La semana pasada hablamos acerca del cambio político. Toca hoy hablar sobre el cambio económico. Ha fracasado ruidosamente el modelo socialista. El daño hecho por el socialismo del siglo XXI a Venezuela es inconmensurable. Una caída escandalosa del PIB. Un episodio de hiperinflación prolongado en el tiempo y un crecimiento exponencial de la pobreza y de la miseria. Ese es el resultado de 20 largos años de socialismo.
Nosotros, desde Ifedec, proponemos asumir un modelo más parecido a la economía social de mercado. Es el modelo que hizo posible la recuperación de Alemania y de todos los países de Europa Occidental después de la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial. “Tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”.
La recuperación económica de Venezuela supone la atracción de enormes inversiones. Vamos a necesitar la ayuda financiera de los organismos internacionales como lo acaba de decir el distinguido economista Pedro Palma. Vamos a requerir la colaboración del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Corporación Andina de Fomento. Desde luego, para lograr esa colaboración se requiere un clima político interno de estabilidad que inspire la confianza de esos organismos.
La recuperación de la economía venezolana requiere muchas inversiones: inversiones públicas, pero, sobre todo, inversiones privadas. Inversiones nacionales, pero también y sobre todo, inversiones internacionales. De nuevo, la condición para que podamos contar con esas inversiones es que seamos capaces de generar confianza.
Sin confianza no habrá inversiones y sin inversiones no habrá recuperación económica. ¡Así de simple! Para que haya confianza debe haber un clima político propicio, paz, tranquilidad, un gobierno con un gran respaldo de opinión y, sobre todo, respeto a las reglas del juego democrático. Reglas claras, confianza en el sector privado de la economía, respeto a la propiedad privada. La buena noticia es que Venezuela tiene todo lo que se necesita para recuperarse económicamente. Hago apenas una lista de nuestras ventajas competitivas y comparativas: ubicación geográfica, recursos humanos, petróleo y otros recursos energéticos, agua y un gran potencial hidroeléctrico, recursos minerales, potencial agrícola y pecuario, un inmenso potencial para desarrollar una industria turística formidable y potencial industrial.
A la recuperación económica hay que pedirle que genere oportunidades, empleos modernos, bienes y servicios para todos. La recuperación de la economía venezolana es urgente, pero además, es posible.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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Venezuela
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