lunes, 28 de marzo de 2022

CARLOS PADILLA: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS

El Imperio romano fundado por el emperador Augusto, en el año 27 a. C. que perduró hasta el 476 d. C. Se caracterizó por la gran extensión territorial, 7 millones de kilómetros cuadrados, alcanzada gracias a un fuerte poder político y militar..

Pudiera extenderme más sobre los aspectos geográficos y políticos de este poderoso imperio, pero ese no es el objeto de este trabajo que quiere significar como una afirmación poderosa puede derribar al más fuerte emporio, si esa expresión tiene la suficiente fuerza para hacerlo.

La sociedad romana estaba dividida en Patricios y grandes propietarios terratenientes y mercantiles la clase más alta de la sociedad, tenían el poder político, religioso y económico. Plebeyos los ciudadanos libres, funcionarios de las ciudades, campesinos, comerciantes, artesanos y gran parte de los integrantes del ejército. Esclavos que eran tratados despóticamente por sus amos, pero los afortunados podían comprar su libertad o ser manumitidos por su dueño. La economía se basaba en el trabajo esclavo. La gran masa de mano de obra esclava estaba constituida por prisioneros de guerra y provenía de las conquistas cuyos territorios se pueden apreciar en el mapa adjunto. Las principales actividades económicas eran la agricultura y el comercio.

Fueron 500 años de un mandato opresor para con los pueblos conquistados a los cuales no se les permitía ningún atisbo de rebeldía, ante las luchas internas por el control del poder por parte de los patricios en complicidad con los militares del imperio romano.

Dentro de esa bastedad territorial existía, lejos de Roma, a 2.500 km, un pueblo que con una religión monoteísta tenía entre sus principios fundamentales un extraño mandamiento que podemos resumir en “Amaos los unos a los otros” y/o “ama a tu prójimo como a ti mismo” absolutamente extraño a una sociedad que se imponía mediante la guerra, la violencia y la esclavitud de los conquistados. Predicando el amor vs. el odio lo que se convirtió en bandera de los explotados por el imperio que estamos comentando. Así fue el amor el que convirtió en el reivindicador más fuerte de esta historia que les acabo de contar y poco a poco fue socavando las bases de la tiranía romana hasta imponerse de tal manera que este imperio se convirtió al monoteísmo e inicio el camino de universalizar al cristianismo.

Como diría el prócer cubano, José Marti: Cultivo una rosa blanca en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo; cultivo la rosa blanca.

O el poeta de Venezuela Andres Eloy Blanco: Por mí, ni un odio hijo mío, ni un solo rencor por mí, no derramar ni la sangre que cabe en un colibrí, ni andar cobrándole al hijo la cuenta del padre ruin, y no olvidar que las hijas del que me hiciera sufrir, para ti han de ser sagradas como las hijas del Cid.

Carlos Padilla
Editor EL REPUBLICANO LIBERAL II
@car
pa1301

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