lunes, 29 de noviembre de 2021

JOISE MORILLO: ¿UNA INMENSA VANIDAD, NARCISISMO O IGNORANCIA?

En términos de psicología, mediante la enajenación mental, o lavado de cerebro, Fidel Castro con su verborrea agresiva hizo aflorar: “la Sombra” confinada que tenía Chávez en su espíritu narcisista.

"La sombra es la contraposición de lo luminoso y bueno, por un lado, y de lo oscuro y malo por otro (...) Esta oposición es propiamente el verdadero problema universal, que aún no ha sido resuelto”. Carl Gustav Jung.

En la psicología jungiana se define la sombra como el conjunto de frustraciones, experiencias vergonzosas, dolores, temores, inseguridades, rencor, agresividad que se aloja en lo inconsciente del ser humano formando un completo, muchas veces, disociado de la consciencia. Dicho de otra manera es el aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y actitudes que el yo consciente no reconoce como propios.

En el año 2013 En una entrevista del periodista venezolano Diego Arroyo (el nacional) con el fallecido político venezolano Luis Miquilena quien fuera mentor democrático de Chávez y presidente de la Asamblea Constituyente de 1999; el entrevistado Miquilena dijo lo siguiente:

“Chávez es el gran responsable del drama que padece Venezuela. Este es un país desquiciado (…) es un país que va a una catástrofe espectacular.”

Y continuó afirmando que, Fidel Castro se ganó a Chávez a punta de halagos. Por ese quiebre de su personalidad, Venezuela le ha dado más a Cuba que la misma Rusia. Fidel descubrió la gran vanidad de Chávez, de lo cual se aprovechó para la tajada del siglo. Que el tirano isleño desde entonces se dedicó, de una manera bellaca, a aprovecharse de Chávez, y exclama exaltado:

“Fidel, es un ¡Vagabundo!”

Y continúa explicando lo que escuchó durante una visita de los mandatarios y el, a Sabaneta de Barinas, cito:

“Una vez estábamos los tres, Chávez, Fidel y yo, frente a la casa donde nació Chávez, en Sabaneta, y Fidel dijo: “Mira, Hugo, dentro de 500 años, a esta casita donde tú naciste vendrán en procesión todavía a rezar y rezar”.

¡Vagabundo! ¡Esa vaina no se la creía ni él! (…) había descubierto la vanidad del personaje y por esa vía se dedicó a beneficiarse con prebendas.”

En conclusión, siempre he tomado la palabra de Renny Ottolina (Animador de TV venezolano) quien afirmaba que la pasta del venezolano que heredó la la casta valiente y nacionalista de nuestro único y verdadero libertados, Bolívar no se iba a dejar meter gato por liebre “nadie le venía a decir por aquí es el camino”

Por eso es, el espíritu de la injerencia cubana en la política venezolana, pues el narcisismo de Fidel, su vanidad patética, le obligaba a ser lo que su esencia dionisíaca y díscola le impulsaba hacer. Con su egolatría exacerbada se jactaba cínicamente de ello, cuando le venía en ganas. Lo confirma el propio autor de la autobiografía de Fidel Castro (Norberto Fuentes) con un fundamento veras. Desde el principio del libro se manifiesta poseedor de una estirpe noble y un don de mando con espíritu apologético, patético y espeluznante; un Dionisos nietzscheano o un "Calígula" de Camus. Cito:

“Yo siempre he pensado que mi apellido revela un componente inefable de composición genética que es relativo a la forma de posesión y usufructo de la tierra (…) desde que Don Rodrigo adoptó el Castro que ha llegado a mis rutilantes hombreras de comandante en jefe hoy día 2 de mayo del 2003 (…) no ha habido otro Castro que haya dado la guerra, que este servidor, y que, pongamos por caso, haya matado tanta gente, y se además gracias a los medios modernos de difusión, va a ser muy difícil más bien improbable, que todos los Castro que me hayan antecedido en los 1.119 años de probada genealogía, puedan superarme en prosapia y leyenda. Jodanse" 

Fuentes, N. 2004, autobiografía de Fidel Castro, pág. 97-101, Ed. Destino Barcelona, España.

Como pueden ver no fue casual que tan esplendorosa causa negativa haya obnubilado la mente de un resentido social ignorante de los más básicos conceptos de política. Aun cuando se haya hartado de los mejores libros, su conducta demuestra que no aprehendió nada de lo el estadista idóneo debería saber.

Su error se hace presente -insinúa el entrevistado por Arroyo- como el producto de quien no teniendo la menor idea de lo que le acontece y las consecuencias de sus yerros, escoge la peor opción en todo momento. La evidencia la representa la siguiente parábola:

“Chávez escogió a la Edad Media para que le quitaran un cáncer. Un cáncer del tamaño que tenía y se fue a “curar” a un país donde el automóvil más nuevo tiene 50 años y donde hay carretas que llevan mercancía a la capital del Estado”

Yo afirmo: ¡la ignorancia es atrevida!

La escogencia de Así hablaba Zaratustra de Nietzsche, como lo revela en uno de sus fastidiosos episodios televisivos lo descubre cómo creído de superpoderes, quizá quería emular al super hombre de la obra, sin tener la más mínima idea de la metáfora de la misma.

El caso Toripollo - como apodó Chávez a Maduro en un Aló presidente- fue más fácil para el Castrismo. Mediante la conspiración, en complicidad con los Rodríguez, Cilia Flores, Diosdado Cabello y otros acólitos audaces del chavismo sin Chávez, después del Chávez "difunteado" (valga el término), elevaron a la presidencia de Venezuela a un ser sin espíritu y, menos alma, a Nicolas Maduro, Aunado a una exhortación insólita del "difunteado" quien lo promovió. 

Caso que asevera a la opinión de Miquilena acerca del “vanidoso” enajenado, señalado en su última cita de este artículo y, que es la causa de la desgracia de Venezuela.

Joise Morillo
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi-lin
Venezuela - EEUU

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