supuestamente agilizará los trámites y eliminará el matraqueo de los
funcionarios y sus allegados. Por todos los golpes y decepciones que he sufrido
a lo largo de mi vida, veo con escepticismo todo este tipo de anuncios y para
no guardar silencio, me hago la misma pregunta que una vez le formulé al
creador del Registro Automotor Permanente ¿Esos sistemas estarán controlados
por marcianos? De no ser así, entonces lo que estaremos es, pasando de la
corrupción manual a la corrupción digital, en la cual, el funcionario
agilizador le comunicará al interesado que, a partir de la instauración del
nuevo mecanismo, el precio del trámite se incrementará debido a los nuevos
controles. Todo esto sin contar que la República debió erogar una cantidad de
millones de dólares por la compra de las máquinas, algunos de los cuales,
posiblemente, se quedaron en el camino. Triste realidad ¿Verdad? Esa es mi
opinión ¡Ahora me gustaría escuchar la suya!
Noelalvarez10@gmail.com
@alvareznv
Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE
Venezuela
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