Está bien, no se nada de nada, y muy poco de historia, sin embargo la crónica lo vivido me da base para contar, discernir que he vivido y que he visto, sumado, a lo que por inquietud y un inmenso deseo de saber cosas me motiva a investigar, leer y saber de asuntos -mas que todo- de suma importancia, entre ellos el desenvolvimiento político de mi país. Eso es parte de la filosofía.
El mundo político actual de mi amado y maltratado país nacional, ha sufrido un embate mediático, aparte una cantidad elevada de calamidades, que ha venido desarrollando el protagonismo presidencial desde hace más de 20 años. De mi parte está emitir más que denunciar la inmensa cantidad de perjuicios que le ha ocasionado este protagonismo a la cotidianidad y con ello el desarrollo socio económico que durante 40 años -que todavía eran pocos tratándose de las causas antropológicas que nos afectan- venía sucediendo paulatinamente en nuestra nación. Ahora no voy hablar el porqué y, si someramente como, la saga Castrocomunista, bajo la batuta del pródigo narcisista dañino de Cuba Fidel Castro diseñó, no solamente para nuestro país sino para latinoamérica, un modelo imperialista solapado con un populismo que, en función de darle virtud e imagen, le ha cambiado el nombre hasta saciar.
El caso es que la saga política de la región representada por políticos de toda índole, algunos, se han opuesto a sus designios y otros ignorantemente y con deseos megalómanos presidenciales se ha dejado enamorar de un discurso platonico embustero con promesas inncumplbles por lo cual, en pro de la debacle ignorada por ellos mismos se ha plagado de miseria y con ella el hambre de varios pueblos de nuestra ingenua pero noble sociedad Latinoamericana.
En Venezuela, desde tiempos de los años 50 la influencia de este déspota latino hizo mella en el pensamiento político de líderes socialistas de nuestros pueblos. Sin embargo, actores de la política nacional como Romulo Bentacurt, Raúl Leoni, Carlos Andres Perez, Rafael Caldera, Romulo Gallegos y muchos otros, nunca se dejaron convencer de las intenciones imperialistas del León de Holguín de la llamada isla de la felicidad pero sin felicidad.
Uno de los capítulos mas trágicos de la historia les ha tocado padecer a nuestro país, por culpa de la vanidad de los resentidos sociales que deseaban con solapada codicia haberse del gobierno de Venezuela para desgobernar y, en vez, usufructuar de los recursos naturales para comercializarlos con socios hipócritas que les han apoyado en una campaña de destrucción de la economía, la industria y la dilapidación de los bienes y riquezas nacionales.
La campaña ha sido, desde principio, de calumnia en contra de esos líderes que lucharon con mas de centenas de oligarcas dictatoriales representados por dictadores, entre ellos, Cipriano Castro, Juan Vicente Gomez y Marcos Perez Jimenes, luego de acabar con ese estigma oprobioso, se convocó a un pacto político, una organización conformada con todos los partidos nacionales a los cuales algunos de la izquierda -considerando su sesgo déspota marxista- no quisieron participar y prefirieron optar por la violencia, la guerrilla y el terror urbano, El Pacto de Punto Fijo, cuyo espíritu era no permitir que en Venezuela hubiera mas nunca en la historia dictaduras. Pues bien, el castro comunismo se encargó de vilipendiar tal fórmula, haciendo creer al pueblo que tal instrumento era un objeto de manejo del proceso electoral democratico, basado en un bipartidismo político con fines alternativos para compartir por periodos los ciclos presidenciales. En ese entonces -supuestamente- debian ser 5 años para Copey y cinco años para AD, caso o pensamiento insólito pues en ese entonces no existía el corrupto CNE aun cuando sí existió el CSE Consejo Supremo Electoral, donde participaban todas las toldas políticas.
La campaña de desprestigio fue inmensa en contra de la gestión de los líderes de lo que los comunistas llaman la IV república hasta el punto de llamar opresores del pueblo y oligarquía los representantes de uno de los partidos más socialistas que ha tenido el país, Acción Democrática AD. La prueba de que es una calumnia es que el himno del partido está inspirado en la música de La Marsellesa, el símbolo revolucionario de la tristemente célebre revolución francesa y, letra de la mas sublime concepción revolucionaria: “adelante a luchar milicianos”.
El dilema es, que estos ahora son dictadores o “tiranos” y aquellos eran demócratas
Joise Morillo
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela-EEUU
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