“El
periodismo ha sido siempre parte fundamental de la sociedad y de todo lo que
ocurre en ella. Gracias a él es posible saber algo de lo que sucedió en el
pasado, de lo que registra el presente y esboza el futuro” CEAA
En los regímenes autoritarios, en los que el estado
de derecho brilla por su ausencia, los medios de comunicación se convierten en
su más feroz enemigo. La historia refiere algunos casos, como el del escritor
ecuatoriano Juan Montalvo, una de las figuras literarias más reconocidas de
Hispanoamérica, autor de varias obras como “Los capítulos que se le olvidaron a
Cervantes”, “Las Catilinarias” y muchas otras más, cuya celebridad no solo se
debe a la elocuencia de sus escritos, sino también a su participación en el
escenario político de su país, ya que utilizó la pluma en contra de la
dictadura de la época. Una de sus frases célebres “Mi pluma lo mató”, enunciada
al enterarse del asesinato de García Moreno, luego de haber gobernado al Ecuador
por espacio de 12 años. La historia cuenta que durante ese tiempo, Montalvo fue
un duro crítico de ese gobierno, mediante publicaciones en El “Precursor de El
Cosmopolita” y más tarde “El Cosmopolita”. La cita de Montalvo infiere que sus
artículos presionaron y derrocaron al gobierno.
El destacado periodista y escritor colombiano
Enrique Córdova, publicó hace algún
tiempo, un excelente artículo en el que pone al descubierto su valía y
capacidad, al mismo tiempo que manifiesta el auténtico sabor de este sacerdocio
bien entendido que es el periodismo, practicado por muchos, y hecho realidad
por pocos. Cita las palabras de Albert Camus, el destacado politólogo mundial
cuando al referirse a la práctica del periodismo expresaba que es el "El
oficio más bello del mundo", como para distinguir de las demás disciplinas
sobre las cuales la expresión escrita tiende a ser superior, por el mensaje,
por la proyección y por la importancia que deja a su paso, entre millones de
seres que ven, oyen y escuchan el diario acontecer a través de la información,
en un mundo violento y frontal.
Compartimos con Córdova quien afirma que "es
imposible dejar el periodismo. Se vive con él para siempre”. Nada más cierto
para aquellos que hemos trajinado el duro quehacer profesional en las salas de
redacción de los medios de comunicación, en las que el mundo gira a velocidades
descomunales, y se convierten en un hervidero, en el que la capacidad y el
ingenio de los periodistas, fotógrafos y técnicos se pone a prueba en cada
jornada. Este es un sacerdocio en el que no cuentan las horas, el espacio y el
tiempo para quienes tienen el deber de informar veraz y oportunamente,
contactando fuentes y profundizando sus conocimientos, puesto que la historia y
el universo no se detienen.
Por eso la importancia de quienes hacemos la palabra
escrita, cuando ella está asentada en la verdad, en la dignidad y en el honor,
que muchas veces en regímenes dictatoriales disfrazados de democráticos, es
incomprendido, vilipendiado y ultrajado sádicamente, porque no comprenden o
mejor dicho se niegan a entender, que el periodismo tiene tanta importancia en
el desarrollo de los pueblos, y que los grandes hombres y gestas de la historia
marchan al unísono con la función epistolar del hombre de pensamiento, que
conduce por lo general a las naciones a su propia identidad y realidad.
El periodismo no puede limitarse a ser una máquina
de fabricar noticias, pues su misión fundamental y más fecunda es la de
informar , formar y educar, por cuanto es una fuente de una categoría estética
autónoma, matriz de orígenes literarios, artísticos, testimonio histórico que
registra las vicisitudes democráticas y las crisis políticas, pero
esencialmente, protocolo universal del humano acontecer y del mundo
circundante, por lo que sin duda los medios de comunicación constituyen la
dimensión social de un pueblo y la memoria integral del hombre.
En nuestro país, el régimen que desde hace 17 años
bajo la falsa etiqueta de un mal llamado socialismo bolivariano y marxista,
controla los hilos del poder, no ha dado cuartel con sus virulentos ataques y
ensañamiento a los medios de comunicación nacional y de provincia, llegando al
inaudito extremo de clausurar a una de las más emblemáticas plantas de
televisión como RCTV, hace 8 años, violentando leyes y la propia Constitución
Nacional, como suele seguirlo haciendo a menudo hasta los días de hoy. Pese a
ello, se ufanan de ser respetuosos de los derechos humanos y de la libertad de
prensa, y hasta lo afirman cínicamente la propia Fiscal de la República, y
voceros del régimen, tanto en el gobierno como en la Asamblea Nacional.
Maduro, Cabello y otros tantos chavistas, se
desgañitan y acusan a la prensa independiente de prestarse a supuestas
conspiraciones para propiciar un golpe de estado, que solo en su mente
enfermiza existe, pues es su pretensión hacer prevalecer el sexto de los 11
principios de Josehp Goebbels: “La propaganda debe limitarse a un número
pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde
diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin
fisuras ni dudas”. De aquí proviene también la famosa frase: “Si una mentira se
repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
El permanente acoso al Presidente editor del diario
EL NACIONAL, Miguel Henrique Otero, quien valientemente encara al régimen y
manifiesta su disposición de no cambiar la línea editorial, es una palpable
demostración de que los capitostes del régimen, supuestos defensores de la
libertad de expresión y de prensa, demuestran todo lo contrario, y para ello
utilizan el monopolio mediático oficialista, que además de VTV, Tves, y un
centenar de televisoras comunitarias, y cientos de medios impresos a lo largo y
ancho de todo el territorio nacional, sirven para denostar, insultar, agraviar
y exponer al escarnio público a todas aquellas personas que no comulgan con el
socialismo del siglo XXI, del que no quedo sino las siglas, pero que no es otra
cosa que comunismo, según confesión del propio Fidel Castro, padre de la llamada
revolución socialista, bolivariana y marxista, y por ende de las políticas
sociales que lleva a cabo el régimen en Venezuela, que han conducido al país a un infausto
estado de miseria. La sumisión de Venezuela al régimen castrista es evidente, y
así lo demuestran las asiduas visitas de Maduro a Cuba, quien lejos de ocuparse
de resolver la grave crisis que atraviesa la nación, viaja a la isla para
rendirles cuenta y pleitesía a los
sátrapas de los hermanos Castro.
La crítica situación que confrontan periodistas y
medios de Venezuela y otros países, ha generado natural preocupación en
cenáculos internacionales, CIDH, ONU, Comunidad Europea y otros importantes
organismos. Por esta razón en el 2006, a pedido de Francia, el Consejo de
Seguridad de la ONU (Resolución 1738) decidió prestar mayor atención a la
protección de los periodistas, y si bien fue un gran paso adelante, para
François Delattre, “hay que ir más allá para abordar el reto de dar seguridad a
los periodistas”, e hizo notar que en el transcurso del 2015, muchos otros han
sido encarcelados, torturados, sometidos a intimidación, secuestros,
desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias.”. Complementó su estadística
mencionando que muchísimos de los responsables viven en la impunidad total. El 90%
no son procesados y la principal responsabilidad recae sobre los estados, que
no han manifestado interés para enjuiciarlos. Así de simple.
No es la primera vez que un organismo vinculado a la
ONU señale la crisis de derechos humanos en nuestro país. El Alto Comisionado
para los Derechos Humanos, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria y
el Comité Contra la Tortura también han denunciado en varias oportunidades la
criminalización de la disidencia, las detenciones arbitrarias y hasta la crisis
humanitaria en la frontera con Colombia, como lo expresó la CIDH.
El Libertador que no era comunista como han
pretendido hacerle creer al pueblo venezolano quienes enarbolan las banderas de
un falso socialismo, era un hombre que valoraba el papel de la imprenta y de
allí uno de sus pensamientos: “la pluma es un fiel instrumento para transmitir
con libertad los sentimientos sinceros”. En su campaña libertadora hizo uso de
ella, porque estaba consciente de la necesidad de que el pueblo estuviese
enterado de la gesta, que ameritaba grandes sacrificios para alcanzar la
libertad y por ello fundo el Correo del Orinoco en Venezuela, como órgano
divulgativo de la Tercera República, para contrarrestar la influencia de la
Gaceta de Caracas, periódico al servicio de la Corona Española.
Carlos
E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro
fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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