domingo, 26 de diciembre de 2021

ROMÁN IBARRA: FELIZ NAVIDAD

Para nosotros los creyentes, la conmemoración del nacimiento de nuestro señor Jesucristo es el anuncio de la buena nueva; del renacimiento de la esperanza, y la fe. Es el tiempo de ofrendar lo mejor de nuestro amor al hijo de Dios, el redentor.

Es un recordatorio para que renazca en nuestros corazones la necesidad de vivir conforme a la naturaleza, y esto es amor; bondad; paz; justicia; libertad; verdad, y belleza.

La llegada de la navidad, es casi siempre motivo de alegría, y reflexión del tiempo transcurrido, y de renovación del espíritu para corregir errores y mejorar hacia el futuro inmediato en una convivencia armónica con el prójimo, con nuestros semejantes.

Ya es tiempo para que los venezolanos reflexionemos serenamente, y en profundidad acerca de cuál es el destino que nos corresponde como ciudadanos del país en el que nacimos, y de qué manera podemos contribuir a que nuestra realidad sea más amable para la construcción de una sociedad que ofrezca condiciones para todos, sin exclusiones.

Es un error persistir en la idea de la pugnacidad, y mutua destrucción, a sabiendas de que lo que necesitamos es concordia; entendimiento; acuerdos, y negociación para avanzar en la búsqueda de solución a los grandes problemas que nos aquejan, y se han acumulado en el tiempo. Inteligencia, sensibilidad, y desprendimiento para resolver temas esenciales que por falta de atención oportuna y eficaz, nos regresan a etapas superadas en el siglo XX.

Es inaceptable, e increíble que Venezuela esté padeciendo calamidades en la prestación de servicios como el agua y la electricidad, teniendo el país las fuentes hidroeléctricas más importantes, y el talento humano para generar bienestar en esas áreas.

Es una pena que el país no tenga una red hospitalaria moderna acorde con las necesidades de la población, precisamente en la era en que el país ha dispuesto de los más grandes recursos económicos y financieros de toda su historia, y por ese déficit de gestión, los venezolanos en general no tengamos acceso a la salud que es un derecho humano fundamental.

Es un gran dolor que teniendo tanta tierra y tanto mar, nuestros ciudadanos de manera mayoritaria no tengamos acceso a una buena alimentación, a pesar de que el país ya ha tenido desarrollo en el mundo agropecuario, y de la pesca.

Con esto quiero decir que seguimos teniendo como nación, las condiciones apropiadas para avanzar en el desarrollo armónico de áreas específicas, y fundamentales, pero nos falta lo más importante como es la voluntad de hacer las cosas bien.

Debemos reflexionar acerca de lo que nos conviene y actuar en consecuencia. Pero es un trabajo de todos, y para ello es necesario desprendernos de egoísmos, y desterrar los deseos de venganza. Rechazar el odio, y construir con afecto y sentido de justicia el porvenir de nuestra tierra, y de todos los venezolanos.

Es hora de abrirle camino a la justicia, y la reconciliación. El país no puede seguir a expensas de odios y actitudes subalternas que nada construyen y por el contrario siembran desesperanza, y frustración.

Nadie tiene la verdad toda, se hace necesario conversar y negociar un mejor destino, pero ello solo es posible si renunciamos al odio y la venganza. Solo pedimos justicia.

Que el nacimiento del niño Jesús nos devuelva la esperanza y la fe en nuestras potencialidades y en un mejor futuro para todos. Un gesto de magnanimidad sería un buen comienzo, por lo cual, la libertad de todos los presos de conciencia sería un gran paso para avanzar.

El gobierno a gobernar para todos, y la oposición a controlar posibles abusos de poder. Construyamos instituciones republicanas fuertes al servicio del ciudadano. Gloria a Dios en las alturas, y paz a los hombres de buena voluntad en la tierra. Amén!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

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