Este modelo de gobierno aplicado por parte del estado
ha sido inconveniente al interés nacional en todos los espacios de la vida del
país, así como los bajos resultados obtenidos en la producción nacional por
parte de las empresas públicas. Todos los cuales según los análisis realizados
por instituciones nacionales e internacionales, son las causas de las
desmejoras observadas en la preocupante disminución de la actividad productiva
del país, con sus efectos en la pérdida de empleos y la drástica reducción del
poder adquisitivo causada por la hiperinflación, al Banco Central tener que
financiar el déficit público y las pérdidas millonarias causadas por el
sostenimiento de las empresas públicas al estar la casi totalidad de ellas
produciendo a pérdidas. Superando en estos momentos sus elevados montos con
cifras superiores a las que se les otorgan por parte del poder central a los
estados y municipios.
Lo que luce evidente es que el proyecto político del
estado comunal, luce como una versión repotenciada del socialismo siglo XXI, en
donde el estado asume mayores controles sobre todas las actividades de la
nación, limitando más aún nuestros derechos ciudadanos establecidos en la
actual Constitución vigente. Así lo podemos observar en todas las decisiones
públicas llevadas adelante en los últimos años, las cuales demuestran cómo se
impone el ejercicio del poder del estado como máximo rector de la vida
nacional. No siendo escuchada y menos considerada ninguna de las observaciones
realizadas por las distintas instituciones, que alertan sobre la inconveniencia
de estas decisiones que vienen limitando aún más nuestros derechos ciudadanos
establecidos en el texto constitucional y en la carta de derechos humanos
fundamentales establecidas por las Naciones Unidas.
Lo cual nos indica que el estado comunal y el
socialismo siglo XXI van de la mano, en la estrategia política del control
total por parte de los poderes del estado de la Nación Venezolana.
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