José Ortega
y Gasset (OG), Madrid (1883-1956),
afirma que, el ser humano se define por ser un proyecto, por estar siempre en
una situación que le exige poner en práctica su libertad, pero no entendida de
un modo absoluto, sino más bien limitado por el cúmulo de condicionantes que
nos rodean. Habla del imperio de las
masas, como una institución espontánea de un hombre, que podría calificarse
como el hombre nuevo de Marx, mutado en su forma vulgar, que se asocia, para
anarquizar, ser rebelde e irreverente, en su obra “la rebelión de las masas”
habla poco de libertad. Sin embargo, contempla una forma libertaria en contra
de la presión social y formas de mando o poder político en la figura de un
Estado concebido como idóneo en la imaginación del masa, el hombre vulgar
advenido al poder.
Observa,
que, la función de mandar y obedecer es decisiva en toda sociedad. Cómo ande en ésta, turbia
la cuestión de quién manda y, quién obedece, todo lo demás marchará impura y
torpemente. Hasta la más íntima intimidad de cada individuo salvo geniales
excepciones quedará perturbada y falsificada. Si el hombre fuese un ser
solitario que accidentalmente se hubiera trabado en convivencia con otros,
acaso permanece intacto de tales repercusiones originadas en los
desplazamientos y crisis del imperio del Poder. Pero, cómo es social en su más
elemental textura, queda trastornado en su índole privada por mutaciones que en
rigor sólo afectan inmediatamente a la colectividad. De aquí que si se toma
aparte un individuo y se la analiza, cabe colegir sin más datos, como anda en
su país la conciencia de Mando y obediencia.
Luego
reflexiona -como se menciona al principio- que formar un estado como voluntad
colectiva donde el individuo masas se relaciona interna y externamente de su
colectividad, es una forma de obtener libertad, cito:
“La forma
social establecida -derechos, costumbres, religión- favorece la interna y
dificulta la externa, más amplia y nueva. En esta situación, el principio
estatal es el movimiento que lleva a aniquilar las formas sociales de
convivencia interna sustituyendolas por una forma social adecuada a la nueva
convivencia externa (...) El Estado comienza por ser una obra de la imaginación
absoluta, la imaginación es el poder liberador que el hombre tiene.”
Empero, al
detenerse a reflexionar, al abstraernos en las consecuencias del advenimiento
del poder de este hombre masa, con voluntad libertaria mediante un Estado
producto de tal imaginación y preguntarse ¿qué tipo de Estado se concibe de
este hombre masa que identifica OG, es que acaso es un espíritu egregio o quizá
de la casta de los apolíneos de Nietzsche, en lo absoluto no, para OG este
hombre es el antípoda de lo apolíneo, más bien es la imagen libertaria de un
Soulouque haitiano o de la estirpe de los revolucionarios hipócritas ,
envidiosos y egolatras del compendio político aristotélico, característico del
tirano platónico de Socrates o del Leviatán de Hobbes, un espécimen que OG
determina como el hombre vulgar en en el capítulo: La época del señorito
satisfecho, todo un personaje vandálico que desde su infancia tiene una
tendencia parricida que se destaca asesinando a quien lo puso en el poder, al
pueblo, cuya libertad se es privada
mediante su actividad gubernamental. Al que los psicólogos modernos
llamarían chico Bullying.
Para OG, al
estudiar la conducta de tal individuo el hombre nuevo (Vulgar) encontramos, que
apenas llega a mandar tenemos lo siguiente:
Una
impresión nativa y radical de que la vida es fácil, sobrada, sin limitaciones
trágicas, por tanto cada individuo medio tiene una sensación de dominio y
triunfo.
Se afirma a
sí mismo tal cual es para dar por bueno su haber moral e intelectual.
Este
contentamiento consigo mismo -que la psicología postmoderna llama Narcisismo
dañino- le lleva a cerrarse para toda instancia exterior , a no escuchar, ano
poner en tela de juicio sus opiniones, y a no contar con los demás.Su sensacion
intima de dominio le incita constantemente a ejercer predominio -como el caso
Fidel Castro de Cuba, según Carlos A. Montaner- Actúa, pues, como si solo el y
sus congéneres existieran en el mundo. Tal que el Nepotismo de la primera
combatiente venezolana Cilia Flores en Venezuela.
Interviene
en todo, imponiendo su vulgar opinión, sin miramientos, contemplaciones,
trámites ni reservas es decir según un régimen de acción directa.
OG identifica
a este mandatario como el hombre primitivo, como el antípoda cultural griego de
Aristóteles, como un modo deficiente de ser hombre, como bárbaro, el primitivo
rebelde sin más. Este al llegar al poder convoca a sus hombres masa a
identificarse con su espíritu anárquico, pero bajo su control al que promete
apoyado en la credulidad e ignorancia de política del populismo la libertad del
yugo de supuestos opresores. Convirtiéndose automáticamente en su brazo de
poder para luego traicionarlo, con controles de toda especie y luego privarlo;
mediante la promoción del libertinaje, la corrupción y el despilfarro, que
luego ataca por ilegal, de su libertad. Por ende, convertirlos en esclavos de
su régimen.
En este
método post moderno de lograr el poder mediante el populismo o populacho
arendtiano, se mantiene mediante un
modelo que OG llama Fascista, el cual afirma: se mueve contra la libertad
política, precisamente, porque sabe que esta no faltará nunca a la postre y en
serio, sino que está ahí irremediablemente, latente en la vida del individuo
humano deseando también el poder, lo cual debe a como dé lugar evitar perder. Y
que a la hora de la seriedad debe acudir a la verdad cosa que suele evitar
también, pues es la tónica del espíritu del hombre masa, de su existencia, la
sinceridad, la broma, para solapar su discurso embustero, falaz y cínico.
Este hombre
masa habido de astucia, como tahúr de poker, acude a las elecciones como escudo
para mantenerse en el poder, las cuales, mediante la propaganda de su bondad
maquillada, son, infaliblemente falsas. Un fraude total “un Ventarrón de Farsa
general”
OG,
determina que cuando el hombre masa logra el poder, no es de extrañar que
cuando la masa triunfa, triunfe la violencia, y haga de ella, su única razón, su
única doctrina. Insinúa, que en los Estados masa, con el manejo de un mísero
detalle técnico, las elecciones; se mantiene el poder en una mano, lo cual usan
como escudo. Observa que: las democracias funcionan, no importando el tipo, en
despensa de este mecanismo. Si el régimen de comicios es acertado, si se ajusta a la realidad todo va bien para
el pueblo, por ende, su derecho a escoger sus gobernantes con libertad. Si no,
aunque el resto marche óptimamente todo va mal, principalmente la libertad del
pueblo. Pues se priva al mismo de votar donde quiera y pueda. De modo que con
el manejo de la masa el triunfo es seguro para el bárbaro masa que maneja todo
a su voluntad.
Este caso
planteado por Jose Ortega y Gasset se identifica con la barbarie que se está
cometiendo en Venezuela con la gerencia barbara del PSUV y su adlater Nicolas
Maduro, mas la mención del castrocomunismo cubano.
Joise
Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela
- EEUU
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