Cuando analizamos los elevados montos que han sido utilizados para sostener las inversiones y pérdidas, de todas las empresas y tierras que eran privadas y pasaron a manos públicas, nos encontramos que buena parte de estos recursos públicos se reflejan en el crecimiento de nuestra deuda externa, así como en las demandas realizadas ante los centros de arbitrajes y tribunales de sus países por las empresas transnacionales que fueron expropiadas sin ningún pago, se estima en un monto cercano a los 40 mil millones de dólares estos reclamos, incluye además los cuantiosos aportes del Banco Central otorgado como auxilio financiero adicional para cubrir las necesidades de recursos de este conglomerado empresarial público, siendo esta política monetaria expansiva la principal responsable de los elevados niveles de inflación que nos ha afectado en los últimos 7 años.
Algunos analistas estiman que entre 120 mil millones y 150 mil millones de dólares es el monto que se ha utilizado para cubrir las necesidades de recursos de ese gran conglomerado empresarial en los últimos 10 años. Lo cual al compararlos con otros gastos públicos y sociales, supera los aportes realizados a las gobernaciones y alcaldías, así como el mantenimiento de la infraestructura vial del país, incluye las inversiones necesarias en mejorar el abastecimiento de agua potable en las distintas comunidades que lo requieren.
Lo más preocupante es la caída de la producción de cada una de esas empresas, fincas, hatos o haciendas afectadas por la política de expropiación aplicadas, los números están a la vista con reducciones hasta de un 20% de lo que producían en manos privadas y en muchos casos están paralizadas, observando además un preocupante deterioro y abandono en su infraestructura, lo cual dificulta aun más aumentar su producción y productividad requiriendo de montos significativos para la recuperación de muchas de ellas.
La consecuencia de esta política estatizadora se refleja en la caída de la producción nacional, ya que buena parte de estas empresas y tierras producían entre el 50% y 80% del consumo nacional y también se exportaba parte de los que ellas producían ejemplo en: acero, cemento, aluminio, pollos, atún, café, azúcar, etc.
Su caída en la producción afectó a buena parte de las empresas privadas que dependen de esta producción nacional, teniendo algunas que cerrar o disminuir su capacidad productiva. La disminución de la actividad de Sidor y las demás empresas básicas tuvieron un preocupante impacto en Ciudad Guayana y el resto del estado Bolívar al disminuir su capacidad productiva.
Se estima que se perdieron más de 150 mil empleos, lo mismo se observa en las empresas productoras de cemento donde se estimaba alcanzar por encima de las 10 millones de toneladas por año cuando estaban en manos privadas y sus actuales niveles de producción están entre un 30% y 40%.
Alba Pesca no logró mejorar la producción de pescado y pasamos de ser el quinto productor de atún en el mundo a tener que importar, lo mismo se observa en la producción de azúcar, café, cacao, donde las haciendas productoras de materia prima hoy producen poco y las procesadoras están en sus mínimos históricos.
Cualquier empresa, finca, hacienda o hato afectado al pasar de privado a público presentan caídas preocupante en su capacidad productiva. La misión AgroVenezuela que tenía la responsabilidad de aumentar la producción de alimentos en las fincas, hatos y haciendas, axial como bajar precios al consumidor, a pesar de haber dispuesto en programas de inversión de más de 50 mil millones de dólares, sus resultados han resultados antagónicos al interés nacional, al solo haber logrado desmejoras en todo los sectores de la producción primaria que estuvo a su cargo.
En estos momentos somos importadores de materia prima y productos terminados que antes se producían en el país consumiendo cientos de millones de dólares que podrían ser invertidos en mejorar nuestra calidad de vida. No hay duda que esta desmejora económica y social causada por la política de expropiaciones ha tenido efectos en el empleo y el consumo.
Voceros oficiales expresan sus opiniones de recuperación económica lo cual se refleja en el ligero crecimiento de la actividad comercial, mejoras en algunos sectores de la producción agrícola, agroindustrial e industrial, turismo, etc. pero la alta dependencia de las importaciones y la poca producción de las empresas y tierras privadas estatizadas, es una clara indicación que si no se desmonta el entramado empresarial público que era privado y se le permite al sector privado asumir su rol productivo, seguiremos siendo altamente dependiente de las importaciones y las posibilidades de lograr un crecimiento económico con generación de empleo bien remunerado será una quimera, lo cual unido esta poca producción a las necesidades crecientes de recursos financieros por parte de este complejo empresarial proveniente principalmente del Banco Central.
De no existir estos aportes la paridad cambiaria del dólar a bolívar se estabilizará, por lo que no habría necesidad de utilizar la elevada inyección de dólares provenientes de las reservas o venta de petróleo para recoger los bolívares, el cual el BCV aporta para financiar estas inmensas necesidades de este conglomerado económico integrado por empresas, que solo dan pérdidas pudiendo estos recursos ser utilizados para mejoras sociales o de una necesaria infraestructura pública mejor dotada.
Se estima que unas 6.000 empresas, fincas, hatos, haciendas, inmuebles y terrenos urbanos, fueron afectadas por estas apropiaciones o por invasiones, estimándose una pérdida patrimonial para los propietarios privados en más de 150 mil millones de dólares. Es evidente que sin buscar soluciones a esta complejidad que afecta la posibilidad de lograr el necesario aumento de la producción nacional, no se alcanzarán los niveles anteriores de productos nacionales.
Por estas razones está en manos de los que conducen la estrategia económica tomar las decisiones necesarias, para revertir la toma de las empresas y tierras privadas, que solo han causado caída de producción, productividad, consumo, inflación y desmejora en calidad de vida.
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución Vicente Brito
Caracas-Venezuela
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