viernes, 10 de septiembre de 2021

RICARDO VALENZUELA: EL CAPITAL QUE FINANCIÓ DAS KAPITAL

El haberme enterado que los capitalistas del mundo apoyaron la emergencia de Hitler y su tercer Reich, despertó mi interés para asomarme a la historia de Marx y detectar cómo un filósofo desempleado pudo dedicar tanto tiempo a la elaboración de lo que vino a modificar al mundo; “El Manifiesto Comunista”. Y, desde los primeros pasos hacia este rumbo, emergían infinidad de evidencias de que, aunque suene contradictorio, el capital utilizado para financiar el nacimiento de la biblia anticapitalista fue aportado por las elites de Alemania y EU. Es decir, el capital de los millonarios fue el que financiara la publicación del Manifiesto Comunista.

Otro punto interesante fue encontrar los antecedentes socialistas de la familia Roosevelt que se remontan hasta la figura de Clinton Roosevelt, quien, en 1841, había escrito un manifiesto socialista para EU. Uno de los descendientes de esa familia de banqueros originarios de Nueva York, quien fuera inspiración para su sobrino nieto FDR y su tristemente famoso New Deal. Un capítulo de la historia de EU muy poco conocido, pero, de gran importancia para lo que se desarrollara durante el siglo 20. Pudiéramos decir que los Roosevelt fueron los inventores de esa combinación banqueros elites y al mismo tiempo socialistas. Eran los dueños del Bank of New York.

Esos antecedentes me llevarían a definir el que, aunque suene contradictorio, el capital que le dio vida al Manifiesto Comunista de Marx fue el de las elites que siguen dominando al mundo mientras la gente, cortesía de esas elites, ha permanecido engañada pensando el comunismo es la redención de los pobres. Y, al referirnos a las elites, hay que hacer una importante aclaración. Porque no son esos ricos de pueblo ni los latifundistas inventados por la revolución mexicana. Las elites a las que nos referimos son los capitales billonarios o hasta trillonarios de quienes controlan bancos internacionales, corporaciones multibillonarias, manipulan Wall Street, controlan Hollywood, el Complejo Militar-Industrial y, sobre todo, son los dueños del FED y con esa diabólica herramienta, controlan las economías del mundo.

Las burocracias políticas del mundo, como lo fuera el pirata Laffite, son siervos de esas elites y siempre están siguiendo sus órdenes. Controlan, también, las más poderosas organizaciones conocidas como Think Tanks que, de la mano con la media mundial, constantemente están envenenando a la gente con sus armas silenciosas. Son los mismos que ya en el siglo 20 apoyaron a Hitler arropándolo con sus capitales. Son esos que controlan todas las fuentes de información, de educación, industrias fundamentales para la gente como su salud, a través de programas gubernamentales de salud y bienestar, las farmacéuticas, los partidos políticos etc.

Es decir, las elites no son los demonios que inventaron ellos mismos como el despreciable hacendado de la revolución, tampoco los escuálidos que inventara Chavez en Venezuela, ni los deplorables de Hillary Clinton, tampoco los que atacara el gobierno de EU en la figura de Mike Milken en los 80s, la imagen de los poquiteros de las finanzas para desviar la atención de los saqueos trillonarios del gobierno que en esos momentos se llevaban a cabo. Tampoco fueron los que inventó Echeverria en el México de los 70s, ni los que inventara Lopez Portillo en los 80s para cobardemente gritar, “nos saquearon”, apuntando la culpa a los mexicanos siendo que los saqueadores fueron las elites del FMI, Banco Mundial, que solo en las devaluaciones de 1976, 1982 y 1993, tendríamos que pagar el saqueo de $500 billones que todavía debemos.

Tampoco son esos otros poquiteros que, en su momento, envían a las cárceles con el gran título de Barones de la Droga, siendo que los verdaderos propietarios de ese mercado de más de $1 trillón de dólares anuales son ellos, y los manejan a través de sus bancos y sociedades internacionales asentados en paraísos fiscales. No son esos coyotes flacos que a veces son aprehendidos en la frontera tratando de cruzar a EU 20 almas muertas de hambre, porque los verdaderos propietarios de esta nueva industria del tráfico humano de muchos billones de dólares son esas elites con sus manos manchadas de sangre para luego ordenar a sus siervos protestar por las políticas migratorias asesinas que ellos mismos dictan.

No son los banqueritos de barriadas que, cuando sus clientes no pagan, les embargan hasta los sartenes de sus viejas. Son aquellos que, con sus herramientas, el FED, FMI, Banco Mundial, el BID, la ONU, arman esos esquemas asesinos para aprisionar países y sociedades a base de endeudamientos y regresarlos al mundo del vasallaje, de la servidumbre, cuando envían sus asesinos financieros recorriendo el mundo y, aprovechando la corrupción de los gobiernos, tejen una red que los hará dependientes para siempre, y crearles la urgente necesidad de rematar sus recursos naturales y los activos nacionales a punto de la quiebra por sus ineptos manejos.

Esas son las verdaderas elites que, en diferentes periodos de la historia, con diferentes esquemas, han controlado a la humanidad en una ruta que se acelerara cuando Mayer Rothschild descubriera las armas silenciosas para guerras igualmente silenciosas, que ya durante el siglo 20 adoptara la elite aglomerada en esa cofradía llamada Bilderberg Group.

El patriarca de los Rothschild había descubierto la fórmula de control de economías afirmando: “Cuando de forma inteligente asumas apariencia de poder, la gente te lo dará”. Traducción; se podía engañar a la gente para lograr que a su firma en pagarés personales se les diera un valor imaginario y fungieran como moneda. Siendo un hombre tan habilidoso, su apariencia de poder crecería tanto que prestaba sus pagares sin respaldo a personas y gobiernos le entregaban el control de sus economías.

Ya en el siglo 20, estas elites simpatizaron con las políticas nazis de raza y genética. En 1910, John Rockefeller era gran admirador de eugenics, un programa científico aplicado a la selección genética para mejorar su ideal de las características humanas. Con ese esquema nacían las elites modernas que, para lograr sus objetivos, de inmediato se dieran a formar sociedades de gente indisciplinada e ignorante, básicamente controlando la educación pública. Y para cerrar este círculo tenemos que acudir a la afirmación de Nick Rockefeller revelando la agenda globalista:

“El objetivo final es el poder para mover a todo mundo como ganado, controlar a toda la sociedad, que los banqueros y la élite controlen el mundo. Pero este control va mucho más allá de la maquinaria militar y espacial. En la guerra moderna, también debemos participar en la lucha por el control de los corazones y las mentes de toda la población del mundo, ya sea por medios psicológicos o químicos”. ¡Amén!

Ricardo Valenzuela 
elchero@outlook.com
@elchero
http://refugiolibertariol.blogspot.com
Mexico

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