lunes, 22 de noviembre de 2021

JOISE MORILLO: ¡NO SÉ NADA DE NADA! (SÓCRATES). DESDE ESTADOS UNIDOS

Está bien, no sé nada de nada, y muy poco de historia. Sin embargo, la crónica, lo vivido, me da base para contar, discernir que he vivido y que he visto, sumado, a lo que por inquietud y un inmenso deseo de saber cosas, me motiva a investigar, leer y opinar de asuntos de suma importancia, entre ellos el desenvolvimiento político de mi país. Eso es parte de la filosofía.

El mundo político actual de mi amado y maltratado país nacional, ha sufrido un embate mediático, aparte una cantidad elevada de calamidades, que ha venido desarrollando el protagonismo presidencial desde hace más de 20 años.

De mi parte está emitir y denunciar: el "porqué" de la inmensa cantidad de perjuicios que le ha ocasionado este protagonismo a la cotidianidad y con ello el desarrollo socio económico que durante 40 años -que todavía eran pocos tratándose de las causas antropológicas que nos afectan- venía sucediendo paulatinamente en nuestra nación. Ahora no voy hablar el porqué y, si, someramente como, la saga Castro comunista, bajo la batuta del pródigo narcisista dañino de Cuba, Fidel Castro diseñó, no solamente para nuestro país sino para latinoamérica, un modelo imperialista solapado con un populismo que, en función de darle virtud e imagen, le ha cambiado el nombre hasta saciar.

El caso es que en la saga y gleba de la política de la región representada por especímenes de toda índole, hay quienes, se han opuesto a sus designios y, otros, ignorantemente, aunado a sus deseos megalómanos presidenciales, se han dejado enamorar de un discurso platonico embustero repleto de promesas incumplibles, por lo cual, en pro de la debacle -ignorada por ellos mismos- con su enamoramiento, han plagado de miseria y hambre a varios pueblos de nuestra ingenua e ignorante de política y civismo pero noble sociedad Latinoamericana.

En nuestras latitudes, desde los años 50 la influencia de este déspota latino hizo mella en el pensamiento político de muchos líderes de nuestros pueblos, a los que convirtió, pausadamente, pero con éxito en adláteres y sátrapas del castro comunismo. En nuestro caso -Venezuela- actores de la política nacional como: Romulo Bentacurt, Raúl Leoni, Carlos Andres Pérez, Rafael Caldera, Romulo Gallegos y muchos otros, nunca se dejaron convencer de las intenciones imperialistas del León de Holguín en la llamada isla de la felicidad pero sin felicidad, Cuba.

Uno de los capítulos más trágicos de esta historia, le ha tocado padecer a nuestro país por culpa de la vanidad de resentidos sociales que deseaban con solapada codicia e intención, haberse del gobierno, para desgobernar con sed de venganza, a la vez, el usufructo de sus recursos naturales y comercializarlos con socios hipócritas que les han apoyado en una campaña de destrucción de la economía y la industria sumada a la dilapidación de bienes y riquezas nacionales más la moral y la tranquilidad ciudadana con sadismo y asimetría.

La campaña ha sido desde principio la victimización del pueblo (Carlos Rangel), mediante la propaganda por diferentes medios, basado en calumnias y embustes contra líderes que lucharon vehementeme con centenas de oligarcas y déspotas representados y apoyados por militares dictadores, entre ellos, Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.

Para consolidar tal campaña, estos resentidos socio políticos, satanizaron sin medida, la obra de los demócratas, quienes, luego de acabar con el estigma y oprobio de las dictaduras; convocaron a un pacto político, que debía ser y fue, apoyado por la organización y comunión de todos los partidos nacionales, en la cual, algunos de la izquierda -considerando su sesgo déspota marxista- no quisieron participar. Por ende, prefirieron optar por la violencia, la guerrilla y el terror urbano. Este fue, el Pacto de Punto Fijo, cuyo espíritu era no permitir que en Venezuela hubiera más nunca en la historia, dictaduras. La campaña de desprestigio fue inmensa en contra de la gestión de los líderes de lo que los comunistas llaman la IV república hasta el punto de llamar opresores del pueblo y oligarquía a los representantes de uno de los partidos más socialistas que ha tenido el país, Acción Democrática (AD).

Lo irónico de la calumnia es que, el himno del partido está inspirado en la música de La Marsellesa, el símbolo revolucionario de la tristemente célebre revolución francesa y, letra de la más sublime concepción revolucionaria: “adelante a luchar milicianos”.

El dilema compete a que, estos "políticos zurdos" ahora son dictadores y “tiranos” de verdad y, aquellos, los de "la IV República'', eran demócratas o, por lo menos, pretendían mantener la democracia, aunque imperfecta como afirma el historiador Angel Lombardi.

El mismo modelo del proceso político antidemocrático de "los miserables" (Víctor Hugo), ocurrió en Chile con Allende, está ocurriendo en Nicaragua con Ortega y pende por poco en Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador etc. El bastión más duro de obtener ha sido Colombia.

Joise MORILLO
kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela - EEUU

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